Vida, Esperanza y Verdad

La nueva aventura: turismo al espacio

En una gran competencia por el poder y la fama, los multimillonarios Richard Branson y Jeff Bezos hicieron sendos viajes al espacio para introducir la nueva experiencia de los viajes turísticos más allá de la Tierra. ¿Cuál es el objetivo de esos viajes? ¿Tendrá un límite la invención humana?

Foto: Unsplash.com/SpaceX

“El espacio... la última frontera”. Con esta frase es como iniciaba la legendaria serie televisiva "Viaje a las Estrellas", la cual resume uno de los sueños más preciados del ser humano: explorar, conquistar, conocer y descubrir qué hay más allá de la atmósfera terrestre.

Fue hasta el año de 1903 (el mismo año en que los hermanos Wright se alzaban, durante casi un minuto, por los aires con su aeroplano), cuando Konstantin Ziolowski estableció la velocidad necesaria que debería desarrollar una nave para superar la gravedad de la Tierra: poco más de once kilómetros por segundo, o lo que es lo mismo: 40.248 km/h.

Sin embargo, en sus comienzos, la conquista del espacio no se sustentó en visiones idealistas, sino en la guerra. El primer paso lo dio la Alemania nazi en los años 40, con los cohetes V2. Después de la derrota del régimen de Adolfo Hitler, el cerebro detrás de los cohetes alemanes, Werner von Braun, fue reclutado por los Estados Unidos para desarrollar su programa espacial.

Posterior a la Segunda Guerra Mundial, se dio lo que se conoció como la Guerra Fría, lo que desató una carrera por la conquista del espacio entre las dos superpotencias de la segunda mitad del siglo XX, Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, lo cual culminó con poner al hombre en la luna.

Y es, ya en pleno siglo XXI, cuando tres empresarios multimillonarios han puesto sus ojos, y sus chequeras, en la conquista del espacio, lo que los está llevando a una carrera contrarreloj, entre uno, el otro y uno más, por alcanzar objetivos que parecen sacados de la ciencia ficción: la carrera por la conquista del turismo espacial.

Es así como, en días pasados, la compañía Virgin Galactic, del multimillonario Richard Branson, hizo historia al ocupar uno de los seis lugares disponibles dentro de la nave Unity 22, con el fin de evaluar la experiencia de vuelo para mejorar el viaje para futuros clientes. A esta tripulación se unió Beth Moses, instructora principal; Colin Bennett, ingeniero jefe de operaciones de Virgin Galactic; Sirisha Bandla, vicepresidenta de Asuntos Gubernamentales y Operaciones de Investigación de Virgin Galactic; y los pilotos Dave Mackay y Michael Masucci.

La competencia por estos viajes

Pocos días después, Jeff Bezos y su hermano, Mark Bezos, ocuparon dos de los seis asientos disponibles dentro de la nave New Shepard desarrollada por su empresa Blue Origin. Al viaje se les unió Wally Funk de 82 años, miembro del programa "Mercury 13" y quien se entrenó para ser astronauta, pero no logró ir al espacio; así como Oliver Daemen un joven de 18 años, quien se convirtió en la persona más joven en viajar al espacio.

Daemen fue el primer cliente de pago del Blue Origin, y su padre, un inversor, compró su boleto. Este joven irlandés ocupó el lugar del misterioso postor que ofreció la suma de US$ 28 millones por un viaje de 11 minutos al espacio, junto a Jeff Bezos.

Y para septiembre, se tiene contemplado el lanzamiento de la nave Inspiration 4, del multimillonario Elon Musk y de su empresa SpaceX. La tripulación estará conformada por el multimillonario Jared Isaacman, fundador y CEO de Shift4 Payments, quien donará tres de los asientos dentro de la Crew Dragon a miembros que fueron seleccionados “para representar los pilares de la misión: liderazgo, esperanza, generosidad y progreso”, según SpaceX.

Al viaje se le unirá Hayley Arceneaux de 29 años, sobreviviente de cáncer y asistente médico en el hospital infantil St. Jude de Tennessee. Arceneaux se convertirá en la estadounidense más joven en visitar el espacio y en la primera persona con una prótesis en viajar al espacio. También está la doctora Sian Proctor, profesora de geociencias y especialista en comunicación científica; y Christopher Sembroski, consejero del campamento educativo Space Camp y ex militar de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos.

En lo que respecta a la aventura espacial, el hombre ha explorado, con sus limitaciones, el espacio cercano a nuestra atmósfera, y en un grado menor, nuestro sistema solar. Con ello, en las últimas décadas se han obtenido comunicaciones más eficaces a nivel mundial, con satélites capaces de urdir cientos de miles de llamadas telefónicas en un instante. Además, de servicios televisivos “bajo demanda” con cientos de programas a elegir con un solo receptor de televisión.

Algunos satélites, de los cientos que hay orbitando nuestro planeta, observan continuamente los patrones climáticos y los recursos naturales del planeta, estudiando el estado de las cosechas.Algunos satélites, de los cientos que hay orbitando nuestro planeta, observan continuamente los patrones climáticos y los recursos naturales del planeta, estudiando el estado de las cosechas, prediciendo con tal exactitud los problemas relacionados con la provisión de agua, localizando el petróleo y otros minerales de manera precisa.

El pronóstico de los científicos

A medida que la ciencia y la tecnología avanzan, el tamaño de las estaciones espaciales aumentará, y se dispondrá de un ambiente donde se podrá trabajar sin necesidad de llevar vestido espacial. Habrá plataformas espaciales que servirán como bases de lanzamiento y como puntos de llegada de viajes espaciales más largos. La explotación de los minerales de la luna y de Marte son de gran interés para las compañías transnacionales de ese sector, así como los asteroides, por su riqueza en minerales y metales preciosos.

