La ternura: un elemento importante en el Matrimonio
La ternura es una expresión del verdadero amor. Es una conexión emocional que fortalece y distingue a los matrimonios duraderos.
En tiempos donde el matrimonio enfrenta múltiples desafíos, se requiere un esfuerzo consciente de parte de ambos cónyuges para expresarse cariño mutuamente.
El modelo de matrimonio en el mundo es como una amistad con un acuerdo de límites, donde existe una línea imaginaria de la cual ninguno debe pasar a llevar el derecho del otro. Esto genera divergencias y puntos de vista que terminan en peleas y discusiones que muchas veces le quitan amor a la relación.
El matrimonio a la manera de Dios comienza debe estar basado en un pacto de amor entre ambos cónyuges, no de límites, sino en un pacto de servicio y de entrega total mutua. Basados en este pacto, debemos trabajar en elevar el nivel de amor que tuvimos cuando nos casamos. Bajo ese entendido, debemos incorporar en la relación elementos que enriquezcan el amor.
Uno de ellos, es la ternura. Este es un aspecto crucial del amor verdadero, que hoy se aprecia muy poco. Quizás lo encontraremos en matrimonios con muchos años de experiencia y maduros, tanto emocional como espiritualmente.
La ternura es una expresión que demuestra madurez y compromiso y es un fiel reflejo del amor verdadero. Sin ternura, el matrimonio pierde la conexión emocional que lo fortalece y lo distingue como una relación diseñada por Dios.
¿Qué es la ternura?
La ternura es un ingrediente del amor, es la expresión genuina de cariño y cuidado hacia el cónyuge. Es una expresión del amor que trasciende las emociones y que puede convertir en un estilo de vida. La ternura es una disposición del corazón que se expresa en gestos, palabras y actitudes de cuidado y de consideración. Es la suavidad y sensibilidad que busca el bienestar del cónyuge.
La ternura puede parecer obvia, de tal manera que la gran mayoría de las personas no la creen importante y mucho menos piensan que pueden llegar a aprenderla, gozarla y compartirla.
El autor Gary Chapman, en su libro, “Los Cinco Lenguajes del Amor”, afirma que “La ternura es el lenguaje del tacto físico, un acto que transmite aceptación y cuidado. No se trata de un simple contacto, sino de un gesto que dice: ‘Estoy aquí contigo y para ti’”.
La ternura es un ingrediente del amor, es la expresión genuina de cariño y cuidado hacia el cónyuge.
La ternura es fácil reconocerla cuando vemos a un pequeño bebé sonriendo por primera vez o cuando alguien hace una mueca a un anciano o enfermo. Somos naturalmente más delicados y cuidadosos en manifestar nuestro afecto cuando las personas necesitan cuidado y protección. También somos tiernos con ciertas mascotas que tengamos en casa, pero es menos probable que pensemos en este sentimiento con una persona sana y fuerte que parece perfectamente capaz de cuidarse a sí misma, como la esposa. Pareciera más difícil expresar ternura cuando se trata de nuestro esposo o esposa.
La ternura está está entretejida en el concepto de amor que encontramos en la Biblia, donde se menciona que “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (1 Corintios 13:4-7).
Este clásico capítulo al que llamamos el capítulo del amor, nos habla de cómo la ternura está implícita como un afecto puro, humilde, correcto, apropiado, justo, suave, benigno y de buen trato.
Ejemplos de ternura en la Biblia
1. El ejemplo de Cristo
Jesús es el mayor ejemplo de ternura que ha existido. Su compasión y sano afecto hacia todos con los que habló y escuchó, su paciencia con los discípulos y por sobre todo su sacrificio perfecto en la cruz reflejan un amor lleno de sensibilidad y cuidado. La Biblia dice: “Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas” (Isaías 40:11).
Así como Cristo muestra ternura con su Iglesia, los esposos están llamados a reflejar este mismo amor con sus esposas y viceversa.
2. La ternura de Dios con Israel
Dios mostró ternura hacia su pueblo, Israel, aun en medio de su rebeldía. La Biblia menciona: “Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y fui para ellos como los que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la comida” (Oseas 11:4).
Este cuidado delicado y constante es un modelo que debe estar presente para los esposos y esposas.
