Estos confían en carros
Estos confían en carros, y aquéllos en caballos; mas nosotros del nombre del Eterno nuestro Dios tendremos memoria. Ellos flaquean y caen, mas nosotros nos levantamos, y estamos en pie. Salva, Eterno; que el Rey nos oiga en el día que lo invoquemos.
El rey David era un guerrero valiente, pero él puso su confianza en Dios. Él había experimentado victorias sobre los que confiaron en un equipo y poder militar superiores (vea usted 2 Samuel 8:4, por ejemplo).
David también reconoció que él no era el rey supremo. Él oró al Rey del universo para ser librado. Lea más sobre este tipo de fe “El secreto para enfrentarse con sus gigantes”.
Aunque Dios bendijo a David en la batalla, no fue la intención original de Dios que su pueblo peleara en guerras. Para más información acerca de esto, vea nuestro artículo titulado “Guerra en la Biblia: ¿Por qué el pueblo de Dios fue a la guerra?”.