De la edición Julio/Agosto 2016 de la revista Discernir

Nuevas pesadillas nucleares

Nuevos armamentos, gastos increíbles, naciones inestables y retórica chocante están haciendo que se incrementen los temores de una nueva carrera armamentista. El Armagedón nuclear parece más probable que nunca. ¿Cuál es la solución?

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“El  ex secretario de defensa de Estados Unidos, William Perry, recientemente advirtió: “Estamos ahora al borde del precipicio de una nueva carrera de armas nucleares. Esta carrera armamentista, será por lo menos tan costosa como la carrera armamentista que tuvimos durante la Guerra Fría. Como resultado de ello, actualmente estamos enfrentando peligros nucleares y tal parece que es más probable que hagan erupción en un conflicto nuclear que durante la Guerra Fría”.

Rusia y los Estados Unidos controlan 93 por ciento de las 16.000 cabezas nucleares que existen en la actualidad. Desde 1991, ellos han reducido sus propios arsenales cerca de 75 por ciento pero todavía tienen más de 7.000 cada uno. El Tratado de Reducción de Armas Estratégicas ordenó que las reducciones llegaran hasta 1.550 para febrero de 2018.

Pero hay rumores de una nueva carrera nuclear armamentista entre todos los miembros del club nuclear —Estados Unidos, Rusia, Francia, China, el Reino Unido, Paquistán, India, Israel y Corea del Norte— así como varias otras naciones que tal vez se sientan obligadas a unirse al club. Esta “segunda era nuclear” trae consigo un creciente potencial para errores de cálculo, accidentes o un escalamiento súbito.

La European Leadership Network (Red europea de liderazgo) documentó más de 60 incidentes con “el potencial de desencadenar una crisis importante entre un estado nuclear armado y una alianza nuclear armada” tan sólo entre marzo de 2014 y marzo de 2015.

La Guerra Fría se calienta nuevamente en Europa

Spiegel informó que Alemania podría nuevamente convertirse en una zona de despliegue de arsenales nucleares, con el ministro de relaciones exteriores Frank-Walter Steinmeier advirtiendo acerca de “una espiral acelerada de escalamiento de palabras y luego de acciones”, que son “antiguos reflejos de la Guerra Fría”.

Estados Unidos ha reducido el número de armas nucleares desplegadas en Europa de aproximadamente 7.000, en los años setenta, hasta 180 en la actualidad, pero está modernizando estas “lerdas” bombas nucleares y las está convirtiendo en armas dirigidas de alta precisión, lanzadas en misiles de crucero. Más controversial aún es  el escudo antimisiles de 800 millones de dólares que Estados Unidos acaba de activar en una base de la era soviética en Rumania. Acoplado con otros elementos del escudo en Polonia y el Mediterráneo, forma parte de una red para protegerse de misiles de Irán y otros estados llamados renegados. Los sensores miden la trayectoria del cohete para que pueda ser destruido antes de entrar a la atmósfera de la Tierra.

Los rusos ven las cosas diferentes, y creen que ellos son el foco real de estas instalaciones. El presidente ruso Vladimir Putin dijo que el sitio en Rumania era “otro paso para torpedear la seguridad internacional y comenzar una nueva carrera armamentista”, al advertir que Rusia actuaría para neutralizar cualquier escudo antimisiles que socave su disuasión nuclear. El Kremlin sacudió los sables nucleares de Rusia al declarar que Rumania, el anfitrión del sistema antimisiles, podría ser reducido a “ruinas humeantes” y amenazaba con despliegues adicionales de misiles con capacidad nuclear Iskander, hacia el puerto báltico de Kaliningrado, peligrosamente cerca de los aliados de la OTAN en Europa Oriental.

Armamentos terroríficos con una vida útil limitada

En tanto Rusia desarrolló un nuevo sistema de lanzamiento nuclear a comienzos de este año, Estados Unidos había introducido un nuevo sistema de lanzamiento nuclear en 1994. Con la indisposición causada por la Guerra Fría y un arsenal envejecido, del que no se podía depender, a la fuerza disuasoria de Estados Unidos —con sistema de misiles ICBM que dependen de discos flexibles de 20,3 centímetros y tecnología de 1970— se le ha permitido caer en estancamiento y decadencia con un desarme unilateral.

Ahora Estados Unidos ha sugerido un presupuesto de un billón de dólares en los próximos 30 años para actualizar su arsenal nuclear.

Mientras tanto, Rusia ha incrementado su dependencia de las armas nucleares. A finales de 1990, Rusia comenzó una rápida modernización del sistema de lanzamiento de armamento nuclear, haciendo que los oficiales de Estados Unidos afirmaran: “de forma diferente a los Estados Unidos, Rusia mantiene un diseño completamente funcional en su armamento nuclear, probando y fabricando una infraestructura capaz de producir cantidades importantes de cabezas nucleares por año”. El presupuesto de defensa de Rusia se ha aumentado 50 por ciento desde 2007 —y una tercera parte de esto se le ha dedicado a las armas nucleares.

