Versiculos Para Meditar

¡Ay del mundo por los tropiezos!

Mateo 18:7   

¡Ay del mundo por los tropiezos! Porque es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!

Mientras les enseñaba a sus discípulos, Jesucristo llamó a un niño para que se acercara. Él les dijo a sus discípulos que, si recibían a un niño en su nombre, era como si lo recibieran a él (Mateo 18:5). Pero, por otro lado, si alguna persona hacía que uno de esos pequeños (ya fuera un niño o una persona que apenas ha empezado su proceso de conversión) pecara, “mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar” (v. 6).

Después de esta impactante declaración, Jesús continúa con una advertencia para aquellos que causan ofensas. Él no prometió que no iba a haber ofensas en esta vida, ya que la naturaleza humana tiene como tendencia natural, ofender a los demás. Incluso, Dios utiliza estas ofensas y las pruebas para ayudarnos a crecer cuando somos ofendidos y se interponen obstáculos en nuestro camino.

¡Pero cuando somos nosotros los que podemos causar la ofensa, debemos estar muy atentos! Es necesario que tomemos la clara advertencia de Cristo muy en serio; y como escribió Pablo: “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres” (Romanos 12:18).

Lo invitamos a leer nuestros artículos “Cómo no ser piedra de tropiezo” y “El camino de la paz”. Si desea más información acerca de qué hacer y qué no hacer en nuestras relaciones con otras personas, lo invitamos a ver nuestra sección “Relaciones”.