Tipos de sacrificios que encontramos en la Biblia y su significado

¿Qué nos enseñan los sacrificios del Antiguo Testamento? Estudiar los sacrificios que encontramos en Levítico nos puede ayudar a entender el sacrificio de Jesús y cómo debemos responder.

Los sacrificios eran parte fundamental de la adoración a Dios en el Antiguo Testamento.

Muchos entienden que las ofrendas del Antiguo Testamento señalan a Jesús y a su sacrificio por nuestros pecados. Pero, ¿podemos aprender algo más de los sacrificios levíticos? Los capítulos 1-7 de Levítico describen cinco tipos de ofrendas:

  • El holocausto
  • Ofrenda de grano
  • Ofrenda de paz
  • Ofrenda por el pecado
  • Ofrenda por la culpa

¿Qué significado tienen para nosotros hoy en día?

Jesús nos muestra el camino

En primer lugar, todas las ofrendas representan a Jesucristo, sus acciones, su relación con Dios y lo que ha hecho por nosotros. Una clave para entender este concepto fundamental se encuentra en Hebreos 9. En el versículo 12 explica: “entró al Lugar Santísimo una vez para siempre, no por medio de la sangre de machos cabríos y de becerros, sino por medio de Su propia sangre, obteniendo redención eterna” y el versículo 26 añade que Jesús “se ha manifestado para destruir el pecado por el sacrificio de sí mismo”.

El siguiente capítulo de Hebreos aclara que el sacrificio de animales no era el medio definitivo para lidiar con el pecado. En lugar de esto, el plan era que Jesús viniera y estableciera la fe en su sacrificio como base para que por medio de este, nuestros pecados fueran perdonados (Hebreos 10:5-18). Aunque el sistema de sacrificios ya no se practica, los sacrificios en sí guardan simbolismos que son beneficiosos para los hijos de Dios en la actualidad.

Ofrendas de olor grato vs. ofrendas por el pecado

Las ofrendas quemadas en el altar eran ofrecidas a Dios. Dios describe las ofrendas que le agradan como de “olor grato” (Éxodo 29:18). El holocausto, las ofrendas de granos y las ofrendas de paz eran ofrendas de olor grato (Levítico 1:9; 2:2; 3:5) basadas en la devoción a Dios del que las ofrecía.

No obstante, cuando los israelitas desobedecían, a Dios no le agradaban sus ofrendas de olor grato. Dios aceptaba las ofrendas solo sí la persona que las ofrecía se acercaba a Dios, y vivía su vida de acuerdo a su ley. De otra manera, la ofrenda era rechazada (Jeremías 6:19-20).

Las ofrendas de olor grato nos indican cómo debemos vivir nuestra vida. Un hijo de Dios debe vivir su vida como un “sacrificio vivo” (Romanos 12:1), esto es una “olor grato” para Dios, así como Cristo lo fue (Efesios 5:2). Nuestras vidas deben ser “sacrificios espirituales” que Dios acepte (1 Pedro 2:5).

Por el contrario, la mayoría de aspectos con respecto a las ofrendas por el pecado y a las ofrendas por la culpa no se describen como aquellas de olor grato. Estas ofrendas se dan a causa del pecado, y Dios aborrece el pecado (Proverbios 6:16-19).

La perfección del sacrificio de Jesús

Sólo se podían ofrecer animales sin defecto alguno (Levítico 1:3; 3:6; 4:3; 5:15), los cuales representaban a Jesucristo, que no tuvo ninguna mancha por el pecado.

A pesar de que Jesús estaba libre de pecado, voluntariamente cargó con nuestros pecados y pagó la pena que nosotros merecíamos (1 Juan 3:5; 2 Corintios 5:21).

Ahora analicemos los cinco tipos de sacrificios levíticos y su significado para nosotros.

1. Holocaustos

En los holocaustos, el animal se quemaba totalmente en el altar para Dios. Esto representa entregar nuestra vida completamente a Dios, así como Jesús lo hizo. Los holocaustos simbolizaban el amor y la dedicación a Dios voluntaria por parte del creyente (Levítico 1:3).

Los holocaustos podían ser tomados de la manada (ganado vacuno), de los rebaños (ovejas o cabras) o podían ser tórtolas o palominos. En Levítico 1 está la lista de los diferentes procedimientos para estos animales, pero en cada uno de esos casos se quemaban totalmente.

Como sacrificios vivos, debemos imitar a Cristo y nuestra devoción a Dios debe ser absoluta (Mateo 22:37; Efesios 5:1-2). Todo nuestro ser se lo debemos entregar a Dios voluntariamente (incluyendo nuestros pensamientos, nuestra voluntad, nuestro corazón y nuestras acciones).

2. Ofrendas de granos

La ofrenda de granos es diferente de las demás ofrendas porque no involucra sangre. Siempre se ofrecían junto con los holocaustos (Números 29:6), por consiguiente, eran un complemento de los holocaustos. Ya que los holocaustos representan una devoción absoluta a Dios, estas ofrendas se suman a esa devoción.

