La tristeza que es según Dios produce arrepentimiento
Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte.
En este pasaje el apóstol Pablo explica la diferencia entre la tristeza normal humana que la gente siente cuando es sorprendida haciendo algo malo, y la tristeza que es según Dios que verdaderamente hace un cambio en nuestra vida que agrada a Dios. La tristeza del mundo puede ser un fugaz pesar o el deseo desesperado de no haber sido sorprendido en el acto. Pero esto no conduce a un verdadero arrepentimiento o cambio, por lo que la persona continua sin ser perdonada y todavía sintiéndose culpable de pecado y merecedora de la pena de muerte.
La tristeza que es según Dios conlleva un verdadero compromiso de cambio. Pablo ilustra esta poderosa tristeza que es según Dios en el ejemplo de los hermanos de Corinto en el versículo 11: “Porque he aquí, esto mismo de que hayáis sido contristados según Dios, ¡qué solicitud produjo en vosotros, qué defensa, qué indignación, qué temor, qué ardiente afecto, qué celo, y qué vindicación! En todo os habéis mostrado limpios en el asunto”.
Esto no es un pesar fugaz, sino un verdadero compromiso de cambio —dejar de hacer las cosas que Dios odia— y buscar el perdón de Dios. Nosotros debemos reemplazar los pensamientos que conducen a pecar con los pensamientos que conducen a la justicia.
Lea usted más acerca del arrepentimiento en "¿Qué es el arrepentimiento?" y “La tristeza según Dios”.