Vida, Esperanza y Verdad

El debate entre abortistas y antiabortistas: ¿quién tiene la razón?

El debate entre los grupos que aprueban y rechazan el aborto parece no atender el problema principal. ¿Por qué hay bebés engendrados que no son deseados, ni planificados y que se transforman en un “problema”? ¿Qué dice Dios acerca del aborto?

Desde que en el año 2018 el entonces presidente argentino Mauricio Macri habilitó el debate por el aborto, las pasiones fueron aumentando en uno y otro bando. El proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo finalmente fue aprobado a fines del 2020 con el voto transversal de legisladores del oficialismo y de la oposición de ese país.

Las repercusiones en la región no tardaron en llegar. A dos semanas de la aprobación del aborto en Argentina, las diputadas de la Comisión de la Mujer y Equidad de Género de la Cámara de Diputados de Chile comenzaron el debate por la despenalización del aborto libre hasta las 14 semanas de embarazo.

En México la situación es variada. En la mayor parte del país el aborto es ilegal, sin embargo, en la Ciudad de México y en el estado de Oaxaca está despenalizado el aborto hasta las doce semanas de embarazo.

El aborto en Uruguay no está penalizado si se lleva a cabo dentro de las primeras 12 semanas de gestación, según lo establecido en una ley aprobada en 2012.

El resto de los países de América Latina que no permite el aborto legal sufre presiones de todo tipo. Por ejemplo las Naciones Unidas recomendaron a países como Perú “expandir el acceso al aborto legal”.

La “marea verde” a favor de la legalización del aborto en la Argentina ha sido un movimiento inspirador para las feministas de toda América Latina, que ahora presionan para exigir el aborto en sus respectivos países.

Los argumentos abortistas

Quienes están a favor del aborto suelen identificarse con un pañuelo verde. Sus argumentos giran en torno al derecho de las mujeres a decidir “sobre su propio cuerpo”. Afirman que la maternidad debe ser deseada, no algo impuesto y, que en última instancia, como muchas mujeres se harán el aborto, sea legal o no, lo mejor es legalizarlo para que sea atendido por la autoridad médica y se practique no en la clandestinidad, sino en condiciones de “seguridad e higiene”. La mortalidad materna disminuiría, argumentan, si la interrupción del embarazo se realiza sin sanciones y no en la clandestinidad

Los argumentos antiabortistas

El principal argumento del sector antiabortista, el sector “celeste”, se centra en el derecho a la vida de todo ser humano. Se suelen llamar “a favor de las dos vidas”, en referencia a la defensa de la vida de la madre y del niño por nacer. Establecen que el aborto es moralmente incorrecto y tiene graves consecuencias psicológicas en las mujeres que han abortado. La Iglesia Católica, y la mayoría de los protestantes evangélicos se oponen al aborto, considerándolo como inmoral. Aunque algunas pocas denominaciones protestantes tradicionales son más permisivas con el aborto, de manera general, la mayoría de las denominaciones llamadas “cristianas” pueden considerarse antiabortistas.

El punto de vista bíblico

El sexto de los Diez Mandamientos dice: “No matarás” (Éxodo 20:13). Este mandamiento nos señala la santidad de la vida humana. Sólo Dios, quien da la vida, tiene la autoridad de quitarla u ordenar a otros que lo hagan. Este mandato también se aplica al niño por nacer. En Éxodo 21:22 se impone una fuerte sanción a quien lastime a una embarazada provocándole un aborto. El castigo impuesto llegaba incluso a la pena de muerte al agresor (v. 23). La ley de Dios demuestra que la vida de todo ser humano debe ser protegida, incluso en el vientre.

En la Biblia encontramos varias referencias acerca de bebés no nacidos como seres vivos, independientes de su madre. En Jeremías nos encontramos con la afirmación del Creador: “Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones” (Jeremías 1:5). Otro ejemplo es el de Juan el Bautista, quien saltó de alegría en el vientre de su madre Elisabeth, cuando María se acercó, embarazada, con Jesús en su vientre (Lucas 1:39-45).

