De la edición Marzo/Abril 2022 de la revista Discernir

¿Deben los cristianos celebrar la Pascua?

¿Qué instrucciones nos ha dado Dios acerca de esta fiesta que la Iglesia del primer siglo guardó? ¿Deben los cristianos guardarla o no tiene ningún significado para ellos?

En gran parte del mundo religioso, los adeptos buscan el significado, propósito y respaldo en fiestas religiosas que les parezcan familiares.

Este concepto también es común en el cristianismo moderno. Muchas sectas y denominaciones cristianas han adoptado fiestas religiosas (a menudo provenientes de culturas paganas antiguas) a las cuales se les atribuyeron ideales bíblicos o morales para proclamarlas cristianas.

Muchas de esas fiestas, ahora prácticamente universales, como la Semana Santa y la Navidad, fueron tomadas directamente de festivales paganos preexistentes, a los que se les dieron nombres cristianos. (Para más información, vea nuestro artículo “Días santos vs. días festivos”.)

Por otro lado, quienes estudian la Biblia y reconocen la contradicción y confusión que se producen al mezclar rituales paganos con ideales cristianos, generalmente quedan desconectados de sus tradiciones familiares y culturales por no celebrar sus fiestas religiosas. Pero incluso ellos mantienen el anhelo de encontrar celebraciones y prácticas religiosas con sentido.

En años recientes, algunos cristianos han buscado llenar ese vacío con costumbres propias de los judíos. Una costumbre que algunas iglesias han adoptado es el tradicional Séder judío de la Pascua.

La comida del Séder

No está claro cómo se originó la tradición formal del Séder, con sus rituales, oraciones y costumbres tan específicos y estructurados. Muchos académicos aseguran que se desarrolló después de la destrucción del segundo templo (año 70 d.C.), cuando los creyentes judíos ya no tenían acceso a un templo para realizar sus ceremonias religiosas. De cualquier forma, el ritual estructurado del Séder, una costumbre muy importante en el judaísmo moderno, no se encuentra en la Biblia.

Para los cristianos que buscan tradiciones con menos matices paganos, el Séder puede parecer una fuente de un sentido más histórico. Sin embargo, en la desesperación por apropiarse esta costumbre judía, muchos pasan por alto o ignoran la fiesta bíblica que está detrás y sí fue establecida por instrucción divina: la Pascua anual.

La primera Pascua

La Pascua fue establecida por Dios como un evento fundamental en su calendario. El contexto de esta fiesta se encuentra en Éxodo 7-11. Dios había enviado a Moisés para liberar a los israelitas de la esclavitud en Egipto, a través de nueve plagas. Después de cada plaga, Faraón se rehusaba a dejar salir a Israel. Pero la décima plaga acabaría con la resistencia egipcia y finalmente traería la libertad para los israelitas. Dios anunció: “morirá todo primogénito en tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sienta en su trono, hasta el primogénito de la sierva que está tras el molino, y todo primogénito de las bestias” (Éxodo 11:5).

Dios además les dio instrucciones a los israelitas para que pudieran ser protegidos. Su protección llegaría a través de la ceremonia de la Pascua. En Éxodo 12 encontramos los detalles de este increíble evento. Cada familia debía sacrificar un cordero, pintar los postes y el dintel de su puerta con la sangre del sacrificio y permanecer en casa durante toda la noche.

“Pues yo pasaré aquella noche por la tierra de Egipto, y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, así de los hombres como de las bestias; y ejecutaré mis juicios en todos los dioses de Egipto. Yo el Eterno. Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad” (Éxodo 12:12-13).

Fue una escena dramática. Dios estableció la Pascua como la primera fiesta anual de su pueblo con el fin de conmemorar su liberación divina (Levítico 23:4-5). Y, cuando finalmente se establecieron en la Tierra Prometida, la Pascua se convirtió en una fiesta de peregrinaje en la que todas las familias viajaban a Jerusalén.

La Pascua y las demás “fiestas solemnes del Eterno” (v. 2) fueron un punto de referencia en la relación de Israel con Dios. Descargue nuestro folleto Las fiestas santas de Dios: Él tiene un plan para usted si desea más información acerca de este tema.

¿Pasar por alto la Pascua?

¿Qué tiene que ver la Pascua con nosotros en la actualidad? ¿Espera Dios que los cristianos modernos guarden esta celebración anual?