Nuevas armas aterradoras

Una preocupación es la nueva tecnología de dial-a-yield, con la cual la fuerza explosiva de una bomba nuclear puede ajustarse antes de ser lanzada desde una alta cifra equivalente a 50.000 toneladas de TNT hasta micro nukes (micro bombas nucleares) con un rendimiento de sólo 300 toneladas —sólo dos por ciento del poder que tenía la bomba lanzada sobre Hiroshima, pero lanzada con la precisión de un escalpelo.

Al ver el aumento dramático de las amenazas, el año pasado el Bulletin of the Atomic Scientists (Boletín de los científicos atómicos), movió el reloj simbólico del día del juicio final a tres minutos para la medianoche.Según el general James Carthwright, ex vicepresidente de la Junta de Jefes del Estado Mayor, y antigua cabeza del Comando Estratégico de Estados Unidos, “lo que se está logrando con volverlas más pequeñas es que es más fácil hacerlas ‘pensantes’”.

Si bien “volver pequeñas” las armas nucleares las hace más prácticas a nivel estratégico, las aterradoras nuevas armas que están al otro lado del espectro tecnológico —más grandes, más rápidas y con cargas útiles más maniobrables que viajan más lejos— hace que el potencial de incontables muertes de civiles sea posible.

  • Recientemente, Rusia y China hicieron pruebas de misiles hipersónicos en vuelo. Éste era el “primer uso” de armas que planeaban horizontalmente a unas altitudes bajas, que evaden los radares y a velocidades superiores a más de una milla por segundo.
  • Los medios de comunicación rusos, recientemente filtraron las noticias de un nuevo dron torpedo llamado Kanyon, capaz de viajar sumergido por más de 6.000 millas hasta puertos enemigos para detonar una cabeza termonuclear. Con capas de cobalto altamente radioactivo, el torpedo causaría un tsunami masivo radioactivo de hasta 500 metros de altura, garantizando con ello que cualquier cosa viva quedaría muerta y dejando una gran área “incompatible para conducir una actividad militar, económica o de cualquier otro tipo” durante mucho tiempo.
  • Igualmente aterrador es el hecho de que Rusia ha desarrollado el RS-28 Sarmat, la mega bomba más poderosa diseñada alguna vez. Apodada Satán-2, está diseñada para llevar sistemas de escudo de antimisiles con tecnología que la hace muy difícil de detectar por el sonar o por el radar, y se ha informado que puede llevar más de una docena de ojivas nucleares, lo que le permite destruir un área del tamaño de Texas o Francia en 30 minutos.
  • En 2016, China estará lanzando su primer submarino clase-Jin, cargado con misiles de tipo nuclear. También será operativo el aterradoramente poderoso misil DF-41, un misil capaz de impactar a Londres o cualquier otra ciudad de occidente en tan sólo media hora, y el DF-21D, misil “portador de la muerte”, que puede borrar a los portaviones americanos en el Pacífico.

El paraguas nuclear de Estados Unidos en Asia se está cerrando

Debido a crecientes dudas acerca del compromiso americano con la seguridad de sus aliados, han surgido varios focos de tensión nuclear. Corea del Norte ha incrementado su producción de plutonio, ha aumentado su arsenal nuclear y está actualizando sus misiles balísticos hasta el punto de que las agencias de inteligencia de Estados Unidos y Corea del Sur han concluido que el bizarro régimen de Corea del Norte puede ahora construir una pequeña cabeza nuclear en un misil capaz de impactar a Japón, Corea del Sur y más allá.

Esta amenaza ha hecho que Japón y Corea del Sur busquen protegerse de la inseguridad y por primera vez estén explorando el desarrollo de armas nucleares.

 Shintaro Ishihara, gobernador de Tokio hasta 2012, declaró que Japón “debería con absoluta certeza tener armas nucleares”, y el 1 de abril, el gabinete del primer ministro Shinzo Abe anunció que la constitución de Japón no prohíbe que la nación tenga o use armas nucleares.

Japón ha almacenado ya 11 toneladas de plutonio. Una bomba requiere sólo cinco kilogramos. Según Patrick Croning, director principal del programa de seguridad Asia-Pacífico del Centro de Nueva Seguridad Americana, “con frecuencia se ha creído que Japón tiene una bomba en el sótano, y que lo único que tendría que hacer sería ensamblar las partes para crear una bomba”.

Como Japón, Corea del Sur forma parte del Tratado de No Proliferación Nuclear, pero un estudio en 2013 descubrió que dos tercios de la nación respaldan el desarrollo de armas nucleares, en respuesta a su belicoso vecino del norte.

Abogando por una estrategia que alguna vez era impensable, un editorial del periódico conservador de Seúl, Chosun Ilbo, a comienzos de este año llegó incluso a detallar la forma en que Corea del Sur podría usar las instalaciones nucleares civiles existentes para construir una bomba en 18 meses.

