¿A qué se refiere la Biblia con “hijos de Dios”? ¿Hubo extraterrestres en la tierra? ¿Se reprodujeron los ángeles caídos con mujeres creando una raza de “superhumanos”?
Por generaciones, los versículos 2 y 4 de Génesis 6 han desconcertado a lectores y eruditos por generaciones. Estos pasajes describen una sociedad en la que: “viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas... Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre” (énfasis añadido).
¿Quiénes eran estos misteriosos “hijos de Dios” y qué significa este extraño relato? Como vemos en la NKJV Study Bible [Biblia de estudio nueva versión King James], éste es un tema que ha causado mucha controversia:
“Este pasaje es uno de los más polémicos del AT. Las tres interpretaciones más aceptadas son: (1) Los hijos de Dios eran los piadosos descendientes de Set y las hijas de los hombres, descendientes impías de Caín; su unión resultó en apostasía y pecado. (2) Los hijos de Dios eran reyes poderosos que practicaban e imponían la poligamia, tomando como esposas a todas las mujeres que les placía y haciendo otras cosas incorrectas. (3) Los hijos de Dios eran ángeles caídos que cohabitaban con mujeres humanas (hijas de los hombres), cuyos descendientes eran tiranos” (comentarios sobre Génesis 6:1-4, 2007).
Algunos incluso hablan de “extraterrestres” que supuestamente alteraron la genética humana para crear una raza superior.
Ángeles caídos
¿Eran los “hijos de Dios” de Génesis 6 ángeles caídos o demonios? (Como vemos en Apocalipsis 12:4, 7, Satanás lideró una rebelión contra Dios y sus ángeles, durante la cual logró convencer a un tercio del mundo angelical de unirse a él. Estos “ángeles caídos” luego se convirtieron en demonios.) Existen muchas especulaciones al respecto.
Dios creó a los ángeles y, por lo tanto, son sus “hijos” en este sentido. El libro de Job lo confirma refiriéndose a los ángeles —buenos y malos (Satanás también estaba ahí)— como “hijos de Dios” (Job 1:6; 2:1).
Job 38:7 también nos habla de cómo los ángeles, “hijos de Dios”, se regocijaron ante la creación del mundo. Claramente, ninguno de estos pasajes podría referirse a seres humanos, pues ningún ser humano puede ir al trono de Dios y el hombre ni siquiera existía cuando la tierra fue creada.
Sí, la Biblia describe a los ángeles como “hijos de Dios”. Pero ¿podrían haber sido ángeles los que se reproducían con mujeres?
La mitología está llena de historias sobre “dioses” que cohabitan con seres humanos. Y, en una sociedad tan fascinada con lo sobrenatural como la nuestra, no debería sorprendernos que haya tantos libros, películas y sitios web basados en esta idea. Pero cuidado. La verdad no se encuentra en ninguno de ellos. Es más, podemos garantizar que todas estas fuentes están equivocadas.
El único libro que puede mostrarnos la verdad sobre el mundo espiritual es la Biblia. De hecho, Jesucristo mismo aclaró la verdad acerca de si los seres espirituales podían “casarse” o cohabitar con los seres humanos —y la respuesta es que no, no pueden. En cierta ocasión, un grupo de saduceos trató de engañar a Cristo preguntándole qué sucedería con una mujer que, apegándose a la ley del levirato de Deuteronomio 25:5-6, terminara por casarse con siete hermanos que morían uno tras otro; ¿de quién sería esposa después de la resurrección? Un escenario bastante ridículo, ¿no es así?
En realidad, los saduceos no creían en la resurrección; el propósito de esta pregunta era sólo poner en entredicho a Jesús.
Cristo nos da la respuesta
Conociendo sus malas intenciones, Cristo les respondió: “¿No erráis por esto, porque ignoráis las Escrituras, y el poder de Dios? Porque cuando resuciten de los muertos, ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles que están en los cielos” (Marcos 12:24-25; énfasis añadido). Cuando los fieles sean resucitados, serán transformados a seres espirituales mayores que los ángeles (1 Corintios 15:51-53; Hebreos 1:5-14).
Pero los santos resucitados no se casarán, y los ángeles tampoco se casan. Los ángeles no pueden procrear. Todos ellos fueron creados por Dios.
Además, el contexto de Génesis 6 demuestra que los “hijos de Dios” no podían ser seres espirituales, pues “dijo el Eterno: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne” (Génesis 6:3). En otras palabras, las escrituras están hablando de seres humanos, no de ángeles ni extraterrestres.
¿Qué hay de los “gigantes”?
En su afán por encontrar algún sentido mítico en las escrituras, algunas personas toman la palabra “gigantes” de Génesis 6:4 como prueba de que la unión entre “hijos de Dios” e “hijas de los hombres” produjo una raza de “super-humanos”. Pero leamos con atención: “Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre”. La relación descrita en Génesis 6 no produjo gigantes. Los gigantes existían desde antes.
“Gigantes” proviene del hebreo nephilim. El gigantismo no es algo desconocido o único. Hay personas con esta condición en la actualidad. Sin embargo, existe otro significado de esta palabra que parece ofrecer una mejor explicación. Según la Strong’s Concordance [Concordancia Strong], nephilim también puede traducirse como “agresor o tirano”. El Commentary Critical and Explanatory on the Whole Bible [Comentario crítico y explicativo de la Biblia] de Jamieson, Fausset y Brown además agrega que: “En hebreo el término no evoca la idea de gran estatura, sino la de brutalidad temeraria, de personajes osados e impíos que causan devastación y muerte a dondequiera que van”.
