¿Por qué Dios compara el asesinato con el chisme en Levítico 19:16? ¿Qué significa esta escritura?

La Biblia compara el asesinato con el acto de chismear. ¿Cuál es la verdadera trascendencia del chisme, según la Biblia? ¿Le importa realmente a Dios?

Pensar en la posibilidad de cometer un asesinato no es algo que con frecuencia aparezca en nuestra mente. Al menos, no aparece este pensamiento en una mente sana. De hecho, normalmente las noticias de asesinatos crueles nos estremecen en lo profundo de nuestro ser. Cuando suceden, no podemos evitar preguntarnos: ¿cómo puede un ser humano matar a otra persona?

Lamentablemente, los asesinatos cada día se normalizan más. Los juegos de vídeo y las películas o series de televisión con escenas de matanzas, tienen mucho que ver con esto. Pero, ¿acaso hay estilos de asesinato que la sociedad desconoce?

¿Entretenimiento público o asesinato?

La Biblia nos dice que existe una forma cruel de asesinato que la sociedad no conoce, o se niega a reconocer, porque le entretiene. Pensemos un momento: ¿qué puede ser más cruel que matar por entretenimiento? Sólo pensar en ello nos debería aterrar.

Actualmente, los asesinatos crueles se perpetran a cualquier hora del día, sin importar la raza, sexo, origen o condición social de la víctima. Peor aún, la comisión de estos asesinatos es vista por muchas personas como simple diversión. En este artículo analizaremos un tipo de asesinato que la mayoría desconoce y que se llama chisme. Puede que usted se sorprenda al conocer la gran trascendencia que tiene el chisme en nuestra relación con Dios y con los demás.

Pero, primero veamos qué es el chisme.

El chisme en la Biblia

Antiguamente, una de las formas más humillantes de matar a alguien, era clavar la punta de un estoque o una espada en el vientre de la persona. El agresor se colocaba encima de su víctima y lo hería en el vientre con la punta de su arma. Quien cometía este acto horrendo, literalmente se subía o se colocaba sobre la otra persona.

La Biblia nos advierte seriamente que chismear equivale a subirse encima de una persona y darle una estocada.Sé que la descripción puede ser muy explícita y quizás herir susceptibilidades, pero es así de fuerte cómo la Biblia se refiere al chisme. En Levítico 19:16, Dios emite la siguiente sentencia: “No andarás chismeando entre tu pueblo. No atentarás contra la vida de tu prójimo. Yo el Eterno”.

En este pasaje leemos claramente que no chismear es un mandamiento de Dios. Por lo tanto, hacerlo es pecado, porque infringe esta ley (1 Juan 3:4), dada bajo la firma del mismo Creador de la vida (“Yo el Eterno”). Pero hay aún más en esta escritura para examinar.

“No atentarás contra la vida de tu prójimo”

El Diccionario de la lengua española Espasa-Calpe 2005, define al chisme como: “Murmuración, cuento sobre alguna noticia verdadera o falsa para dañar a alguien”. Por otro lado, el Diccionario de la Real Academia Española (RAE) define la palabra estocada, también como: “ataque efectuado contra una persona por medio de palabras o acciones que la perjudican o debilitan considerablemente”. ¿Será posible dañar con el chisme a alguien, como si fuera una estocada?

La palabra “atentarás”, usada en Levítico 19:16, se traduce también como colocarse o subirse encima de. La Biblia nos advierte seriamente que chismear equivale a subirse encima de una persona y darle una estocada. Notemos la gran similitud entre la descripción de este pasaje y aquella forma cruel de matar con un estoque o una espada. ¿Podría haber exagerado un poco Moisés cuando escribió esto?

¡Salgamos de dudas!

Dios dice que cuando chismeamos estamos subiéndonos encima de alguien y traspasando con nuestras palabras lo más íntimo de su vida, para dejarlo expuesto de manera humillante ante los demás.En Proverbios 18:8, el rey Salomón escribió: “Las palabras del chismoso son como bocados suaves, y penetran hasta las entrañas”. El rey hace una gran advertencia en este proverbio: El chisme parece algo delicado y ligero, pero no lo es. Es capaz de penetrar y dañar a profundidad la vida del hombre.

Salomón comprendió, al igual que Moisés, la implicancia del chisme. El hombre más sabio que existió en aquel entonces (1 Reyes 3:12) no hizo ninguna distinción al interpretar el chisme. Más bien, Salomón mantuvo intacto el significado y lo repitió en otra ocasión más (Proverbios 26:22). Todas estas pruebas nos ayudan a reafirmarnos en la verdad que no todos quieren aceptar: la Biblia no exagera al condenar el chisme.

Entrando a cuentas con Dios

El chisme es como una forma de matar a alguien a estocadas en lo más profundo del vientre. ¡Esto no es sólo una metáfora para Dios! Él nos dice que cuando chismeamos estamos subiéndonos encima de alguien y traspasando con nuestras palabras lo más íntimo de su vida (sus secretos, sus desaciertos, sus faltas), para dejarlo expuesto de manera humillante ante los demás. Y ese daño que podemos causar con el chisme, Dios lo considera una forma de matar con palabras corrompidas.

Independientemente de lo que su mente o la mía nos intenten seducir a creer, sabemos lo que la Biblia dice: el chisme es un asesinato contra nuestro prójimo. Dios nos compara con hombres mundanos, si es que andamos chismeando (Proverbios 16:28) ¡Es sólo gracias a su misericordia que nosotros, cuando chismeamos, podemos arrepentirnos y obtener su perdón! Si usted está luchando ahora con ese problema y ha decidido declararle la guerra al chisme, le recomendamos leer nuestro artículo: El chisme: entenderlo para prevenirlo.

Pero, de entre todos los consejos que podrían darse acerca de cómo prevenir los chismes, es probable que el principal se encuentre en 1 Corintios 15:33: “No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres”. En este versículo el apóstol Pablo resume el origen de los chismes. Si reconocemos bien que la cuna de todos los chismes son las malas conversaciones, podemos elegir el juntarnos a conversar con personas sobre temas edificantes. La convivencia entre todas las personas, pero en especial de los miembros de la Iglesia de Dios, debería ser siempre positiva y edificante. Hablar con alguien de cosas negativas de terceras personas, puede ser chisme y podemos ser culpables de asesinar la reputación de otros. Que Dios, por su perdón, y que nosotros, por nuestro esfuerzo, podamos dejar atrás esta actitud y podamos ser un poco más como nuestro Señor Jesucristo.

Acerca del autor

Manuel Sánchez

Manuel Sánchez

Manuel Sánchez es miembro de la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial, en Perú. Casado con Annika Peters. Tiene una hija pequeña, de nombre Amedea Sophie.

Es abogado de profesión. Trabaja como vendedor de productos naturales en Trujillo, impulsando su propio negocio.

Con su familia participa en la congregación de Trujillo de la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial en Perú. Le gusta la lectura, el estudio relacionado con la historia universal y escribir.

×

Suscríbase a Discernir

×

Serie de artículos de Discernir

Chrito Versus Christianismo
Andar como Él anduvo
Cristianismo en Progreso
Ask a Question