Pero no sea como yo quiero
Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, se es posible, pase de mí esta copa; porque no sea como yo quiero, sino como tú.
El ejemplo y las enseñanzas de Jesucristo durante el último día de su vida como ser humano son muy contundentes y asombrosas.
Después la ceremonia de la Pascua del Nuevo Testamento y antes de que Judas Iscariote lo traicionara con el beso, Jesús llevó a sus discípulos al jardín de Getsemaní. Escogió a Pedro, Juan y Santiago para que estuvieran cerca de Él y le dieran apoyo durante sus últimas horas de libertad. Les pidió que se sentaran cerca y velaran con Él mientras derramaba su corazón delante de su Padre con una sentida oración.
De la casi una hora que debió haber durado la oración, sólo tenemos un corto resumen en el versículo 39. Jesús le pidió fervientemente a su Padre que si existía alguna otra manera que no requiriera el horrible sufrimiento y muerte que Él sabía que se aproximaban. Aun así, nos dio un asombroso ejemplo de sometimiento a la voluntad de Dios, no a la suya.
La meta de la vida cristiana es crecer hasta el punto de que busquemos hacer siempre la voluntad de Dios primero, antes que la nuestra. Si usted desea saber más acerca de buscar la voluntad de Dios, lo invitamos a ver “Hágase tu voluntad”.
