Cómo obedecer a Dios antes que a los hombres

Cada vez más, la sociedad actual es hostil con las personas que guardan las leyes de Dios. Jesús profetizó que en los tiempos del fin sus verdaderos seguidores serían aborrecidos por el mundo, llevados a juicio y castigados. ¿Cómo pueden los cristianos obedecer a Dios antes que a los hombres en una sociedad hostil?

El 5 de septiembre del 2022 el profesor de enseñanza secundaria Enoch Burke fue enviado a prisión en Irlanda por no obedecer la orden del Tribunal Superior de Dublín, que le prohibía volver a dar clases en el centro educativo donde laboraba, luego de que se negara a llamar a un estudiante tránsgenero por el pronombre de su elección, según su identidad de género.

El medio local Irish Independent informó que a Burke y a otros trabajadores del centro Wilson's Hospital School del condado de Westmeath, se les indicó anteriormente que se dirigieran a un alumno transgénero con un nuevo nombre y utilizaran el pronombre inglés “she” (ella) en lugar de “'he” (él). Pero el profesor Burke se negó a hacerlo, al considerar que tal disposición contradecía sus creencias religiosas. Como consecuencia fue suspendido de sus labores y se le prohibió ingresar al campus del centro educativo, mediante una orden judicial.

Sin embargo, el docente rechazó dichas medidas por considerarlas injustas y continuó asistiendo, por lo cual fue detenido y encarcelado por desacato judicial.

"Estoy aquí hoy porque no llamaría niña a un niño", declaró, insistiendo en que hacerlo sería una violación de su conciencia.

El caso Burke vs. Wilson's Hospital School del condado de Westmeath, generó mucha repercusión en la comunidad cristiana a nivel mundial, pues puso nuevamente sobre la mesa el dilema que muchos cristianos tienen en la actualidad: ¿Podemos siempre obedecer a Dios antes que a los hombres, en este mundo tan hostil, contra las leyes dadas en la Biblia?

En este artículo analizaremos lo que dice la Biblia acerca de priorizar la obediencia a Dios antes que la obediencia a los hombres, y cómo nos aconseja nuestro Creador llevar a cabo esta gran misión en un mundo tan hostil contra sus leyes.

El ejemplo de los apóstoles

Luego de que Jesús llamó a sus discípulos y les dio instrucciones, pronunció serias advertencias acerca de la gran misión que estaban por cumplir. Ellos debían ser “prudentes como serpientes, y sencillos como palomas” en su actuar, y no fiarse del poder de los hombres para cumplir su tarea de predicar el evangelio de Dios y hacer más discípulos, porque estos hombres los traicionarían (Mateo 10:16-18,21). Además, debían ser capaces de enfocar su mente en el poder de Dios a la hora de atravesar dificultades. Debían confiar en Él y no dejarse influenciar por sus propios miedos (vv. 19 y 20). Finalmente, les declaró que serían “aborrecidos de todos por causa de mi nombre”, pero que debían perseverar hasta el final para ver la recompensa de toda su labor. (v. 22)

Poco tiempo después de la muerte de Jesús, encontramos en el libro de los Hechos a los apóstoles Pedro y Juan enfrentando cara a cara al dilema de si es posible o no obedecer a Dios antes que a los hombres. En Hechos 5:17-18 se describe el inicio de los actos hostiles con los que tuvieron que lidiar.

“Entonces levantándose el sumo sacerdote y todos los que estaban con él, esto es, la secta de los saduceos, se llenaron de celos; echaron mano a los apóstoles y los pusieron en la cárcel pública”.

Muchas veces podemos ser nosotros mismos los que nos estorbemos de obedecer a Dios antes que a los hombres, cuando nuestros miedos nos limitan a creer y confiar en el poder supremo de Dios.

Ellos habían estado predicando el evangelio de Jesús y sanando a muchas personas en Jerusalén, por lo cual eran aborrecidos por los saduceos, uno de los grupos religiosos más fuertes de su época, con tanta influencia en el gobierno como para tomarlos presos a la fuerza. Hasta este punto los apóstoles habían sido detenidos de llevar a cabo la gran misión que su Señor les había dado, y las posibilidades de obedecer a Dios por encima de la voluntad humana parecían limitadas a una cárcel. Puede que ellos se hayan preguntado en estas circunstancias difíciles: ¿y ahora qué? ¿Y ahora cómo?

