Los niños necesitan aprender perseverancia, no sólo para tener éxito en el colegio, sino también para cumplir con sus futuras responsabilidades en el trabajo, en el matrimonio y en la familia.
Académicamente, Lucas superaba a casi todos sus compañeros de segundo grado. Podía resolver problemas matemáticos de cuarto grado y también leía a ese nivel. Pero cuando se trataba de deportes o actividades atléticas, se sentía inseguro.
En un paseo escolar a una pared para escalar, se sintió muy avergonzado cuando los otros niños lo pasaban mientras él permanecía en la parte baja de la pared, demasiado paralizado por el miedo como para avanzar.
Cuando su mamá lo recogió en el colegio ese día, Lucas, que se había aguantado para no llorar, se subió al auto y sollozó.
La experiencia fue un punto de quiebre para él. Durante las semanas siguientes, su familia organizó visitas a la pared para escalar. Lucas aún tenía miedo, pero con el apoyo de sus padres, se esforzó para seguir subiendo y, luego de varios intentos, finalmente llegó a la cima.
“Ahora Lucas disfruta la escalada casi tanto como la lectura”, cuenta su madre. “Aprendió una importante lección de perseverancia: que algunos de los logros más gratificantes en la vida no son fáciles de alcanzar”.
¿Por qué es importante la perseverancia?
¿Qué es la perseverancia? Es la cualidad que le permite a una persona comprometerse hasta terminar una tarea o alcanzar una meta, incluso si es difícil o aburrida y su instinto natural sea rendirse.
Para un niño, esto puede significar practicar violín aun si es la misma melodía una y otra vez. O tal vez levantarse temprano para sacar a pasear al perro nuevo, aun si es mucho más agradable quedarse durmiendo.
Los beneficios de la perseverancia hacen de ésta una cualidad que es muy importante inculcar en nuestros hijos, no sólo con el fin de que les vaya bien en el colegio o sus actividades extracurriculares, sino también como preparación para sus responsabilidades como adultos.
Perseverancia en la Biblia
La perseverancia también es un atributo del carácter cristiano, algo que todos necesitamos para tener éxito en la vida sin importar nuestra edad. La Biblia nos habla acerca de la importancia de perseverar y resistir hasta el final (por ejemplo, Santiago 5:11; 2 Pedro 1:5-8; Apocalipsis 3:10).
Lo que un niño aprende acerca de la perseverancia al enfrentar los desafíos en el colegio, puede ayudarle a superar pruebas durante la adultez.
Es importante mencionar que perseverancia no es sinónimo de resiliencia. “A menudo van de la mano, pero no son lo mismo”, explica la psicóloga neoyorquina Caren Baruch-Feldman, Ph.D., autora de The Grit Guide for Teens [La guía de la determinación para adolescentes]. “Perseverar significa mantener el curso hasta alcanzar una meta y no rendirse. La resiliencia se trata de enfrentar las decepciones y los fracasos y ser capaces de seguir adelante”.
Cómo inculcar perseverancia
La perseverancia —resistencia o determinación— es una cualidad aprendida. “Puede ser enseñada, fomentada y desarrollada con los años, hasta que, con suerte, se convierte en un hábito”, dice la doctora Baruch-Feldman.
Aunque a fin de cuentas nuestros hijos son los “arquitectos” de su propio carácter, es nuestra responsabilidad como padres enseñarles y ayudarles en el camino que deben seguir (Proverbios 22:6). Esto incluye enseñarles acerca de la perseverancia.
Las siguientes son algunas estrategias para ayudar a sus hijos a desarrollar la vital cualidad de la perseverancia:
1. Hábleles acerca de por qué la perseverancia es necesaria
No asuma que sus hijos saben por qué la perseverancia es importante —menos en nuestra cultura de gratificación instantánea donde “todos son ganadores”. Hable con ellos acerca de qué es y por qué es necesaria esta cualidad.
Explíqueles que la perseverancia no se trata sólo de trabajar duro para tener éxito en la escuela, los deportes o el trabajo; también es necesaria para llegar a ser personas responsables. Los padres, amigos, profesores, entrenadores y jefes de una persona, no podrán confiar en ella si no es capaz de cumplir sus compromisos.
Enséñeles que perseverar también implica tener la determinación, la valentía y el compromiso para hacer siempre lo correcto sin dejarse llevar por las debilidades personales o la presión social. Esto incluye soportar pacientemente las dificultades que se presenten para seguir el camino de Dios, si es necesario.
Coménteles que la perseverancia no sólo se desarrolla esforzándose por alcanzar metas o logros personales; también cuando seguimos adelante y cuando enfrentamos dificultades o situaciones desagradables.
Explíqueles que cuando son persistentes en las diferentes situaciones que enfrentan, la perseverancia se convierte en una parte permanente de su carácter que les ayudará durante toda la vida.
2. Tenga expectativas realistas
Un buen lugar para comenzar a enseñarles perseverancia a sus hijos son sus actividades cotidianas. Si hay un pasatiempo o deporte que a su hijo le gustaría practicar, hable con él acerca del trabajo y la dedicación que requerirá. Ayúdele a establecer metas apropiadas para su edad, temperamento y experiencia. Si usted piensa que el compromiso es más de lo que su hijo puede manejar, no tenga miedo de decirle “no”.
Una vez que le haya dado su aprobación a un proyecto, tenga la determinación para no dejar que lo abandone cuando deje de ser novedoso, y asegúrese de que su hijo entienda desde el principio esta condición.
“El ideal es que su hijo se ponga una meta por la que deberá esforzarse, pero que no será demasiado desmoralizante o abrumadora”, advierte la doctora Baruch-Feldman. “Si espera que sus hijos hagan más de lo que son capaces, sólo los dispondrá a fallar. Ayúdeles a ponerse metas que realmente puedan cumplir”.