En otras palabras, nephilim puede referirse no sólo a tamaño, sino también a carácter. Los “gigantes” de Génesis 6 pueden haber sido hombres violentos que oprimían a la gente. Claramente, no se trataba de hombres justos, pues su comportamiento distaba mucho de ser admirable.
Además, la raíz etimológica de nephilim (napal) también puede significar “fugitivo”, lo cual reafirmaría la idea de que los “gigantes” eran hombres alejados de Dios.
Los seres humanos como “hijos de Dios”
Así como los ángeles son hijos de Dios por creación, también lo es el hombre. Esto por supuesto concuerda con Génesis 6:3, donde se demuestra que la Biblia habla de seres humanos. Malaquías 2:10, por ejemplo, nos dice que toda la humanidad tiene un mismo Padre; es decir, todos somos “hijos de Dios”. Además, Adán es llamado “hijo de Dios” porque fue Dios quien lo creó (Lucas 3:38).
El tercer significado bíblico de este término se refiere a seres humanos que son hijos de Dios en el sentido espiritual por medio de la conversión. Como Pablo escribe, “todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios” (Romanos 8:14). Otras escrituras que lo confirman son Gálatas 3:26, Mateo 5:9 y Romanos 9:26. En la Biblia hay muchos ejemplos de seres humanos que pasaron a ser hijos de Dios por conversión (Juan 1:12; 11:52; 1 Juan 3:1-2; Romanos 8:16-17, 21; Filipenses 2:15).
¿Piadosos descendientes de Set?
¿Eran los “hijos de Dios” de Génesis 6 hombres convertidos descendientes del justo Set? Esta interpretación también presenta ciertos problemas. Empecemos por analizar el breve comentario que la Biblia hace al respecto en Génesis 4:26: “a Set también le nació un hijo, y llamó su nombre Enós. Entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre del Eterno”. En primer lugar, la Biblia no dice cuales fueron los hombres que comenzaron a invocar el nombre de Dios. Por lo tanto, afirmar que se refiere a los descendientes de Set sería tan sólo una especulación.
Además, “invocar el nombre del Eterno” no implica ser “hijos de Dios”. Como sugiere la NKJV Study Bible [Biblia de estudio nueva versión King James], “Es muy poco probable que el significado de esta frase sea que los hombres comenzaron a orar a Dios hasta entonces. Más bien, el verbo invocar significa ‘proclamar’. Es decir, este pasaje se refiere al inicio de la predicación, el testimonio y la evangelización en el nombre de Dios (12:8)” (comentario sobre Génesis 4:26).
Otro problema con esta idea es la suposición de que, si Set y algunos de sus descendientes fueron justos, entonces todos sus descendientes fueron justos también. Esto es simplemente idealista. Aun en los tiempos de la Iglesia, no había garantía de que los hijos y nietos de alguien con el Espíritu Santo seguirían el camino de Dios. Cada quien debía tomar su propia decisión. Algunos escogían el camino de la conversión; otros, el camino del mundo.
Finalmente, esta teoría contradice el contexto de Génesis 6: un ambiente tan corrompido y contrario al camino de Dios, que hizo que Dios tomara la decisión de destruir a la humanidad entera —exceptuando a Noé y su familia. Suponer que los “hijos de Dios” de Génesis 6:4 eran hombres piadosos no encajaría con el resto de la historia.
Significado de Génesis 6:4
El contexto de este versículo es que Dios estaba cansado del comportamiento humano (Génesis 6:3). El uso de la palabra “gigantes” (nephilim) implica un ambiente de agresión, violencia, y lejanía del camino de Dios. “Hijas de los hombres”, por otro lado, no significa nada en especial. Según la NKJV Study Bible [Biblia de estudio nueva versión King James]: “El término hijas claramente se refiere a la descendencia femenina de padres humanos. La hijas eran simplemente mujeres” (comentario sobre Génesis 6:1).
En el versículo 5 leemos: “vio el Eterno que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal”.
Todo esto hizo que Dios tomara la decisión de destruir a la humanidad entera por medio de un gran diluvio (exceptuando a Noé, su esposa y sus tres hijos con sus esposas). Así, podría comenzar nuevamente a trabajar con la humanidad a través de Noé y su familia.
En una traducción más apropiada, la Biblia de las Américas aclara que “había gigantes [nefilim] en la tierra en aquellos días, y también después, cuando los hijos de Dios se unieron a las hijas de los hombres y ellas les dieron a luz hijos. Éstos son los héroes de la antigüedad, hombres de renombre” (Génesis 6:4). Cualquiera que haya sido la forma en que estos matrimonios quebrantaban la ley de Dios, su actitud era soberbia. Sus hijos eran famosos y considerados como héroes por haber nacido de padres que desafiaban a Dios. ¿Suena familiar? Esto es exactamente lo que sucede hoy en día con los famosos que se convierten en ídolos por su extravagancia y hedonismo.
Tras analizar todos los factores de Génesis 6: 4, la explicación más razonable parece ser que estos matrimonios desafiaban las leyes de Dios de alguna manera. En ningún lugar encontramos indicios de seres sobrenaturales procreando con seres humanos o una raza de mitad hombres-mitad espíritu.