Guiados por el Espíritu de Dios
Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!
En Romanos 8 el apóstol Pablo hace un contraste entre los dos caminos de vida.
La humanidad, desde el pecado de Adán y Eva, ha estado siguiendo de manera natural el camino de quebrantar las leyes de Dios —pecado. “Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios, porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden” (Romanos 8:7).
El otro camino es el camino de ser guiado por el Espíritu de Dios. Dios llama a las personas a arrepentirse, ser bautizadas y recibir el Espíritu Santo (Hechos 2:38). Entonces, aquellos que son guiados por el Espíritu Santo ya no se someterán a sí mismos a la esclavitud de hábitos pecaminosos y la miseria que ello produce. En lugar de eso, ellos construirán hábitos de obediencia que son apropiados para un hijo del Dios justo. Exentos del pecado que nos separa de Dios, nosotros podemos tener la íntima relación de familia expresada al llamar a Dios: “Abba, Padre”.
Para más información acerca de los resultados que produce el Espíritu Santo, vea nuestro artículo “¿Cómo saber si tiene el Espíritu Santo?”.