Padre de misericordias
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación.
Dios se revela a sí mismo como el Padre de misericordias y Dios de toda consolación. Los Salmos nos recuerdan muchas veces que “para siempre es su misericordia” (Salmo 118:1, etcétera). Él ofrece consolarnos como una madre consuela a su hijo (Isaías 66:13).
Cuando Dios nos consuela y alienta, quiere que nosotros hagamos lo mismo. Él “nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios” (2 Corintios 1:4).
Para más escrituras alentadoras, vea nuestro artículo acerca de “Versículos bíblicos alentadores”. Para más información acerca del amor del Padre para nosotros, vea “Dios, el Padre”.