El dominó nuclear en Asia del Sur y el Medio Oriente

Considerada por largo tiempo como el enfrentamiento nuclear más amenazador del mundo, la rivalidad entre la India y Paquistán está alcanzando nuevos niveles. Debido a las continuas disputas de fronteras por Cachemira y las acusaciones de que Paquistán respalda los ataques terroristas en India, ambas naciones están actualizando sus complejos de armas para producir bombas de uranio y plutonio en cantidades cada vez mayores, lo que les permitiría construir más cabezas nucleares.

 India, con cerca de 110 armas nucleares y la visión de ser un gran poder, ha lanzado recientemente su primer submarino de misiles balísticos, el Arihant, que significa “el asesino de enemigos”, y está probando su submarino nuclear K-4, de misiles balísticos y un interceptor supersónico de estos misiles.

Paquistán, armado con un estimado de 120 armas nucleares, posee el arsenal que está creciendo más rápido. Su reserva se supone que debe equilibrar las fuerzas convencionales de India, que son superiores, potencialmente con “detonaciones de demostración” en su propio suelo, en el caso de que hubiera otra guerra.

El reciente incidente nuclear que involucró a Irán ha puesto a muchos de sus rivales regionales, tales como Arabia Saudita, Turquía y Egipto, ante un plazo inminente para desarrollar armas nucleares propias. Ellos se molestan porque creen que la velada amenaza de las armas nucleares va a inclinar dramáticamente el equilibrio regional de poder a favor de Teherán, pero esta carrera más adelante va a desestabilizar lo que ya es ahora la región más volátil del mundo.

 La vasta riqueza del petróleo y los conocimientos técnicos prestados del poder nuclear islámico de Paquistán podrían poner a Arabia Saudita en la vía rápida del club nuclear. Ibrahim al-Marie, un coronel saudita retirado y analista de seguridad en Riad, afirmó: “nuestros líderes jamás permitirán que Irán tenga un arma nuclear y nosotros no. Si Irán declara tener armamento nuclear, no podemos darnos el lujo de esperar 30 años más para tener el nuestro —deberíamos poder declarar el nuestro en una semana” (Wall Street Journal).

Entre 1955 y 2012, la Agencia Internacional de Energía Atómica catalogó 2.200 intentos por robar o contrabandear uranio. El periódico de propaganda de ISIS ha alentado la idea de un jihadista nuclear que compra o roba un arma nuclear en Paquistán y lo contrabandea en los centros de población occidentales. Los expertos nucleares de Estados Unidos advierten que un artefacto improvisado podría ser adaptado en un contenedor de transporte del tamaño de una camioneta. Una “bomba sucia” —un artefacto explosivo regular que pudiera esparcir material radioactivo sobre una zona de explosión, exponiendo potencialmente a millones de personas y convirtiendo a toda una ciudad en una aldea fantasma— se ha convertido en una escalofriante realidad.

Tres minutos para la medianoche

Al ver el aumento dramático de las amenazas, el año pasado el Bulletin of the Atomic Scientists (Boletín de los científicos atómicos), movió el reloj simbólico del día del juicio final a tres minutos para la medianoche, anotando que “la probabilidad de una catástrofe global es muy alta, y las acciones que se necesitan para reducir el riesgo de desastre tienen que ser tomadas muy pronto”.

El físico Albert Einstein afirmó al amanecer de la era atómica: “la liberación del poder del átomo ha cambiado todo, excepto nuestra forma de pensar. La solución de este problema se encuentra en el corazón de la humanidad”.

Barack Obama, el primer presidente en ejercicio de Estados Unidos en visitar Hiroshima, hizo eco con pensamientos similares, y observó que “tal vez no podamos eliminar la capacidad del hombre para hacer el mal, pero debemos cambiar nuestro modo de pensar acerca de la guerra en sí misma, para prevenir el conflicto por medio de la diplomacia y luchar por terminar conflictos después de que éstos hayan comenzado”. El Sr. Obama también se imaginó “un futuro en el cual Hiroshima y Nagasaki sean conocidas no como el amanecer de la guerra atómica, sino como el comienzo de nuestro propio despertar moral”.

El desarme y la eliminación de las armas nucleares, eventualmente será un resultado de la paz, aunque no la causa de la paz. Ninguna cantidad de tratados o acuerdos cambiará lo que la Biblia revela como la capacidad ilimitada de la humanidad de hacer el mal porque “engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿Quién lo conocerá?” (Jeremías 17:9), sin conocer siquiera el “camino de la paz” (Isaías 59:8).

Durante su ministerio terrenal, Jesucristo reveló que al fin de esta era habría “…gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo… y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo” (Mateo 24:21-22). Tal escenario —en donde la humanidad podría literalmente incinerar toda vida humana— ha sido posible únicamente desde el amanecer de la era nuclear.

En verdad, “el resurgimiento moral” que el presidente americano mencionó, no ocurrirá sino hasta que Cristo regrese a la Tierra y con poder establezca su gobierno con vara de hierro (Apocalipsis 19:15) y obligue a las naciones a “convertir sus espadas en rejas de arado” (Isaías 2:4). Esto dará comienzo a la verdadera paz milenial. Lea más al respecto en nuestro folleto gratuito El Misterio del Reino

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