¿Qué dice la Biblia acerca de apostar?

Hay mucha discusión con respecto a los efectos negativos de las apuestas, pero existe una autoridad que tiene más peso que cualquier opinión humana.

Mientras que en la Biblia no se menciona la palabra apostar directamente, si menciona el pensamiento que nos lleva a apostar, y las secuelas que deja. Tenga en cuenta la guía que nos dan las siguientes escrituras:

Proveer para la familia

  • La Biblia nos dice que debemos ser buenos administradores de todo lo que tenemos (Lucas 12:42), lo que significa que debemos manejar nuestros recursos de la mejor manera, según nuestra capacidad. Apostar no es una forma de “administrar” o manejar adecuadamente el dinero. Por el contrario, pone el dinero de la persona en gran riesgo; estadísticamente las probabilidades están en contra del apostador.

  • Las escrituras también nos dicen que debemos usar los recursos para proveer a nuestras familias, no arriesgándonos a perderlos con la remota posibilidad de ganar más si apostamos. Existe una clara relación espiritual en como manejamos nuestro dinero.

La Biblia nos advierte, “porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo” (1 Timoteo 5:8). ¡Analice cuidadosamente, palabra por palabra, las implicaciones de esta contundente afirmación! La palabra griega para “incrédulo” significa entre otras cosas: “específicamente un pagano… una persona poco fiable” (Strong´s Hebrew and Greek Dictionaries [Strong: Diccionarios de Hebreo y Griego]).

La diferencia entre usar el dinero y amar el dinero

  • La Biblia reconoce claramente la necesidad del dinero. Cuando estaba enseñándoles a sus discípulos a orar, Jesús les dijo que incluyeran esta petición: “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy” (Mateo 6:11). Eso significa que no sólo está bien que pidamos a Dios para que nos provea para nuestras necesidades, sino que debemos pedirle a Dios todos los días que nos provea para nuestras necesidades. Obviamente, por lo regular se necesita el dinero para suplirlas.

  • Pero el deseo del dinero es potencialmente adictivo. Este ángulo de la adicción es una realidad muy grande. La Biblia advierte: “porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” (1 Timoteo 6:10).

Pregúntese si la manera como maneja sus finanzas es la apropiada para suplir sus necesidades y las de su familia, o si se está convirtiendo en adicto a conseguir el dinero en sí. Se necesita coraje y humildad para reconocer que hemos cruzado la línea de ser responsables a ser adictos.

¡Gente pobre, gente rica y gente de cualquier estatus económico intermedio son susceptibles a la adicción por las apuestas! Muchas personas pobres compran lotería para ir tras el sueño de ganar, pensando que esto les dará la posibilidad de salir de la pobreza. Las probabilidades de perder el dinero son tan altas, que a menudo la lotería es llamada el “impuesto para los pobres”. Más importante aun, veamos que las escrituras nos advierten que un mal enfoque del dinero puede costarle la salvación a la persona.

La definición de codicia y avaricia

  • Dios nos dice que no debemos codiciar o ser avaros. Son pecados (Éxodo 20:17; Colosenses 3:5; 1 Timoteo 3:3). Como la codicia no es una palabra de uso común en nuestros días, veamos su significado. El diccionario escolar Merriam-Webster la define así: “1: Marcado por un excesivo deseo de riqueza o posesiones o de posesiones de alguien” y “2: Ansia de posesiones”. Con el fin de no pasar por alto la definición de avaricia, la misma fuente la define así: “Un deseo egoísta y excesivo por más de lo que se necesita de algo (como el dinero)”.

  • Otro versículo de la Biblia utiliza la palabra “codiciar” al hablar de cómo debemos vivir: “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré;” (Hebreos 13:5). Y otro versículo habla de las consecuencias de la avaricia: “Alborota su casa el codicioso; Mas el que aborrece el soborno vivirá” (Proverbios 15:27).