La respuesta probablemente le sorprenda. La mayoría de las denominaciones cristianas ignoran la Pascua, mientras que algunas comunidades la sustituyen con una comunión ritual semanal o mensual. (Vea nuestro artículo “¿La Última Cena o Pascua?” si desea saber más detalles acerca de esta práctica.) Sin embargo, miles de cristianos fieles siguen guardando la Pascua anual según las instrucciones del Nuevo Testamento.

Analizar esas instrucciones tal vez lo anime a pensar en la posibilidad de guardar esta fiesta también.

¿Guardó Cristo la Pascua?

Por definición, un cristiano es un discípulo o seguidor de Jesucristo. Pedro fue inspirado por Dios a enseñarnos que los cristianos deberían guiar su comportamiento y sus prácticas de acuerdo con el ejemplo de Jesús (1 Pedro 2:21). Por lo tanto, cuando analizamos si los cristianos actuales deberían celebrar la Pascua, el ejemplo de Cristo es un factor muy importante que debemos tener en cuenta.

Aquí es donde la Pascua anual se vuelve muy personal. Todos necesitamos redención.

Aunque la Biblia no nos da muchos detalles acerca de la crianza de Jesús, sabemos que Él y su familia celebraban la Pascua. Lucas, por ejemplo, relata que “Iban sus padres todos los años a Jerusalén en la fiesta de la pascua; y cuando tuvo doce años, subieron a Jerusalén conforme a la costumbre de la fiesta” (Lucas 2:41-42).

Cristo siguió celebrando la fiesta durante su vida adulta, y se aseguró de hacerlo incluso en los últimos días de su vida física para darles ese ejemplo a sus seguidores. En esa ocasión, les dijo a sus discípulos: “Mi tiempo está cerca… celebraré la pascua con mis discípulos.” (Mateo 26:18). Además, los cuatro Evangelios confirman la participación activa de Jesús en la Pascua anual (Mateo 26; Marcos 14; Lucas 22; Juan 13). En otras palabras, no cabe duda de que Él y sus discípulos guardaron esta fiesta.

Algunos argumentan que la observancia de la Pascua era una práctica cultural limitada a los judíos. Pero ¿qué dice la Biblia acerca de esto?

La orden de Cristo: “haced esto en memoria de mí”

Quienes desean seguir a Jesucristo como Cabeza de la Iglesia, deben tener en cuenta sus instrucciones.

Durante la última noche de su vida física, Jesús se reunió con sus seguidores para celebrar la Pascua anual; sería una significativa noche de transición para sus discípulos. Cristo, sabiendo lo que venía y el impacto que tendrían su traición, arresto y crucifixión, se dedicó a guiar, animar y aconsejar a sus discípulos (Juan 13-17). Les dijo: “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él” (Juan 14:21). Cristo les recordó que una evidencia de su amor por Él era seguir sus instrucciones.

Lo mismo es verdad ahora; veamos lo que Juan escribió: “en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él” (1 Juan 2:3-4).

Una de las instrucciones claras de Jesús fue que sus seguidores debían guardar la Pascua. Antes de ser crucificado, Cristo estableció los nuevos símbolos del pan y el vino para la Pascua del Nuevo Testamento, y al hacerlo dijo: “haced esto en memoria de mí” (Lucas 22:19; 1 Corintios 11:23-25).

Haced esto en memoria de mí. Eso es más que una sugerencia, es una orden personal —una orden que fue dada directamente por Jesucristo. La Pascua fue consagrada como una ordenanza para la Iglesia cristiana por Jesús mismo y, por lo tanto, es uno de los mandamientos que los cristianos deberían esforzarse por seguir.

La Iglesia de Dios guarda la Pascua del Nuevo Testamento

En la Biblia también es claro que la Iglesia del Nuevo Testamento celebró la Pascua.

En una carta a la congregación de Corinto, compuesta mayormente por gentiles, Pablo comenta: “nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que celebremos la fiesta” (1 Corintios 5:7-8). Más adelante, el apóstol repasa la observancia de la Pascua, confirmando su importancia y seriedad para la Iglesia de Dios (1 Corintios 11:17-32).

Es importante notar que la congregación de Corinto conocía muy bien las fiestas de la Pascua y Panes Sin Levadura. Para más información acerca del profundo significado y la importancia de esta segunda fiesta santa, lea nuestro artículo en línea: “La fiesta de Panes Sin Levadura: luchando por una vida de justicia”.

