¿Por qué se arrepintió Dios de crear al hombre en Génesis 6? ¿No se supone que es perfecto? ¿Se equivoca Dios?
Todo creyente respondería: “¡Imposible! Dios es absolutamente perfecto y jamás comete errores. Dios no cambia y siempre logra sus objetivos”.
De hecho, Dios mismo afirma: “yo el Eterno no cambio”, y “yo soy Dios… que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero” (Malaquías 3:6; Isaías 46:9-10).
¿Por qué se lamentó Dios?
Por otro lado, la Biblia nos dice que, en cierto momento, “se arrepintió el Eterno de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón” (Génesis 6:6). ¿Cómo es esto posible? Si Dios es perfecto —lo cual implica que nunca ha pecado y nunca pecará— ¿cómo pudo “arrepentirse”? ¿Necesitaba arrepentirse de algo que hizo mal? La respuesta está en la palabra hebrea traducida como “arrepentirse” en este pasaje —naham— cuyo significado es “sentir, lamentar” (Brown-Driver-Briggs Hebrew Lexicon [Lexicón hebreo de Brown, Driver y Briggs]). Una mejor traducción sería: “el Eterno lamentó haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón” (énfasis añadido).
Dios nunca ha pecado. Pero, ¿se habrá equivocado al crear al ser humano? Esto contradeciría una de las mayores verdades reveladas a lo largo de la Biblia, que afirma: “Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; y su entendimiento es infinito” (Salmos 147:5). Pero la Biblia no puede contradecirse a sí misma (consulte Juan 10:35). Las escrituras nos recuerdan constantemente que Dios es omnisciente (lo sabe todo), y, por lo tanto, sabía que el hombre podía pecar y ser influenciado por Satanás para hacer el mal.
Entonces, ¿qué significa que Dios se haya “lamentado” y “dolido” por haber creado al hombre? Para comprenderlo, debemos analizar el contexto de esta escritura.
¿Por qué se dolió Dios?
“Y vio el Eterno que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y se arrepintió el Eterno de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. Y dijo el Eterno: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho. Pero Noé halló gracia ante los ojos del Eterno” (Génesis 6:5-8; énfasis añadido).
No sólo la mayoría de los seres humanos se había corrompido por completo, además “se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia” (v. 11). La humanidad se había vuelto tan violenta que Dios se vio en la necesidad intervenir. El mundo dejó de ser un lugar seguro, en especial para los pocos seres humanos buenos que quedaban.
No es que Dios se haya equivocado al crear al hombre; pero sí le dolía ver los errores que el ser humano estaba cometiendo. La causa de su dolor era la humanidad en sí, no el hecho de haberla creado.
El comportamiento del hombre no fue una sorpresa o algo inesperado para Él. Dios es nuestro Creador y conocía nuestras debilidades desde antes de crearnos. Aun así, Él ama a su creación y desea que todos cosechemos el fruto de la obediencia.
¿Por qué se “arrepintió” Dios?
“Arrepentirse” significa cambiar de dirección.
En el caso del ser humano, esto generalmente implica darnos cuenta de nuestro pecado, buscar el perdón de Dios y dejar nuestra antigua vida para vivir según la ley de Dios. En el Antiguo Testamento la palabra más utilizada para describir el arrepentimiento humano es shub, que literalmente significa “volverse” del pecado (Theological Wordbook of the Old Testament [Diccionario teológico del Antiguo Testamento]).
Pero éste no es el tipo de arrepentimiento del que Génesis 6:6 habla. Dios no se arrepintió de algo que hizo. Él es perfecto y por lo tanto nunca se equivoca (Salmos 18:30). Como mencionamos arriba, la palabra traducida como “arrepentimiento” en este pasaje es naham,que significa “sentir, lamentar” (Brown-Driver-Briggs Hebrew Lexicon [Lexicón hebreo de Brown, Driver y Briggs]). La Biblia describe muchas situaciones en las que Dios se ha lamentado o ha cambiado su curso de acción, y esto siempre es debido a errores humanos.
Otro ejemplo del uso de naham en el contexto de Dios está en 1 Samuel 15:35, cuando Dios “se arrepentía [naham] de haber puesto a Saúl por rey sobre Israel”. Una vez más, Dios no se estaba lamentando de su decisión, sino de los errores de Saúl.
En otras palabras, Dios puede llegar a cambiar su actitud para con la humanidad con base al comportamiento humano —generalmente cuando hay pecado o error. Cuando nos equivocamos, Dios se lamenta profundamente viendo que insistimos en tomar decisiones que nos hacen daño. Esta es la diferencia entre el arrepentimiento humano (volverse del pecado para seguir a Dios) y el arrepentimiento a nivel de Dios (cambiar su actitud hacia la humanidad con base a nuestro comportamiento).
Libre albedrío
Ahora, ¿por qué Dios cambia su actitud hacia el ser humano? La respuesta tiene que ver con el libre albedrío —el derecho de tomar nuestras propias decisiones y vivir con las consecuencias que éstas nos acarreen. De hecho, Jeremías revela que mayoría de las profecías están sujetas a las reacciones del ser humano:
“En un instante hablaré contra pueblos y contra reinos, para arrancar, y derribar, y destruir.
Pero si esos pueblos se convirtieren de su maldad contra la cual hablé, yo me arrepentiré del mal que había pensado hacerles, y en un instante hablaré de la gente y del reino, para edificar y para plantar. Pero si hiciere lo malo delante de mis ojos, no oyendo mi voz, me arrepentiré del bien que había determinado hacerle” (Jeremías 18:7-10).
En otras palabras, el arrepentimiento en el contexto de Dios (naham) depende de cómo los seres humanos se comporten. Dios nos creó con la libertad de escoger entre la vida y la muerte (obediencia y desobediencia a sus leyes), y su sentir hacia nosotros generalmente depende de nuestra decisión.
Como dijimos, Dios se dolió al ver la profunda corrupción del camino de vida que la humanidad había escogido (Génesis 6:5). Pero esto no significa que se haya equivocado al crear al ser humano. Su dolor fue causado por el catastrófico estado al que la rebelde humanidad había llegado en la época de Noé.
¿Se equivoca Dios? No; Dios es absolutamente perfecto. La corrupción del hombre no fue una sorpresa para Él, ni sintió que crearlo hubiera sido un error. Es más, Dios siguió trabajando con los seres humanos después de esto, comenzando por Noé —quien “halló gracia ante los ojos del Eterno” (Génesis 6:8). A diferencia del resto de la humanidad, Noé era un hombre justo que caminaba con Dios (v. 9).
Una lección para nosotros
Cada uno de nosotros es libre de decidir si obedecerá a Dios o no; y, tal como en los tiempos de Noé, nuestra decisión hará que Dios se agrade o se lamente. Le invitamos a aprovechar el material disponible en nuestro sitio web para saber más acerca de cómo agradar a su Creador.
Dios desea alegrarse al ver su compromiso con Él, no lamentarse de sus malas decisiones. Escoja el camino de Dios, y Él le dará la bienvenida a su reino diciendo “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor” (Mateo 25:23).