Rechace la tentación de pensar que apostando pueden mejorar las cosas para usted y para su hogar, estas escrituras dejan ver que ese pensamiento es una mentira. Si pensamos de esa forma nos estamos engañando a nosotros mismos.

Trabajo honesto vs. algo por nada

  • La Biblia nos indica que debemos trabajar para vivir, que es exactamente lo contrario a obtener dinero de manera deshonesta o poner en riesgo recursos que hayamos ganado. El estilo de vida según Dios enfatiza que debemos dar antes de recibir. “El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad” (Efesios 4:28).

Las escrituras también nos revelan las consecuencias de la pereza: “El deseo del perezoso le mata, Porque sus manos no quieren trabajar” (Proverbios 21:25).

“Pereza” es una buena manera de describir el encanto de las apuestas. Puede atrapar a cualquiera, no sólo a los pobres, en la fantasía de creer que se puede obtener algo por nada.

El poder controlando su vida

  • Los hijos de Dios debemos servirle a Él, no al dinero. ¿Sabía usted que la Biblia nos advierte que podríamos enfrentarnos a un conflicto entre los dos? “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas” (Mateo 6:4). “Riquezas” es otra palabra que no es tan común. Significa: “Riqueza material o posesiones, especialmente con influencia degradante” (Diccionario escolar Merriam-Webster).

Cuando uno cruza la línea entre usar de manera apropiada el dinero y su búsqueda se convierte en lo que define la forma en que vive su vida, las posesiones materiales se han convertido en su “Dios” —¡un ídolo! ¡Fíjese de nuevo en este versículo y vea que la salvación de un individuo está potencialmente en juego! Este tema no es un asunto sin importancia.

  • No debemos sucumbir ante el poder de las adicciones. Las estadísticas son indiscutibles: Muchas personas se vuelven adictas a las apuestas. De las adicciones la Biblia dice: “Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupción. Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció” (2 Pedro 2:19). Debemos estar sometidos al poder de Dios, y no esclavizados al poder de alguna substancia, incluido un deseo inapropiado por el dinero. Cuando cualquier cosa empieza a controlar nuestra forma de vida, somos adictos a eso.

  • El apóstol Pablo, respondiendo a unas preguntas en la iglesia de Corinto escribió: “Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna” (1 Corintios 6:12).

Aun si apostar fuera benéfico para uno, una persona honesta reconocería que es muy fácil quedar bajo su control. Sin embargo, la verdad es que apostar no es bueno para nosotros. No lo es para las personas, no lo es para las familias ni la sociedad. Tristemente, muchos gobiernos ignoran las desventajas de apostar y fomentan el uso de las loterías para aumentar sus fondos. Lo único que logra es aprovecharse de personas vulnerables, en vez de ayudarles.

Para más información, lea el siguiente artículo acerca de cómo superar la adicción por las apuestas: “Apuestas”

¿Apostar como forma de entretenimiento?

Algunos consideran las apuestas como una forma de entretenimiento, y dicen que es lo mismo que si gastaran el dinero en cualquier otra actividad de diversión. Por supuesto, por principio general, el entretenimiento según Dios nunca involucra un comportamiento pecaminoso. El entretenimiento según Dios consiste en gastarse un dinero presupuestado (dinero del cual podemos disponer) en algo que según las leyes de Dios usted y/o su familia van a disfrutar. Teniendo en cuenta esa definición, apostar no es un entretenimiento según Dios.

Es comúnmente sabido que apostar puede ser adictivo. Apostar es una trampa que destruye a las personas, familias y sociedades. No es una forma inocente o saludable de divertirse.

Como hemos visto, la Biblia demuestra el daño que nos puede hacer el apostar —el peor de todos, perder la salvación. Cristo promete a sus hijos que “pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas”, cosas como la comida, ropa y hogar. Jesús después define las prioridades entre conseguir cosas materiales y valores espirituales al añadir: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:32-33).

Leer el artículo de “Buscad primero el Reino de Dios”. Es una buena manera de encontrar las prioridades correctas.

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