El potencial humano
Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies: Ovejas y bueyes, todo ello, y asimismo las bestias del campo, las aves de los cielos y los peces del mar; todo cuánto pasa por los senderos del mar.
En la creación Dios le dio a la humanidad dominio —gobierno— sobre la tierra y las otras criaturas sobre ella (Génesis 1:26-28). La intención que Dios tenía con nosotros era que aprendiéramos a ser buenos mayordomos de lo que Él nos dio, y en el proceso de atenderlo y guardarlo, crecer en el carácter de Dios. Pero nuestros primeros padres escogieron el camino del egoísmo y de las metas a corto plazo, y desde entonces la humanidad ha hecho mal uso de su dominio y ha contaminado nuestro planeta.
El autor de Hebreos muestra que la intención de Dios va más allá aun de la tierra y sus criaturas. “Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos. Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos” (Hebreos 2:9-10).
Si usted desea saber más acerca de este increíble potencial, vea nuestro artículo “El propósito de la vida”.