De la edición Marzo/Abril 2020 de la revista Discernir

Parte 4: Seremos odiados

En Mateo 24, Jesús profetizó que el pueblo de Dios en el tiempo del fin sería una Iglesia perseguida. ¿Qué nos enseña esto acerca de la verdadera Iglesia de Dios?

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En el último artículo de esta serie, exploramos la profecía de Jesús acerca de “por haberse multiplicado la maldad” en los tiempos del fin (Mateo 24:12). Las personas rechazarán predominantemente los estándares de Dios para restringirse. La conducta humana, sin la restricción de la ley de Dios, llevará a este mundo hasta el punto de una destrucción casi total.

Pero Jesús también predijo que habría algunas personas —un grupo muy pequeño— que no iban a seguir la maldad. De hecho, estas personas son definidas por algo opuesto, guardadoras de la ley. Ellas gobiernan su vida por las leyes de Dios (1 Juan 5:2-3), lo que los hace estar en aguda confrontación con el mundo alrededor de ellos.

En tanto que el amor de la sociedad se enfría, los fieles de Dios se aferrarán a la ley que enseña el amor, cuidado y preocupación por otros (1 Juan 5:3).

Pero ellos no serán honrados ni respetados por su forma de vida. Jesús dijo “Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre” (Mateo 24:9; énfasis añadido).

Aborrecidos por todas las gentes.

¿De quién estaba hablando Jesús, y por qué serían tan impopulares en los tiempos del fin?

¿Quiénes serían odiados por todas las naciones?

Cuando Cristo dijo: “seréis”, ¿a quién se está refiriendo? La respuesta la encontramos al principio del sermón: “Los discípulos se le acercaron aparte… respondiendo Jesús les dijo…” (v. 3-4).

Los discípulos fueron 12 hombres con los que Jesús comenzó su Iglesia. La Iglesia había comenzado oficialmente con estos hombres (menos Judas) y otros discípulos de Cristo en el día de Pentecostés (Hechos 1:15; 2:1; 1 Corintios 15:6). Entonces cuando Jesús utiliza “seréis” en el sermón del monte, se estaba refiriendo a su Iglesia.

Cuando Él utiliza “ellos”, se está refiriendo a aquellos que están fuera de esa Iglesia. A lo largo del Nuevo Testamento, aquellos fuera de la Iglesia de Dios, son llamados “el mundo” (Mateo 5:14; 13:38; Apocalipsis 12:9). En este caso, Jesús usó “todas las gentes” para identificar al mundo entero.

Piense acerca de lo que esto significa: el verdadero pueblo de Dios será una minoría odiada en todo el mundo —en todas las naciones. Jesús dijo que su verdadera Iglesia sería una “manada pequeña” (Lucas 12:32). A través de los siglos, sus miembros siempre han sido una minoría en las naciones donde han vivido (Juan 15:18-19; 17:14).

La maldad y el brutal carácter del mundo en esa época futura provocan un nivel de persecución que no se ha visto en tiempos modernos.Pero actualmente hay más de 2.2 mil millones de cristianos en este mundo —lo que hace de este grupo el grupo religioso más grande del mundo. Cerca de 60 % de las naciones del mundo tienen una mayoría de cristianos en su población.

Entonces llegamos a una sorprendente conclusión: la verdadera Iglesia de Dios es una minoría entre los que se llaman a sí mismos cristianos. Las personas de “todas las naciones” que odian y persiguen al pueblo de Dios van a incluir a miles de millones de personas que afirman profesar el cristianismo.

Hemos aprendido en esta serie cuán grande será el engaño religioso en los tiempos del fin. Jesús advirtió que habría una forma de cristianismo falsificado. El líder de este movimiento unirá la cristiandad bajo él, en el movimiento ecuménico cristiano más grande que el mundo haya visto. Al realizar milagros sobrenaturales, él engañará a las personas haciéndoles creer que esos poderes vienen de Jesús.

¿Por qué serán odiados?

Pero, ¿por qué será la verdadera Iglesia de Dios tan violentamente odiada en el futuro? ¿Qué hará posible recibir semejante escarnio?

Serán perseguidos por la misma razón que el pueblo de Dios siempre ha sido impopular —por la forma en que ellos viven y el mensaje que ellos predican. Un vistazo a la historia muestra que ésas siempre han sido la razones por las cuales las personas odian y persiguen al pueblo de Dios.

El primer mártir de la Biblia, Abel, fue asesinado por su hermano porque él estaba haciendo lo máximo posible por servir y agradar a Dios (Génesis 4:3-8; 1 Juan 3:12). El apóstol Pablo escribió que “También todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución” (2 Timoteo 3:12).

En los últimos 2000 años, muchos del pueblo de Dios han sido perseguidos por su fidelidad a los Diez Mandamientos de Dios —particularmente su observancia del Cuarto Mandamiento, de guardar el sábado santo. Parece que ésta va a ser la razón por la que serán odiados y perseguidos en el tiempo del fin.

El profeta Elías (1 Reyes 18), Juan el Bautista (Marcos 6) y Esteban el diácono (Hechos 7) fueron tres siervos de Dios perseguidos por proclamar lo que es el pecado y la necesidad de arrepentirse. Ellos predicaron francamente la verdad que no querían oír aquellos que los rodeaban. Por eso, ellos fueron odiados. La predicación de Juan y Esteban los llevó finalmente a la muerte.

En el tiempo del fin, la Iglesia de Dios seguirá predicando el verdadero evangelio (Mateo 24:14) a un mundo violentamente hostil a él —particularmente la parte del mensaje que llama a las personas al arrepentimiento, cambiar y alinear su vida con la ley de Dios. Trágicamente, muchas personas se rehusarán tercamente a arrepentirse y cambiar (Apocalipsis 9:21; 16:9, 11).

La maldad y el brutal carácter del mundo en esa época futura provocan un nivel de persecución que no se ha visto en tiempos modernos. Satanás, el perverso dragón que engaña al mundo, va a dirigir su gran ira contra el pueblo de Dios (Apocalipsis 12:9-17). Afortunadamente, algunos del pueblo de Dios serán protegidos sobrenaturalmente de esta persecución. Para aprender más acerca de la protección en los tiempos del fin, lea nuestro artículo “Lugar de refugio”.

En estos momentos, estamos viviendo un tiempo en el que el pueblo de Dios no está enfrentando persecusión violenta en muchos lugares. De hecho, en buena parte del mundo puede ser tal vez el momento más seguro de toda la historia humana para un verdadero seguidor de Dios. Pero esto cambiará radicalmente en los años venideros.

El engaño y la maldad que aumentan, y el odio contra los cristianos surgirá. La buena noticia es que Dios va a acortar estos días “por amor a los escogidos” (Mateo 24:22). Jesucristo vendrá para salvar a su pueblo de aquellos que lo odian violentamente —y a salvar este mundo de autodestruirse.

Para aprender más acerca de cómo identificar la verdadera Iglesia de Dios, descargue nuestro folleto gratuito ¿Dónde está la Iglesia que Jesucristo edificó?

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