¿Que implica ser un hombre conforme al corazón de Dios?

Ser considerado un hombre conforme al corazón de Dios implica ser un modelo a imitar. En este artículo veremos cuatro aspectos que llevaron a Dios a encontrar al rey David conforme a su corazón.

El Rey David destaca como uno de los personajes más prominentes en la historia bíblica. Después de Jesucristo, él es el personaje más nombrado en toda la Biblia… y no es casualidad.  Fue reconocido como un líder excepcional, valiente guerrero, talentoso poeta y músico. Sin embargo, David es principalmente recordado por ser "un hombre conforme al corazón de Dios". Vale la pena profundizar en este concepto para utilizarlo a favor de nuestro capital espiritual.

En este artículo veremos cuatro aspectos que llevaron a Dios a encontrar en David una persona especial, como para ser llamado con ese título. Estos aspectos nos permitirán comprender por qué David se destacó como un hombre que agradó tanto a Dios.

1. David buscaba una íntima relación con Dios

El primer atributo distintivo de David fue su profunda búsqueda de su relación con Dios. El salmista describe su cercanía y dependencia de Dios cuando dice: "Oh Dios, tú eres mi Dios, de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay aguas" (Salmo 63:1).

David no oculta sus emociones hacia Dios al hablarle de esta forma: “Te amo, oh Eterno, fortaleza mía. Eterno, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio. Invocaré al Eterno, quien es digno de ser alabado, y seré salvo de mis enemigos” (Salmos 18:1-3).

David anhelaba fervientemente la presencia y el favor de Dios en su vida y dedicaba tiempo para buscarlo y adorarlo. Oraba tres veces al día y en otras veces se vio motivado a aumentar su frecuencia de oración a siete veces al día, para encontrarse con Dios cada vez más. Esta actitud de búsqueda y dependencia de Dios es evidente a lo largo de los Salmos, donde David expresa su amor, gratitud y confianza en el Dios Todopoderoso.

El Autor J. Oswald Sanders hizo la siguiente mención de David al citar: “Cuando Dios descubre a un hombre que se ajusta a sus requisitos espirituales, que está dispuesto a pagar el precio del discipulado, lo usa hasta al límite, a pesar de sus evidentes deficiencias”.

Aunque David cometió errores y pecó, en su arrepentimiento decía lo siguiente: “Como el ciervo brama por corrientes de agua, así clama mi alma por ti, oh Dios. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo” (Salmos 42:1-2).

David entendía que la relación con Dios era el fundamento de su vida y de su liderazgo. Su intimidad con el Creador no sólo influyó en su vida, sino que también impactó a aquellos a su alrededor, inspirando a otros a buscar una relación profunda con el Creador.

2. La confianza de David en la misericordia de Dios era muy grande

El segundo aspecto notable de David era su confianza en la misericordia de Dios. A pesar de sus errores y fracasos, David nunca dejó de confiar en el perdón y la gracia de Dios. Después de cometer adulterio con Betsabé y ordenar la muerte de su esposo Urías, David fue confrontado por el profeta Natán. En lugar de negar sus pecados o justificar sus acciones, David confesó su culpabilidad y buscó la misericordia de Dios. David le confesó a Dios su arrepentimiento y clamó a Él diciendo: "Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado" (Salmos 51:1-2).

David anhelaba fervientemente la presencia y el favor de Dios en su vida y dedicaba tiempo para buscarlo y adorarlo.La humildad y el arrepentimiento sincero de David son evidentes en sus profundas palabras y acciones. A pesar de haber pecado gravemente, él confiaba en la bondad de Dios para perdonar y restaurar.

Algo muy destacable es que David no sólo creía en el perdón de Dios, sino que también estaba dispuesto a enfrentar las consecuencias de sus acciones, a aceptar la disciplina y a aprender de sus fallas. Su confianza en la misericordia de Dios le permitió experimentar una renovación espiritual y seguir adelante a pesar de todo.

3. David alababa y adoraba a Dios con mucha entrega

David fue un gran compositor de salmos, ya que adoraba a Dios a través de la música y la poesía. David pasaba largos momentos dedicados a alabar y adorar al Señor. Sus canciones hablaban de su estado físico, emocional y espiritual y revelaban su devoción hacia Dios. El rey entendía que la adoración a Dios iba más allá de los rituales y las ceremonias externas. Era una expresión del corazón y un medio para conectarse confiadamente con el Creador.

