Culpable de todos

Santiago 2:10-11  

Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley.

La ley de Dios no es un auto servicio en donde nosotros podemos escoger cuales mandamientos obedecer y cuales ignorar. Santiago explica que todos los mandamientos son parte de una ley que conforma un todo. Al desobedecer aun un mandamiento somos pecadores y quebrantamos la ley. Quebrantar una ley nos hace merecedores de la pena de muerte.

Todas las leyes de Dios trabajan juntas. Santiago advirtió acerca del peligro de comparar pecados, porque todos encontramos fácil el justificarnos a nosotros mismos y, al mismo tiempo, juzgar fuertemente a aquellos que pecan de una forma que nosotros nos hemos sido tentados a pecar. Tenemos que reconocer que nosotros también seremos jugados por la ley y debemos aprender a mostrar misericordia a los otros (Santiago 2:12-13).

Para más información acerca del pecado —la transgresión de la ley de Dios— vea nuestro artículo “¿Qué es el pecado?”.

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