Si Dios es todopoderoso y bueno, ¿por qué está en silencio? Y si Él quiere tener una relación con nosotros, ¿por qué se esconde? ¿Estamos buscando en el lugar correcto?
El silencio de Dios ha sido uno de los más grandes enigmas de los últimos 2000 años. En la época del Antiguo Testamento, tenemos el registro de Dios comunicándose directamente con la humanidad, por lo menos con los patriarcas y profetas. ¿Por qué cambió esto?
¿Está muerto Dios, como tantos especulan en nuestra cultura moderna? Muchos se preguntan, ¿por qué permite Dios la maldad y el sufrimiento? Pareciera que en esta época del mundo en que las guerras mundiales y la amenaza de que la humanidad se auto-aniquile de la faz de la tierra, Dios debiera intervenir directamente para salvarnos. Sin embargo, Él permanece en silencio y escondido del mundo.
¿O no?
En busca del Creador y el autor
Si usted cree que Dios sí existe pero está escondido, entonces es necesario que usted pruebe si la Biblia es verdad o no, y si podemos confiar en ella. La misma Biblia exhorta al lector a que observe la creación para que compruebe que hay un Creador. “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” (Romanos 1:20).
Cuando uno mira las maravillas del vasto universo o el complicado diseño de la célula más pequeña, es difícil negar la existencia del diseño inteligente de la mano de Dios.
Otra afirmación que hace la Biblia es que es la Palabra de Dios. “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”(2 Timoteo 3:16).
Cuando uno llega a la conclusión de que Dios existe y que la Biblia es la Palabra de Dios, estamos listos para responder a la pregunta, “¿Se esconde Dios?”.
¿Dónde podemos encontrar las respuestas?
Si se lo permitimos, la Biblia nos ayudará a entender si Dios se esconde. Dios dice que cuando lo reconocemos y lo buscamos pidiendo su guía y dirección en nuestra vida, Él no se quedará escondido (Deuteronomio 4:29; Isaías 55:6-7).
No podemos continuar ignorando a Dios y esperando que Él se comunique con nosotros. De hecho, se nos advierte que si continuamos viviendo de una forma contraria a la ley de Dios, sencillamente no tendremos acceso a Dios. “He aquí que no se ha acortado la mano del Eterno para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír” (Isaías 59:1-2). Por lo tanto, si queremos que Dios no se esconda de nosotros, debemos primero buscarlo y vivir por su Palabra revelada.
Escondido por siglos y generaciones
El apóstol Pablo hace una afirmación sorprendente acerca de este tema. Veamos lo que dice Colosenses 1:25: “De la cual fui hecho ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios, el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria”.
Pablo está revelando a la Iglesia en Colosas que una esperanza futura de gloria eterna por medio de Cristo viviendo en nosotros es un misterio que ha estado escondido durante los siglos y las generaciones. Este increíble conocimiento del plan de salvación de Dios para toda la humanidad ha sido retenido y mantenido en secreto para toda la humanidad. Por lo tanto, las personas han creído que Dios se está escondiendo.
Sencillamente, en su plan, Dios no ha contemplado revelarse a sí mismo y su plan de salvación para toda la humanidad en ésta época. Esto se llevará a cabo en una época futura. Juan 6:44 explica que nadie puede llegar a entender a Jesucristo y su mensaje, a menos que el Padre lo llame.
Además, es importante citar esta intrigante escritura: “Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas? El respondiendo, les dijo: porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado” (Mateo 13:10-11).
¿No es esto algo sorprendente? La mayoría de las personas creen que Jesús habló en parábolas con el fin de hacer más claro su significado. Sin embargo, sólo lo aclara a aquellos que Dios estaba llamando para que entendieran en esos días.
Veamos unos versículos más, que nos pueden ayudar a entender porque las personas no podían entender. “Por eso les hablo por parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden. De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: de oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis; porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y con el corazón entiendan, y se conviertan, y yo los sane. Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen. Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron” (Mateo 13:13-17).
Dios está llevando a cabo un plan paso a paso
¿Se esconde Dios? En cierta forma, sí. El propósito de Dios y su intención es no ser visto ni oído por la mayoría de la humanidad en la actualidad. Él sólo está llamando y preparando a unos pocos ahora con el fin de ayudarlos a entrenarse para una posición de liderazgo en el mundo que vendrá después del regreso de Jesucristo a esta tierra. Para estas personas Dios puede seguir siendo invisible y silencioso en un sentido literal, pero Él se está revelando clara y abiertamente por medio de su Biblia y por medio de las oraciones respondidas. Ellos tienen una relación cercana con Dios.
Algún día, pronto, Jesucristo va a regresar a la tierra con gran poder y gloria para gobernar todas las naciones de la tierra con los santos resucitados que han sido preparados para ser coherederos con Cristo (Romanos 8:17).
El libro de Apocalipsis proclama este gobierno que regirá a todo el mundo: “El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 11:15).
También hay una promesa maravillosa en Ezequiel 39, mostrando que cuando este día llegue, Dios ya no va a esconder más su cara de la humanidad. Veamos lo que dice en el versículo 29: “Ni esconderé más de ellos mi rostro; porque habré derramado de mi Espíritu sobre la casa de Israel, dice el Eterno el Señor”.
Vendrá la revelación final de Dios
Después de que toda la humanidad llegue al conocimiento de Dios y de que su plan de salvación sea completado, Dios promete que será más visible y accesible que antes. Ya nadie se preguntará: ¿se esconde Dios?
Veamos estas palabras grandiosas: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía; he aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios” (Apocalipsis 21:1-3).
¡Estamos esperando algo maravilloso!
Así que hemos visto que Dios no se ha estado escondiendo de usted. El desea tener una relación personal con usted, tal como Pablo lo explicó: “Para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros” (Hechos 17:27).
Dios no ha muerto. Él está en su trono y está en control total de su creación. ¿Se está escondiendo Dios? Dios mismo nos responde esta pregunta por medio del profeta Jeremías. “¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice el Eterno, y no Dios desde muy lejos? ¿Se ocultará alguno, dice el Eterno, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice el Eterno, el cielo y la tierra?” (Jeremías 23:23-24).
¿Por qué no abrir las páginas de su Biblia y pedirle a Dios que se le revele él mismo a usted y le permita ver y escuchar las cosas maravillosas que Él ha preparado para usted?