Este rey no sólo estaba convencido de adorar a Dios con pasión y entusiasmo, sino que motivaba a otros a hacer lo mismo: "Aclamad con júbilo al Señor, todos los habitantes de la tierra. Servid al Señor con alegría; venid ante su presencia con regocijo" (Salmos 100:1-2).

La adoración de David hacia Dios no sólo era una expresión de su amor y reverencia, sino que también era una forma de conectarse profundamente con Él. Esta adoración sincera tocaba los corazones de las personas alrededor de él.

4. David buscaba la voluntad de Dios en todo lo que hacía

David estaba en una constante búsqueda de la voluntad de Dios. A pesar de ser ungido como rey desde joven, David pasó por numerosas pruebas, de tal manera que cuando tuvo la oportunidad de matar a Saúl, se negó a hacerlo, respetando el plan y el tiempo de Dios.

La vida de David nos enseña que buscar la voluntad de Dios implica confiar y someter nuestros deseos y planes a Él.Ante esta difícil decisión David dijo: "El Eterno me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido del Eterno, que yo extienda mi mano contra él; porque es el ungido del Eterno" (1 Samuel 24:6). Esta actitud de reverencia y respeto hacia la autoridad designada por Dios, demuestra la confianza y sumisión de David a la voluntad divina.

La búsqueda de la voluntad de Dios, implicó en David un profundo deseo de alinearse con los planes y propósitos del Creador, en lugar de seguir sus propias ambiciones o deseos egoístas. David entendía que sólo siguiendo la voluntad de Dios podría experimentar la bendición en su vida y en su liderazgo.

La vida de David nos enseña que buscar la voluntad de Dios implica confiar y someter nuestros deseos y planes a Él. A través del ejemplo de este rey, somos desafiados a buscar la guía divina en todas las áreas de nuestra vida y a confiar en que Dios nos conducirá por el camino correcto.

David agradó a Dios

Estos atributos no sólo hicieron de David un líder excepcional, sino que también lo convirtieron en un ejemplo inspirador para las generaciones venideras.

La historia de David nos muestra que, a pesar de nuestras imperfecciones y errores, podemos encontrar el favor de Dios, si seguimos su ejemplo de entrega y humildad. Aspirar a ser "hombres y mujeres conforme al corazón de Dios" es un desafío que nos invita a buscar una relación más profunda con nuestro Creador y a vivir en obediencia a su voluntad.

En medio de esta generación distraída y ocupada, se hace imprescindible una íntima comunión con Dios y de ejemplos poderosos, como el de David, que es una luz de esperanza para todos los que desean vivir de manera correcta.

En última instancia, al estudiar la vida de David descubrimos que ser un hombre o una mujer conforme al corazón de Dios no se trata de perfección, sino de tener un corazón dispuesto a buscar a Dios, confiar en su misericordia, adorarle con pasión y someterse a su voluntad. Que el ejemplo de David nos inspire a vivir de esa misma manera y a buscar siempre la voluntad de nuestro Padre celestial, como lo hizo este rey de Israel.

Acerca del autor

Álvaro Matamala

Alvaro Matamala

Álvaro Matamala es Ingeniero en Administración de Empresas. Casado con Fabiola Jaufrett Silva. Tiene seis hijos: tres hombres y tres mujeres. Algunos de ellos ya están casados y le han dado, hasta ahora, cinco nietos hermosos.

Llegó a la Iglesia de Dios en el año 1985 e inmediatamente ingresó a los Clubes de Oratoria. Le gusta la lectura y el estudio de diferentes temas relacionados con la historia y la geopolítica internacional.

Álvaro trabajó, por casi 30 años, como gerente en diversas empresas en Santiago de Chile y en los últimos años estableció su propio negocio de publicidad.

Fue ordenado como ministro en el año 2015 y desde el año 2020 trabaja a tiempo completo para la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial en Chile, sirviendo a las congregaciones de Curicó, Talca y San Carlos.

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