¿Quién es el Deseado de las naciones?

¿Existirá un gobernante que algún día sea capaz de terminar con todos los problemas que afligen a las naciones?  

Ante el constante desánimo de millones de ciudadanos en el mundo, que no ven sus problemas solucionados y perciben que sus gobernantes no son capaces de resolver la creciente ola de inestabilidad, ni que pueden cumplir sus promesas de campaña, se ha generado mucho descontento social en todo el mundo, el que está generando radicalismo y polarización política sin precedentes.

Estallidos sociales

La gente ha explotado de rabia en diferentes países. Todos quieren que sus voces se escuchen y no les convence el modo de vida que se les ha vendido. Han nacido los estallidos sociales en muchos países.

Nunca antes en la historia de la humanidad ha habido más malestar ciudadano que en estos últimos tiempos. No tan sólo hay descontento social, sino también mucha ira contenida, marcada por la creciente desigualdad y la pésima distribución de la riqueza.

Vivimos en sociedades agitadas por la complejidad de los problemas que afrontan y la incertidumbre que generan sus líderes.

Justo cuando se pensaba que para el 2022 las cosas estarían mejor y los gobiernos pensaban que lo peor ya había pasado, el mundo, de repente, se enciende… una vez más. Hay revueltas sociales en muchos lugares. Agitación, violencia, ira y una sensación de impotencia rodea al planeta. Imágenes de calles llenas de manifestantes, ataques incendiarios, pancartas pidiendo justicia e igualdad, son las que se proyectan en millones de teléfonos celulares hoy. El descontento mundial es una noticia al alcance de la mano.

Se está produciendo una transformación en la mente de los nuevos electores, los que buscan desesperadamente que algún gobernante pueda cambiar las cosas definitivamente.Los gobiernos tradicionales están siendo derrotados en las elecciones. Están siendo reemplazados por nuevos políticos radicales que buscan cambios profundos. Se está produciendo una transformación en la mente de los nuevos electores, los que buscan desesperadamente que algún gobernante pueda cambiar las cosas definitivamente.

El filósofo chileno Gastón Soublette, recientemente mencionó que “la sociedad contemporánea está obligada a vivir en formas que le son impuestas por una élite de poderosos emprendedores, los cuales manejan el mundo. Los estallidos sociales muestran que este modelo de sociedad está llegando a su fin”.

¿Por qué existen los malos gobiernos?

Un estudio del año 2010, presentado por Daron Acemoglu, profesor del MIT, y Georgy Egorov y Konstantin Sonin, profesores de la Northwestern University, quienes divulgaron los resultados obtenidos en su artículo de investigación “Selección política y persistencia de malos gobiernos”, realizó la siguiente pregunta:

¿Por qué emergen y persisten gobiernos malos e incompetentes bajo una gran variedad de regímenes políticos distintos?

Una de las conclusiones poderosas del estudio menciona que “el peor gobierno permanecerá en el poder mientras todos sus miembros prefieran formar parte del actual gobierno en lugar de uno más competente, anticipando que la inclusión de un político de más talento desestabilizaría el sistema por completo”. En otras palabras, por increíble que parezca, el sistema político busca la mediocridad en sus gobernantes.

En su discurso de aceptación por el “Premio templeton al progreso de la religión” (en el palacio de Buckingham en Londres, en mayo de 1983), Alexander Solzhenitsyn hablando del problema de gobierno de su país dijo: “Hace más de medio siglo, cuando aún todavía era un niño, recuerdo haber oído a varias personas de edad avanzada que ofrecían la siguiente explicación para los grandes desastres que han sucedido en nuestra nación: los hombres han olvidado a Dios; es por ello que todo esto está pasando”.

Esta propuesta, que sin duda no encaja en el discurso político de ningún presidente, está resultando cierta, ya que lo que vemos hoy es un estallido de la naturaleza humana.

El problema de los malos gobiernos

Bárbara Tuchman, una popular historiadora norteamericana, escribió lo siguiente: "La humanidad, al parecer, hace el más pobre desempeño en el gobierno de casi cualquier otra actividad humana. Mientras que todas las demás ciencias han avanzado, el gobierno está estancado; apenas se lo practica igual hoy que hace 3.000 o 4.000 años”.

La historia demuestra que el patrón de los malos gobiernos se repite. Nada ha cambiado en miles de años. No hay diferencia en la forma de gobernar. La mayoría de los gobernantes se han corrompido en busca de sus intereses, abandonando a sus electores.

La humanidad necesita un nuevo gobierno. El mundo grita por mejores leyes y un liderazgo que sea realmente para el bien común.

Un nuevo gobierno mundial

Hoy existe, en el fondo del corazón del ser humano, una esperanza silente que no se escucha. Es un clamor profundo que como un fuego no se extingue. Es la esperanza y el deseo de muchos de que algún día surja un gobernante justo, recto, equitativo, imparcial y poderoso, que vele por los pobres, los débiles, los marginados y establezca la paz social.

