El tiempo no sería más
Y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería más, sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus siervos los profetas.
Después de la plaga de la sexta trompeta (Apocalipsis 9:13-21), el apóstol Juan registra unos pronunciamientos dramáticos que conducen a la séptima y última trompeta. Aquí un ángel anuncia que ya no habrá más tiempo —que todas las misteriosas profecías de la Biblia finalmente se van a cumplir en rápida sucesión.
Los seres humanos han pensado, a través de la historia, que Dios ha tardado mucho en traer las bendiciones y la salvación. Otros sienten que Dios ha esperado mucho para castigar a los malvados. El apóstol Pedro describe la diferencia entre el tiempo de Dios y el tiempo del ser humano de la siguiente manera:
“Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:8-9).
Pero Dios no va a esperar indefinidamente. Él promete intervenir para salvar a la humanidad de la autodestrucción (Mateo 24:21-22) y establecer el maravilloso Reino de Dios. Para leer más acerca de esta culminación del misterio de Dios, lo invitamos a ver nuestra sección “Reino de Dios”.