3. Ayude a sus hijos a ver más allá de las dificultades
Si su hijo o hija expresa frustración o desánimo porque un proyecto no le sale bien, ayúdele a enfocarse en el resultado deseado. Recuérdele que, si se da por vencido o vencida, se perderá de algo muy gratificante. Para estar en el equipo de gimnasia, por ejemplo, su hija deberá seguir practicando sus saltos y carreras cortas. Si quiere conseguir un empleo de medio tiempo, deberá seguir llenando solicitudes.
Obviamente, hay muchas cosas en las que los niños deben perseverar aun si no las disfrutan, como por ejemplo sus tareas, deberes en el hogar o un programa de ejercicios. Recuérdeles que usted también tiene tareas que preferiría evitar, pero no puede.
En situaciones así, parte de la recompensa es saber que está aportando algo para que la casa, su lugar de trabajo, su comunidad, etcétera, funcionen bien. Ése sería un buen momento para explicarles a sus hijos que, cuando nos esforzamos por continuar, aunque sea con una tarea cotidiana, estamos desarrollando perseverancia.
4. Recuérdeles a sus hijos de sus éxitos
Recuérdele de alguna vez en que pasó por dificultades y las cosas no iban bien, pero mantuvo sus ojos en la meta y tuvo éxito.
Cuando su hijo o hija quiera rendirse, destaque alguno de sus logros pasados. Recuérdele de alguna vez en que pasó por dificultades y las cosas no iban bien, pero mantuvo sus ojos en la meta y tuvo éxito.
Eso fue lo que hizo la mamá de Lucas. “Le recordé a Lucas que cuando estaba aprendiendo a leer, pensaba que nunca podría leer un libro completo. Pero luego resultó ser más fácil de lo que pensaba y leer se convirtió en uno de sus pasatiempos favoritos”, relata. “Le dije que probablemente le pasaría lo mismo con la escalada, y así fue”.
Asegúreles a sus hijos que, si fueron capaces de trabajar duro en una actividad y tener éxito, probablemente pueden hacer el mismo esfuerzo en otra área y también vencer, incluso si no es un talento natural.
5. Elogie el esfuerzo
Cuando vea a sus hijos trabajando duro, elógielos por ello. “Que la mayoría de sus elogios estén dirigidos al proceso, cuando sus hijos se esfuerzan y tienen una actitud positiva, en lugar del resultado final”, dice la doctora Baruch-Feldman.
En lugar de decirles: “¡Excelente puntaje en la prueba de matemática!”, o “¡Recibiste más aplausos que nadie en la competencia!”, dígales “Vi cómo te quedaste estudiando aun cuando querías jugar con tus amigos”. Esto les dice a sus hijos que lo que se busca es que perseveren y los anima a esforzarse y seguir adelante.
Si los elogia solamente por sus resultados, tal vez piensen que sólo lo complacen cuando se destacan en algo. Y si no creen que pueden ser los mejores en una actividad, quizá ni siquiera quieran intentarlo o se rindan fácilmente.
6. Busque sus propios desafíos
Sea un buen ejemplo de perseverancia para sus hijos desafiándose a usted mismo con un nuevo proyecto o terminando una tarea que no ha completado. Inscríbase en un curso universitario y estudie mucho. Termine la pintura al óleo que dejó a medias. Inscríbase en un programa de ejercicio en línea y hágalo parte de su rutina diaria. Comprométase a estudiar la Biblia diariamente.
Tengo una amiga que se propuso correr en su trotadora todos los días después de que sus hijos llegan a casa. Otra mamá que conozco hace un curso para aprender un idioma extranjero en casa mientras sus hijos hacen sus tareas junto a ella.
“Ver su actitud positiva y determinación fortalecerá el optimismo de sus hijos y los inspirará a terminar sus propios desafíos”, dice la doctora Baruch-Feldman.
7. Comparta ejemplos de perseverancia
Si conoce a otras personas que han perseverado en ciertos desafíos individuales, cuénteles sus historias a sus hijos. Esto también puede inspirarlos a perseverar. Tal vez tenga amigos o familiares que siguieron adelante a pesar de grandes obstáculos en el camino. Una búsqueda en Google puede ayudarle a encontrar historias de personas que desafiaron las probabilidades y tuvieron éxito en sus carreras o metas deportivas.
Si busca ejemplos de personas que superaron pruebas, vea las historias de perseverancia de la Biblia. Para comenzar, está la historia de Noé, quien enfrentó burlas y hostigamiento por construir el arca, pero la completó y salvó del diluvio a su familia y todos los animales.
El profeta Jeremías siguió predicando la Palabra de Dios a pesar del hambre y la prisión.
Lucas 18:1-8 cuenta la historia de una viuda perseverante que le pidió incesantemente a un juez que le hiciera justicia por un mal que le habían hecho, hasta que el juez finalmente le concedió su deseo.
El apóstol Pablo enfrentó interrogatorios, la prisión, azotes, un “aguijón” en su carne y naufragios —todo para terminar la importante obra que Dios le encomendó.
Utilice estas historias para iniciar conversaciones con sus hijos. Con los adolescentes, puede comentar en detalle cómo el enfrentar dificultades produce perseverancia y, finalmente, carácter y esperanza (Romanos 5:3-4).
Con sus hijos más pequeños, comience por una conversación más sencilla. Explíqueles que para aprender a nadar o montar una bicicleta, necesitan determinación. Profundice en estas lecciones a medida que van creciendo.
Enséñeles a sus hijos que aprender perseverancia es un proceso de toda la vida; que mientras más lo practiquen, más fácil les será ¡y mayores serán los beneficios!