¿Se trata esto de un sueño imposible, o de una realidad ya muy cercana que colmará los anhelos más profundos de todos los que sufren?

Dios menciona lo siguiente: “Porque así dice el Eterno de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca; y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el deseado de todas las naciones".Esto no es un sueño imposible. La palabra de Dios menciona que pronto habrá un gobernante que estará preparado para dirigir, a buen puerto, los destinos de este mundo. Dios menciona en su palabra lo siguiente: “Porque así dice el Eterno de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca; y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho el Eterno de los ejércitos” (Hageo 2:6).

¡Qué buena noticia! Existirá un rey que colmará la esperanza de todas las naciones, quien aplicará verdadera justicia, paz y equidad.

No será como los gobiernos de este mundo. El nuevo gobierno estará preparado para dirigir con rectitud y amor a todas las naciones. El mundo, al principio no lo entenderá, pero lo conocerán como “el deseado de las naciones”. La segunda venida de Cristo es inminente y tiene como propósito el establecimiento de un nuevo gobierno mundial. La ley de Dios se establecerá como una constitución que brindará verdadera justicia, sentido social y paz al mundo entero.

La Biblia menciona: "Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria. Entonces el rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo" (Mateo 25:31,34).

Un gobernante bueno y competente

La palabra de Dios menciona que Jesucristo, a su regreso como gobernante mundial, en su calidad de Rey de reyes y Señor de señores, poseerá todos los atributos que lo harán gobernar rectamente: "Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El Dios de los ejércitos hará esto" (Isaías 9:6).

Jesucristo no es un político, pero tendrá todas las cualidades que lo convertirán en el mejor gobernante de todos los tiempos.

Características de Cristo como futuro gobernante

  • Servicial y compasivo. "Al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor" (Mateo 9:39).

"El Deseado de todas las naciones", es el tipo de líder que toda la humanidad anhela. Es alguien que ha demostrado, no con palabras, sino con hechos, que su motivación para gobernar es el amor a sus súbditos.

  • Humilde y sencillo. “He aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde” (Zacarías 9:9). Jesucristo demostró tener una humildad y sencillez tales, que se puso de rodillas y lavó los pies de sus discípulos.

Cristo ya ha demostrado y enseñado, con hechos, cómo se debe servir y tratar a quienes estarán bajo su cuidado. ¡Qué contraste con el orgullo que se les suele subir a la cabeza a los que ascienden al poder!

El Deseado de todas las naciones va a romper el ciclo de profundo malestar y desasosiego al cual han estado sometidos los pueblos desde los albores de la historia.

  • Justo y perdonador. Para rescatarnos de las consecuencias de nuestros errores y desviaciones y para poder guiarnos por el camino de la paz, Cristo pagó el precio de nuestras transgresiones. Ningún gobernante jamás ha hecho eso. No será ya más la naturaleza humana la causa de tantos pecados y egoísmos codiciosos. "Más Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas el Eterno cargó en Él el pecado de todos nosotros" (Isaías 53:5-6).
  • Tiene el corazón de un pastor. Jesucristo anunció acerca de su retorno para gobernar al mundo: "He aquí que el Eterno el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará… Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas" (Isaías 40:10-11).
  • Tendrá autoridad absoluta, pero justa. Jesucristo es Dios y viene con poder para gobernar al mundo entero. Jesús, cuando vino la primera vez, era un hombre educado, preparado, humilde, obediente a la ley de Dios. Él no es un pusilánime ni débil, no tiene apariencia de político ni es un político. Él era, a la vista de los demás, como cualquier ser humano: “No hay parecer en Él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos” (Isaías 53:2).

Sí, Jesús vendrá a gobernar con mano poderosa y justa. Su gobierno será bueno y muy competente. Cristo llenará la Tierra de justicia, de amor de los unos por los otros, con una economía que funcionará. Todos los hombres querrán buscar a Dios y podrán recibir el Espíritu Santo y todos serán parte de un reino maravilloso, el Reino de Dios.

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Acerca del autor

Álvaro Matamala

Alvaro Matamala

Álvaro Matamala es Ingeniero en Administración de Empresas. Casado con Fabiola Jaufrett Silva. Tiene seis hijos: tres hombres y tres mujeres. Algunos de ellos ya están casados y le han dado, hasta ahora, cinco nietos hermosos.

Llegó a la Iglesia de Dios en el año 1985 e inmediatamente ingresó a los Clubes de Oratoria. Le gusta la lectura y el estudio de diferentes temas relacionados con la historia y la geopolítica internacional.

Álvaro trabajó, por casi 30 años, como gerente en diversas empresas en Santiago de Chile y en los últimos años estableció su propio negocio de publicidad.

Fue ordenado como ministro en el año 2015 y desde el año 2020 trabaja a tiempo completo para la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial en Chile, sirviendo a las congregaciones de Curicó, Talca y San Carlos.

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