Los vehículos lanzados de las plataformas espaciales no tendrán que ser aerodinámicos, puesto que no existirá el factor de la resistencia del aire. Tampoco será necesaria la tremenda fuerza de propulsión que se requiere para efectuar un despegue de la Tierra. Los pronósticos científicos indican que la industrialización espacial dará lugar a la colonización del espacio.

Se pronostica que habrá inmensas colonias espaciales con decenas de miles de habitantes. Un científico afirmó que se podrían construir colonias miles de veces más grandes que la Tierra, las cuales tendrían gravedad artificial y serían totalmente autosuficientes, con parques, corrientes de aguas y lugares de recreo. También habría cultivos, los desperdicios serían procesados para ser utilizados de nuevo y el sistema de vida sería muy semejante a lo que es en la Tierra.

Sin duda alguna, somos testigos ahora mismo de cómo el hombre está alcanzando límites insospechados.

La naturaleza humana es la misma

El ser humano aún no ha aprendido a vivir en paz sobre la Tierra. Ya que se lleva consigo al espacio la misma naturaleza humana que ha causado todos los males, sufrimientos y guerras bajo el cielo. En el empeño espacial ya predominan los intereses militares, y esta tendencia aumentará hasta que finalmente estalle la guerra que incluirá a los súper armamentos de la Tierra y el espacio.

El ser humano se lleva consigo al espacio la misma naturaleza humana que ha causado todos los males, sufrimientos y guerras bajo el cielo.Aunque las deslumbrantes descripciones de la vida en el espacio no lo mencionen, podemos estar seguros de que el problema del crimen será similar a lo que tenemos en la Tierra. Habrá políticos perversos, empresarios ambiciosos, conflictos acerca de las minorías, divorcio, vidas desgraciadas y, puesto que los humanos seguirán siendo humanos, ¡habrá guerra en el espacio, en la Luna o en Marte o en cualquier lugar!

Pero antes de que el ser humano se auto destruya, la mano poderosa e invisible de Dios intervendrá dramáticamente en los asuntos de este mundo para salvar a la humanidad de sí misma. Un gobierno mundial y perfecto va a ser establecido en esta era. Las riendas del mundo estarán en las manos de Jesucristo, el Gran Rey, y de innumerables co-gobernantes que habrán recibido inmortalidad y reinarán bajo su dirección.

“Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo” (Hechos 3:19-21).

La naturaleza humana, bajo el influjo de Satanás es de continuo al mal, y esta sociedad está bajo el maligno, por lo que la carrera armamentista en la Tierra, en el mar y ahora en el espacio, nos está precipitando a lo que Jesús describió como una tragedia en la que toda la humanidad desaparecería si Dios no interviniera para impedirlo:

“Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados” (Mateo 24:22).

“…y la ciencia se aumentará”

Estamos ante un avance de conocimiento científico sin precedentes. Hoy, como nunca antes, la ciencia se duplica con un rango real de cada 12 meses, algo que para finales de la Segunda Guerra Mundial sucedía cada 25 años y para antes del año 1900 sucedía cada siglo. No hay duda, llegará pronto el momento que nuestra base de información se duplique cada 12 horas.

En definitiva, la profecía se está cumpliendo: “… Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará” (Daniel 12:4).

Sólo con Jesucristo al mando de la Tierra el crimen, la enfermedad, el dolor y el sufrimiento desaparecerán. En los rostros de las personas habrá sonrisas. El agua será cristalina y pura. Llegarán pronto la paz, la felicidad, el gozo, y el bienestar universal, en una era cuando la salvación será ofrecida a todos. Será un mundo lleno de seres humanos felices y radiantes bajo la guía, ayuda, protección y el gobierno de Dios.

Una humanidad en paz donde la humanidad apreciará lo maravilloso de nuestro planeta, ya no pensará en autodestruirse y acabar con los recursos naturales de la Tierra y, por ende, no será necesario pensar en continuar buscando otras “tierras” en la inmensidad del espacio, para habitarlas.

Conforme la ciencia aumente y el hombre vaya de aquí para allá, y la carrera por la conquista del espacio regrese con nuevos objetivos y con nuevos actores, debemos estar seguros que el Reino de Dios está cada vez más cerca. El maravilloso mundo del mañana está por llegar.

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Acerca del autor

Jorge Iván Garduño

Jorge Ivan Garduño

Jorge Iván Garduño es miembro de la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial en la Ciudad de México, en donde nació hace 39 años. Tiene once años de casado con Nashielli Melchor Fuentevilla. Ambos han sufrido la pérdida de cuatro bebés sin que pudieran llegar a las siete semanas de gestación.

Tenía cinco años de edad cuando conoció la Iglesia de Dios, pero sus padres no le permitieron asistir a los servicios sino hasta que cumplió los 14. Fue vicepresidente y presidente del Club de Jóvenes en la Ciudad de México. Asistió a un campamento de jóvenes como campero en los Estados Unidos, y en México asistió a varios campamentos como consejero de los otros jóvenes.

Se bautizó a los 21 años de edad y participó en los clubes de Oratoria y Graduados desde 1999. 

Jorge estudió Ciencias de la Comunicación y Periodismo en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y ha trabajado como fotógrafo, escritor y periodista por más de 15 años. Su trabajo como fotógrafo ha sido expuesto en varios centros culturales.

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