Invitación para la Pascua
Porque si os volviereis al Eterno, vuestros hermanos y vuestros hijos hallarán misericordia delante de los que los tienen cautivos, y volverán a esta tierra porque el Eterno vuestro Dios es clemente y misericordioso, y no apartará de vosotros su rostro, si vosotros os volviereis a él.
El rey Ezequías de Judá vio como el poderoso imperio asirio conquistó a los parientes judíos del reino del norte, que se habían convertido en las 10 tribus perdidas. Después de restaurar el culto en el templo de Jerusalén, Ezequías envió mensajeros al remanente de Israel que aún no había sido llevado cautivo. Él los invitó a una celebración tardía de la Pascua en el segundo mes, como lo permitía la ley de Moisés (Números 9:10-11).
El llamado de Ezequías al arrepentimiento y la renovación fue objeto de burla por parte de muchas personas (2 Crónicas 30:10) pero algunos de las tribus del norte se humillaron y se unieron al pueblo de Judá para celebrar las fiestas de Dios y se volvieron a Él (v. 11).
Dios los escuchó y le agradó que el pueblo celebrara esa importante fiesta. “Hubo entonces gran regocijo en Jerusalén; porque desde los días de Salomón hijo de David rey de Israel, no había habido cosa semejante en Jerusalén” (v. 26).
Si desea más información acerca de cómo volverse a Dios, lo invitamos a ver nuestra sección “Arrepentimiento”. Para más información acerca de la fiesta de Dios de la Pascua, lo invitamos a leer “La Pascua: ¿qué hizo Jesús por usted?”.