Si la Pascua fuera una celebración exclusivamente judía, no hubiera sido parte de las costumbres de la Iglesia del Nuevo Testamento. En la Biblia vemos que incluso las congregaciones compuestas en su mayoría por no judíos, como la de Corinto, estaban enteradas de la importancia y necesidad de guardar la Pascua del Nuevo Testamento.

En otras palabras, las Escrituras muestran que la Pascua no era una fiesta de los judíos solamente, sino una fiesta de Dios (Levítico 23:1-2).

Ningún pasaje de la Biblia nos permite entrever que la Iglesia de Dios haya abandonado esta celebración especial.

El significado que tiene la Pascua para usted

La Biblia nos ofrece mucha evidencia de que fue Dios quien estableció la Pascua. Jesús y la Iglesia del Nuevo Testamento la observaron fielmente. Y quienes guardan esta fiesta se benefician de su inspirador y profundo significado.

Como vimos antes, durante la primera Pascua en Egipto, cada familia debía matar un cordero, pintar su puerta con sangre y quedarse en casa hasta que el Señor pasara por Egipto y librara a su pueblo (Éxodo 12).

Esta antigua práctica simbolizaba la venida de Cristo y su sacrificio para permitir la salvación de la humanidad.

Jesús, como el Cordero de Dios, cambió los símbolos de la Pascua para sus seguidores. Ordenó que sus discípulos coman del pan sin levadura y tomen del vino, que representan su cuerpo quebrantado y su sangre derramada.

Aquí es donde la Pascua anual se vuelve muy personal. Todos necesitamos redención; todos los seres humanos, aparte de Jesús, hemos pecado y merecemos la pena de muerte (Romanos 3:23; 6:23). La Pascua marca el comienzo del plan de Dios para ofrecernos esa redención a usted, a mí y a todo el que se arrepienta de sus pecados.

Pablo explicó que Jesucristo es nuestra Pascua (1 Corintios 5:7). Él vivió, murió y derramó su sangre en pago por nuestra pena de muerte, “a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados” (Romanos 3:25, énfasis añadido).

Pedro dijo claramente que los cristianos son redimidos “con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación” (1 Pedro 1:19). Lea nuestro artículo “El sacrificio de Jesús” si desea tener una explicación más detallada.

Entonces, lejos de ser sólo una práctica antigua, la Pascua es una fiesta muy relevante en la actualidad.

La Pascua en la actualidad

La fiesta anual de la Pascua les recuerda a los cristianos la maravillosa bendición que es el sacrificio de Jesucristo. Pero ¿cómo deberíamos celebrar la Pascua en la actualidad? ¿Deberíamos adoptar el Séder judío?

La Biblia nos da la respuesta. Jesús, como el Cordero de Dios, cambió los símbolos de la Pascua para sus seguidores. Ordenó que sus discípulos coman del pan sin levadura y tomen del vino, que representan su cuerpo quebrantado y su sangre derramada (Mateo 26:26-29; Marcos 14:22-25; Lucas 22:14-20). Esta ceremonia debe realizarse una vez al año.

Pablo explicó que la Pascua del Nuevo Testamento no es una comida gozosa de fiesta (1 Corintios 11:20-29), sino una ocasión solemne a través de la cual los cristianos anuncian “la muerte del Señor… hasta que él venga” (v. 26) tomando del pan y el vino. Por lo tanto, no es necesario adoptar el Séder judío.

Otro elemento importante en la Pascua es el lavamiento de pies (Juan 13:1-17). Para más información acerca de esta práctica, lea nuestro artículo en línea: “La Pascua y el perdón”.

Como lo han hecho miles de seguidores fieles de Cristo desde la fundación de la Iglesia, los miembros bautizados de la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial, se reúnen en la noche de la Pascua siguiendo el ejemplo de Cristo. Así como la Pascua del Antiguo Testamento estaba reservada para quienes participaban en el pacto de la circuncisión (Éxodo 12:48), quienes han sido bautizados renuevan su compromiso con Dios en la Pascua del Nuevo Testamento.

Los seguidores de Cristo no deberían pasar por alto esta fiesta especial de Dios. En cambio, debemos seguir las instrucciones de nuestro Maestro, el gran Pastor y Cordero de Dios y guardar la Pascua anual del Nuevo Testamento.

Continuar leyendo

×

Suscríbase a Discernir

Ask a Question