Alégrate, joven, en tu juventud
Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios. Quita pues el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad.
Gran parte de la literatura de sabiduría de Salomón en Proverbios y Eclesiastés está dirigida a la gente joven. Con frecuencia su consejo es escuchar el consejo, tener un enfoque sobrio de la vida y trabajar con diligencia. Pero aquí él agrega declaraciones equilibradas para alentar a los jóvenes.
Es natural querer divertirse —regocijarse y permitir que su corazón lo alegre a uno. Y está bien disfrutar de la vida, si usted nunca olvida que las leyes de Dios son para nuestro beneficio. Recuerde que si nosotros las quebrantamos, traeremos sobre nosotros sanciones automáticas.
La mejor manera de remover la tristeza de nuestros corazones es quitar la causa de la tristeza, la cual es el mal —hacer cosas que son contrarias al camino de vida de Dios.
La niñez y la juventud son pasajeras —como una neblina o tratar de agarrar el viento. Desde luego, a medida que nos hacemos viejos, podemos mirar nuestra vida de esa manera. Esta perspectiva puede ayudarnos a vivir esta vida plenamente y, lo que es más importante, a prepararnos para una eternidad llena de propósito.
Para más información acerca de la perspectiva y el propósito de Dios para nuestra vida, vea nuestra sección acerca de “¿Cuál es el significado de la vida?”