Sin embargo, Jesús también les había dicho: “no os preocupéis por cómo o qué”, sino que lograsen enfocarse en “el Espíritu de vuestro Padre” (Mateo 10:19-20). Es decir, ellos debían ser capaces de enfocar su mente en el poder de Dios a la hora de la prueba y no dejarse influenciar por sus propios miedos. Muchas veces podemos ser nosotros mismos los que nos estorbemos de obedecer a Dios antes que a los hombres, cuando nuestros miedos nos limitan a creer y confiar en el poder supremo de Dios.

Enfocarnos en Dios, no en nuestros sentidos

La Biblia es enfática y contundente al declarar que no existe fuerza humana que pueda impedir que Dios haga su voluntad. La confusión en la torre de Babel (Génesis 11:5-8), la muerte del gigante Goliat a manos de David (1 Samuel 17:4-11, 45-50), la humillación del rey Nabucodonosor (Daniel 5:10-21), son sólo algunos de los tantos ejemplos que muestran que ningún poder humano puede limitar la obra que Dios ha decidido hacer. Nada en absoluto puede limitar el grandioso e incomparable poder de “aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten” (Hebreos 2:10). Su palabra nos dice que: “Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? (Números 23:19)”.

Veamos lo que sucedió con los apóstoles Pedro y Juan luego que fueron encarcelados por obedecer lo que Dios les había mandado hacer.

“Mas un ángel del Señor, abriendo de noche las puertas de la cárcel y sacándolos, dijo: Id, y puestos en pie en el templo, anunciad al pueblo todas las palabras de esta vida. Habiendo oído esto, entraron de mañana en el templo, y enseñaban” (Hechos 5:19-21).

“Cuando los trajeron (a los apóstoles), los presentaron en el concilio, y el sumo sacerdote les preguntó, diciendo: ¿No os mandamos estrictamente que no enseñaseis en ese nombre?… Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres… Ellos, oyendo esto, se enfurecían y querían matarlos (Hechos 5:27-29,33)”.

Jesús dijo que debían perseverar en lo que se les había encomendado y confiar en que el poder de Dios les ayudaría a seguir adelante.

El desenlace de esta historia se encuentra en Hechos 5:40-42: “Y convinieron con él; y llamando a los apóstoles, después de azotarlos, les intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús, y los pusieron en libertad. Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre (de Jesús). Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo (énfasis añadido)”.

“Mas el que persevere hasta el fin”

Notemos que el poder de Dios sacó a los apóstoles de la cárcel para que pudiesen seguir predicando el evangelio de Jesús, pero no los libró de ser castigados y amenazados. Tuvieron que pasar un mal rato, pero eso no les impidió obedecer a Dios antes que a los hombres. Esto ilustra mejor el punto de que Dios usa su poder para ayudarnos a obedecer sus leyes, a pesar de las dificultades que podamos tener, pero somos nosotros mismos los que decidimos si perseveraremos en hacerlo o declinaremos ante nuestros miedos.

El profesor Enoch Burke, quien también es un ser humano de carne y hueso como usted y como yo, también puede haber sentido miedo a lo que podía ocurrir con su vida, si permanecía firme en sus creencias hasta el final. Sin embargo, sus declaraciones muestran dónde estaba su enfoque.

Cuando Jesús les mandó a sus discípulos hacer su obra, Él no les dijo que el poder de Dios los libraría de tener dificultades. Por el contrario, les advirtió que pasarían por muchas de ellas, pero que debían perseverar en lo que se les había encomendado y confiar en que el poder de Dios les ayudaría a seguir adelante. Éste es el enfoque que Dios quiere que tengamos ante el dilema de si obedeceremos o no sus leyes en este mundo tan hostil. Él no nos quita las dificultades de nuestro camino, pero Él nos ayuda y fortalece para vencerlas.

Entonces, la respuesta al dilema que planteamos al inicio de este artículo no se basa en el nivel de dificultades que tendremos para obedecer a Dios, sino del enfoque que tendremos en medio de ellas para poder vencerlas. ¡La respuesta es suya!

Que el ejemplo de los apóstoles y los muchos otros que se hallan en las páginas de la Biblia nos ayuden e inspiren a obedecer a Dios antes que a los hombres. Lea nuestro artículo 3 lecciones de valentía de los apóstoles para fortalecer su fe en que sí es posible.

Acerca del autor

Manuel Sánchez

Manuel Sánchez

Manuel Sánchez es miembro de la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial, en Perú. Casado con Annika Peters. Tiene una hija pequeña, de nombre Amedea Sophie.

Es abogado de profesión. Trabaja como vendedor de productos naturales en Trujillo, impulsando su propio negocio.

Con su familia participa en la congregación de Trujillo de la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial en Perú. Le gusta la lectura, el estudio relacionado con la historia universal y escribir.

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