¿Qué significado tiene esta ofrenda para los hijos de Dios actualmente? Analicemos los siguientes ingredientes de las ofrendas de granos:

Harina y aceite

La ofrenda de flor de harina, consistía en quemar un puñado sobre el altar junto con aceite (Levítico 2:1) o cocida al horno en tortas u hojaldres (vv. 4-7). Esto se consideraba una ofrenda de pan (Levítico 21:6). ¿Por qué pan?

Cuando Jesús estuvo ayunando durante 40 días y 40 noches, fue probado por Satanás para que convirtiera las piedras en pan. Jesús le respondió: “Escrito está, no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:2-4). Así como ingerir alimentos es necesario para la vida física, vivir por la Palabra de Dios es necesario para la vida eterna.

El aceite también debe estar presente en las ofrendas de granos (Levítico 2:15). El aceite simboliza el Espíritu Santo de Dios (1 Samuel 16:13).

Incienso

A diferencia del holocausto, en las ofrendas de granos sólo se quemaba una pequeña porción de la ofrenda en el altar (Levítico 2:2, 9, 16) y lo demás lo tomaba el sacerdote (vv. 3 y 10). La porción del grano que se ofrecía en el altar debía quemarse junto con un poco de incienso también (v. 15). El incienso es una mezcla de resinas aromáticas vegetales. El libro de Apocalipsis nos dice que nuestras oraciones son como incienso para Dios (Apocalipsis 5:8).

Sal

La sal debía presentarse en cada una de las ofrendas. La sal tiene propiedades conservantes notables. También resiste altas temperaturas, su punto de fusión es a 800° C.

Jesús tuvo esa cualidad de resistencia y mostró su fidelidad aún en medio de grandes sufrimientos, incluso hasta la muerte.

Ofrendas de granos y sacrificios vivos

Si comparamos las ofrendas de granos con nuestro sacrificio vivo, podemos aprender estos conceptos:

  • Vivir por toda palabra que sale de la boca de Dios (Mateo 4:4). Debemos estudiar la Biblia a diario y ponerla en práctica en cada aspecto de nuestra vida.
  • Orar sin cesar: Dios quiere que le hablemos constantemente por medio de la oración diaria (1 Tesalonicenses 5:17).
  • Perseverar: Dios espera que nosotros esperemos su salvación, que lo busquemos en medio de las pruebas y persecuciones (Mateo 24:13; Salmos 27:14).

3. Ofrendas de paz

En el caso de las ofrendas de paz, la grasa le pertenecía a Dios (Levítico 3:16). Toda la grasa de la ofrenda era removida y quemada en el altar encima del holocausto (v. 5) y la ofrenda de granos. Teniendo en cuenta que los holocaustos representan una devoción absoluta a Dios, está ofrenda se suma a esa devoción.

Paz y compañerismo

Después de que se le habían ofrecido las grosuras a Dios, la ofrenda de paz (buey, oveja o cabra) era dividida y consumida por los sacerdotes y las personas que presentaban la ofrenda (Levítico 7:15-16; 31-32). Aquí vemos a Dios, a los sacerdotes y a las personas consumiendo la misma ofrenda. Esto representa la paz y la unidad que Dios quiere con su pueblo —y entre su pueblo.

Ser pacificadores

La humanidad se apartó de Dios debido al pecado (Isaías 59:2; Romanos 5:10). Jesús se convirtió en nuestro pacificador al ofrecer su vida por nuestros pecados, permitiendo así que la reconciliación entre Dios y el ser humano fuera posible (Colosenses 1:20; Romanos 5:1). El pecado también causa división y odio entre las personas. Pero debemos esforzarnos por ser pacificadores y procurar estar en paz con los demás (Mateo 5:9; Romanos 12:18; 1 Pedro 3:11).

Si usted desea aprender más acerca de este tema, lo invitamos a leer “El camino de la paz”.

4. Ofrendas por el pecado

Los últimos dos sacrificios de la lista tienen que ver con el pecado y difieren bastante de los anteriores tres. Porciones de estas ofrendas se ofrecían fuera del campamento y la mayoría de aspectos de estas ofrendas no están descritas como de “olor grato” a Dios. Esto se debe a que estas dos últimas ofrendas tienen que ver con el pecado —quebrantar la ley de Dios (1 Juan 3:4). La ofrenda por el pecado trata con los pecados generales de todas las personas —los sacerdotes, los líderes, toda la congregación y los individuos. Esto representaba la realidad de que todos han pecado y se han convertido en pecadores por naturaleza (Romanos 8:7).

