Embajadores en nombre de Cristo
Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.
El apóstol Pablo explicó a la congregación de Corintio que Dios le había dado un ministerio de reconciliar a la gente con Dios (2 Corintios 5:18). Esta reconciliación la hizo Cristo al limpiarnos de nuestros pecados.
En el versículo 20 Pablo compara su rol con ser un embajador —un representante oficial de Dios, como los embajadores imperiales que representaban al emperador romano. Pablo, y por extensión todos los cristianos, buscan traer paz y reconciliación entre Dios y el hombre.
Para servir como un embajador en nombre de Cristo, nosotros debemos compartir sus valores y promover su misión. No debemos enredarnos en los caminos de la sociedad a nuestro derredor, sino que debemos andar como Él anduvo.
Si desea más información acerca de representar apropiadamente a Cristo, vea nuestros artículos titulados “Cristo en nosotros: ¿cómo vive Cristo en usted?” y “Embajadores de Cristo”.