Dulce será mi meditación

Salmo 104:34  

Dulce será mi meditación en él; yo me regocijaré en el Eterno.

Dios no sólo oye nuestras oraciones, puede leer nuestras mentes y saber nuestras meditaciones. Le agradan los pensamientos piadosos y positivos basados en su Palabra y sus leyes.

David expresó un pensamiento similar en Salmos 19:14: “Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Eterno, roca mía, y redentor mío”.

Un fiel seguidor de Jesucristo quiere que toda acción y todo pensamiento sean guiados por Dios y le sean agradables.

Para obtener más información acerca de cómo agradar a Dios, contamos con nuestro artículo: “7 formas de agradar a Dios”, que ponemos a su disposición.

Ask a Question