A diferencia de los holocaustos, en donde todo el animal se ofrecía sobre el altar, en la ofrenda por el pecado sólo se ofrecen la grosura y la sangre sobre el altar. Cuando se ofrecía un toro por el sacerdote o por toda la congregación, la mayor parte del cuerpo del animal se quemaba fuera del campamento. Esto se debía a que representaba el pecado, algo que es repugnante para Dios (Salmos 5:4; Ezequiel 18:23). Él quiere que eso esté lejos de su vista.

Esta ofrenda representaba la muerte por sacrificio de Jesucristo. Así como la ofrenda por el pecado se llevaba fuera del campamento para ser quemada sobre madera (Levítico 4:12), Jesús fue llevado fuera de la ciudad para ser muerto sobre un madero (Juan 19:20; Hebreos 13:12).

La pena ya fue pagada

Jesús vino como un hombre mortal, vivió una vida sin pecado, perfecta (Hebreos 4:15) y murió por nuestros pecados para que nosotros no tuviéramos que pagar la pena de la muerte eterna. Su sacrificio permitió que todos los pecados fueran perdonados (Hebreos 10:12).Dios el Padre creó todas las cosas por medio de Jesucristo (Colosenses 1:16; Efesios 3:9), así que la vida de Jesús es mucho más valiosa que toda la creación —más que todas nuestras vidas juntas. Jesús vino como un hombre mortal, vivió una vida sin pecado, perfecta (Hebreos 4:15) y murió por nuestros pecados para que nosotros no tuviéramos que pagar la pena de la muerte eterna. Su sacrificio permitió que todos los pecados fueran perdonados (Hebreos 10:12).

La ofrenda por el pecado representa ese sacrificio supremo de nuestro Creador y nuestra necesidad personal de ese sacrificio para expiar (o cubrir) nuestros pecados. Si usted desea aprender más acerca de este tema lo invitamos a leer “El sacrificio de Jesús”.

5. Ofrendas por la culpa

El sacrificio final es similar a la ofrenda por el pecado, pero no es exactamente lo mismo. La ofrenda por la culpa que se describe en Levítico 4 comprende el pecado en general —entre todas las clases sociales. La ofrenda por la culpa también nos recuerda que nos hemos convertido en pecadores (Romanos 7:18, 20; Jeremías 17:9; Mateo 7:11). Como tal, la ofrenda máxima por el pecado (Jesucristo) expió por la naturaleza malvada que hemos adquirido debido a nuestras malas decisiones.

Las ofrendas por la culpa se aplicaban a actos específicos de trasgresión de la ley de Dios, así como quebrantar uno de los mandamientos de Dios (Levítico 5:17) o hacer algo que perjudique a otra persona (Levítico 6: 2-3). El sacrificio de Cristo pagó por cada uno de nuestros pecados y también por nuestra naturaleza pecadora.

Restitución obligatoria

Junto con la ofrenda por la culpa, al infractor se le exigía una compensación para la victima de su pecado y pagar una cantidad adicional (Levítico 5:16; 6:5; Números 5:6-7). Esto mostraba que el infractor seguía teniendo la responsabilidad de hacer las cosas correctamente con la persona a la cual había ofendido.

Esto nos enseña principios muy importantes que se pueden poner en práctica hoy en día. Por ejemplo, si una persona le roba el automóvil a otra, el pecado primero que todo, es en contra de Dios (Josué 7:20; Salmos 51:4). Si la persona se arrepiente, el sacrificio de Cristo le concede el perdón por el pecado. No obstante, la victima ha sufrido una perdida, así que el ladrón arrepentido es responsable de restituir el carro a la víctima y pagar una suma adicional por daños e inconvenientes sufridos por la víctima.

Lecciones de la ofrenda por la culpa

La ofrenda por la culpa nos enseña lo siguiente:

  • El pecado tiene consecuencias
  • Cuando nos arrepentimos, no sólo deberíamos suplicar por un perdón general, sino por uno específico de cada pecado que hemos cometido.
  • Debemos buscar la manera de enmendar y restituir el daño causado por nuestros pecados —especialmente cuando le hemos hecho daño a otra persona (si usted desea aprender más acerca del complejo tema de la reconciliación, lo invitamos a ver nuestras series en el blog, “Resolución de conflictos” y “Cinco pasos para sanar las relaciones deterioradas”.

Algunas personas consideran que los sacrificios del Antiguo Testamento son prácticas irrelevantes de tiempos antiguos. A pesar de que el sacrificio de Cristo permite que los hijos de Dios no tengan que llevar a cabo sacrificios físicos actualmente (Hebreos 9:12-14; 10:3-5), podemos llegar a un entendimiento más profundo de nuestro Salvador, del perdón y del arrepentimiento por medio del estudio y el entendimiento de estos.

Si usted desea aprender más acerca del pecado, del arrepentimiento y el proceso de conversión, lo invitamos a leer nuestro folleto gratuito ¡Cambie su vida! Si desea una lista con los sacrificios, lo invitamos a ver “El cumplimiento de los sacrificios del Antiguo Testamento en Cristo”.

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