La ternura en el matrimonio
1. Hablemos con palabras que edifiquen un ambiente tierno.
Las palabras tienen un impacto profundo en el corazón de nuestro cónyuge. Muchas veces la dureza de nuestras palabras, sobre todo en momentos de problemas, son la antítesis de la ternura. Evitemos la crítica fuerte y desproporcionada y busquemos expresar amor y aprecio a través de lo que decimos. Salomón mencionó que “Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; mas la lengua de los sabios es medicina” (Proverbios 12:18).
Como esposos debemos hablarles apropiadamente a nuestras esposas y no debemos ser toscos como ellas, sino tratarlas como a “vaso frágil”. Las esposas deben animar al marido e igualmente seleccionar las palabras para estimularlo a seguir actuando bien.
2. La importancia del contacto físico.
Los abrazos, las caricias o incluso una simple palmada en el hombro, comunican ternura de manera profunda. Los matrimonios con experiencia tienen un lenguaje de ternura, muchas veces expresado a través de una mirada cargada de amor o de un abrazo sentido. También acariciando el cabello del otro, tomándose de la mano, buscando momentos y ambientes para expresarse cariño, etcétera.
El Cantar de los Cantares está lleno de ejemplos de expresiones tiernas de afecto que nutren el matrimonio: “Su izquierda esté debajo de mi cabeza, y su derecha me abrace” (Cantares 2:6).
Se vale salir a caminar tomados de la mano, o que uno de los dos abrace por la espalda al otro. Se valen también las miradas de admiración y respeto.
3. Mostremos atención plena.
La ternura es un ingrediente del amor que requiere conexión hacia las emociones del otro. Esto es importante, ya que es todo lo contrario a la indiferencia, a la distancia y a la falta de interés. La ternura requiere de conexión y atención. Escuchar sin interrumpir, sin juzgar, es una muestra de ternura y manifiesta el valor que le damos a lo que tiene que decir nuestro cónyuge. Escuchar al otro, mostrar interés, mirándole a los ojos atentamente, preguntando acerca del tema, opinando con respeto, son muestras de un amor tierno.
El apóstol Pablo mostró un principio fundamental de este tipo de amor: “No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros” (Filipenses 2:4).
4. Ser tierno implica cuidar al otro
La ternura no es un lujo, sino una necesidad en el matrimonio a la manera de Dios. Es una expresión del amor que Dios diseñó para las parejas.
La ternura se muestra cuando velamos por las necesidades físicas y emocionales del cónyuge. Preparar una cena, ayudar a levantar la loza sucia, lavarla, llevarle una copa de vino, ayudar con las tareas del hogar o simplemente preguntar: “¿Cómo puedo ayudarte hoy? O ¿te hace falta algo? Son actos de ternura que fortalecen el matrimonio.
Un versículo que captura la esencia de lo que venimos diciendo está en Colosenses 3:12, “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia”.
La ternura implica tratar al cónyuge con benignidad, humildad, mansedumbre y paciencia.
Frutos de la ternura en el matrimonio
- Unidad emocional y espiritual. La ternura crea un ambiente de confianza y comprensión.
- Amor más profundo. Refleja el amor de Dios, un amor que no busca lo suyo, sino el bienestar del otro.
- Genera un ejemplo para los hijos. Un matrimonio lleno de ternura se convierte en luz para quienes los rodean.
La ternura fortalece el matrimonio
La ternura no es un lujo, sino una necesidad en el matrimonio a la manera de Dios. Es una expresión del amor que Dios diseñó para las parejas. Es una virtud del amor que se refleja en palabras, acciones y actitudes que edifican al otro. Al cultivar la ternura, no sólo honramos a nuestro cónyuge, sino que también reflejamos el carácter de Cristo hacia su Iglesia. ¿Estamos dispuestos a dar pasos concretos para restaurar esta virtud olvidada en nuestro matrimonio? ¿Podremos los dos ponernos de acuerdo para agregar este ingrediente a nuestra relación?
Dios desea que nuestros matrimonios crezcan en amor y que disfrutemos de estar juntos. Él quiere que la vida de pareja sea un agrado para ambos y un testimonio para otros de que el matrimonio es una bendición de su parte.
Fecha de publicación: Diciembre 19, 2024