Potestad de ser hechos hijos de Dios
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.
El Verbo, quien vino a la tierra como Jesucristo, no era conocido por el mundo que Él había creado y no era aceptado por su propia familia y pueblo (Juan 1:1-3, 10-11, 14). Pero Dios sí llamó a unos pocos entonces y ahora para creer en su nombre y recibirlo a Él y a su mensaje.
Después de abrir sus mentes para que pudieran entender, Él les dio la oportunidad de arrepentirse, ser bautizados y recibir el don del perdón y el Espíritu Santo, que hace posible que nosotros nazcamos como hijos de Dios (Hechos 2:38; Juan 3:5-6; 1 Juan 3:1-3).
Éste es el increíble potencial que Dios ha hecho posible para los seres humanos —no sólo para los llamados ahora, sino para todos los que Dios llamará en el futuro. Para más información acerca de esto, vea nuestro artículo “Hijos de Dios”.