La verdad sobre el tipo de relación que Dios desea tener con usted probablemente le sorprenderá. ¿Cómo construir esta relación de la forma que Él espera?
Para comprender qué tipo de relación quiere tener Dios con nosotros, primero debemos entender por qué nos creó. Esta es la primera pregunta que responderemos.
La verdad sobre la relación que Dios desea tener con usted sin duda cambiará su vida —así de increíble es. Todo el tiempo que invierta en descubrir la repuesta valdrá la pena.
¿Por qué creó Dios al ser humano?
Empecemos por el principio: el relato de la creación del primer hombre y la primera mujer.
Luego de crear a todos los animales “según su especie”, “dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
“Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra” (Génesis 1:24, 26-28; énfasis añadido).
Asombroso, ¿no? Mientras los animales fueron creados según la especie animal, el hombre fue creado según la especie divina, a la imagen de Dios mismo.
¿Cómo nos ve Dios entonces?
La respuesta está en el Evangelio de Juan, quien nos habla de la increíble y misericordiosa misión que Cristo (uno de los miembros de la familia divina) tenía cuando vino a la tierra:
“En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:10-12; énfasis añadido).
Dios como Padre
Cristo, Dios en la carne, vino a la tierra para salvar a la humanidad. Y fue Él mismo quien enseñó a sus discípulos a referirse al Dios Todopoderoso como “Padre que está en los cielos” o “Padre celestial” (como sucede por ejemplo en Mateo 5:16, 45, 48; 6:14, 26, 32).
Además, cuando le pidieron que les enseñara a orar, Cristo les dio un modelo de oración que comenzaba por resaltar este importante aspecto del Dios Todopoderoso: “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre” (Mateo 6:9).
De hecho, una de las razones por las que Cristo vino a la tierra fue para revelar a Dios el Padre. Es por esto que dijo: “Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar” (Mateo 11:27).
La familia de Dios
Dios es un Dios de familia. La creación física es un reflejo de lo espiritual, y su mayor deseo es llevar muchos hijos a la gloria: “Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos” (Hebreos 2:10).
Ésta es la verdadera razón por la cual Dios creó al ser humano. Juan lo confirma muy claramente diciendo:
“Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro” (1 Juan 3:1-3).
Sin duda, esta sorprendente verdad era una gran fuente de motivación para quienes intentaban construir una sana relación con Dios.
¿Qué tipo de relación quiere tener Dios con nosotros?
Ahora que conocemos el “por qué”, podemos comprender “qué” tipo de relación quiere tener Dios con nosotros. Como las escrituras anteriores lo demuestran —y Cristo enseñó a sus discípulos— Dios tiene un rol de Padre. El Dios todopoderoso desea relacionarse con nosotros de la manera que lo hacen las familias físicas que creó. Él es nuestro Padre y quiere que nos convirtamos en sus hijos, siguiendo el ejemplo de Jesucristo, nuestro hermano mayor.
Lamentablemente, las familias humanas se han ido desintegrando, separando y volviendo cada vez más disfuncionales a medida que el ser humano rechaza a Dios. Demasiados padres ponen a sus hijos en aprietos para obedecer el quinto mandamiento: “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da” (Éxodo 20:12).
Las familias que realmente ejemplifican el modelo que Dios tenía en mente parecen ser la excepción. Son muy pocos los que en la actualidad disfrutan de esta maravillosa relación..
El modelo de relaciones sanas
Quienes hayan tenido la bendición de ser criados por un padre una madre que se aman y respetan entre si, y aman a sus hijos incondicionalmente, tendrán una buena idea del tipo de relación que Dios desea tener con nosotros. Pero para quienes vienen de un hogar disfuncional o abusivo, será un poco más difícil entender el concepto de “padre amoroso”.
Sin embargo, el Dios todopoderoso explica cómo funciona esta relación a través del apóstol Pablo: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados” (Romanos 8:14-17).
El contraste entre los conceptos de “esclavitud” y “¡Abba, Padre!” nos ayuda a comprender la relación que Dios quiere tener con nosotros. Mientas la esclavitud es una relación opresiva, la expresión “¡Abba, Padre!”es una referencia muy personal e íntima a Dios. Asi fue como Cristo se refirió al Padre cuando oró en el jardín antes de su gran prueba; y es así como el apóstol nos insta a relacionarnos con Dios (Marcos 14:36).
El amor es la clave
En pocas palabras, la relación que Dios quiere construir con el ser humano se basa en el amor. Sin duda, el increíble amor que Dios siente por nosotros debería inspirarnos amor hacia Él. Vemos cómo las escrituras describen el amor de nuestro Creador:
-
“¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” (Romanos 8:31-32).
-
“Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero” (1 Juan 4:19).
-
“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).
-
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
-
“Y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso” (2 Corintios 6:18).
¿Cómo expresar nuestro amor a Dios? De la misma manera que Cristo lo hizo: guardando sus mandamientos (Juan 15:10).
¿Qué hará usted?
Ahora ya sabe qué tipo de relación quiere construir Dios con usted —su mayor deseo es darle la bienvenida a su familia eterna como hijo glorificado. Le ha mostrado su gran amor al hacer posible que sus pecados sean perdonados, abriéndole la puerta hacia una sana relación con Él, el Dios Creador, su Padre celestial.
¿Cuál será su respuesta?
Conozca más sobre este tema en los artículos “Hijos de Dios” y “Dios llama”.