El verdadero valor de la vida humana

Los políticos, filósofos y médicos no saben realmente qué es el hombre, ni cuál es su asombroso potencial. Tristemente los líderes eclesiásticos tampoco lo saben, ¡porque ninguna religión sabe qué y quién es Dios! Desconocen la verdadera razón por la cual la vida humana es más valiosa que la vida animal. Esta es una dimensión faltante en quienes debaten sobre el aborto hoy y proponen el control de la natalidad a través de métodos abortivos. El verdadero valor de cada vida humana radica en su potencial de nacer como un miembro de la familia inmortal de Dios. Usted necesita comprender esta importante verdad que se encuentra a lo largo de toda la Biblia. Lo invitamos a leer nuestro folleto El propósito de Dios para usted para profundizar en este tema.

El grave error de ambos bandos

El problema verdadero es la causa: la fornicación y el adulterio. Son las relaciones sexuales fuera o antes del matrimonio las que provocan el “problema” del aborto.Mientras el bando “verde”, a favor del aborto, intenta deshacerse del embarazo no deseado, el lado “celeste” quiere que de alguna manera ese niño no planeado, viva. Esta última intención parece muy loable, pero ninguno de los dos grupos atiende el problema principal. ¿Por qué hay bebés engendrados que no son deseados, ni planificados y que se transforman en un “problema”?

Un embarazo no deseado ni planificado es solamente una consecuencia de algo. El problema verdadero es la causa: la fornicación y el adulterio. Son las relaciones sexuales fuera o antes del matrimonio las que provocan el “problema” del aborto. Comprendamos el hecho, si todos obedecieran el séptimo mandamiento, el conflicto abortistas-antiabortistas no existiría. Es debido al pecado, quebrantamiento de uno de los diez mandamientos, que este debate se ha desarrollado.

En las manifestaciones llamadas “pro-vida” se suelen ver a monjas rezando con sus rosarios, estatuas de la “virgen María” y muchas cruces. Todo ello mezclado con grupos protestantes, pastores evangélicos y partidos conservadores. Pero ninguno de ellos habla del pecado de la “fornicación”. Se limitan a una defensa de la vida del niño por nacer, pero no hablan de por qué ese niño es “no deseado”, de por qué una madre puede querer un aborto. La causa es omitida. Las palabras “fornicación”, “adulterio” y “pecado” han sido completamente borradas de todo ámbito social y político, ¡e incluso religioso!

Sin embargo, un mandamiento completo de los diez, está dedicado a la defensa del matrimonio. El sector “verde” desprecia ese mandamiento y, como suele ocurrir, un pecado lleva a otro. Al pecado de fornicación le adicionan el de asesinato. Esa es su forma de solucionar el “problema”. Por otro lado, la banda “celeste” omite el tema y no se atreve a señalar la verdadera causa que origina este debate. Ambos grupos están desorientados y errados.

Usted decide

Nuestras sociedades no parecen estar dispuestas a cambiar. Al contrario, nos acercamos al colmo de la maldad, a la legalización de los asesinatos y a la familiaridad con la fornicación y el adulterio. ¡No piense que esto no traerá consecuencias! Lo mismo que sembramos, cosecharemos. Pero incluso cuando colectivamente la mayoría no se arrepienta, usted puede hacerlo.

El arrepentimiento tampoco está de moda hoy en día, sin embargo, es una parte fundamental del verdadero evangelio. Volvernos de nuestros malos caminos, del quebrantamiento de la ley de Dios, y creer en el sacrificio de Jesucristo para perdón de nuestros pecados, es un paso fundamental para tener verdadera esperanza en medio de este mundo decadente.

La Iglesia de Dios, una Asociación Mundial tiene ministros en toda América Latina. Usted puede recurrir a ellos si desea asesoramiento y consejo. No deje de contactarse con nosotros si realmente quiere marcar la diferencia ¡y tener una esperanza sólida!

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Acerca del autor

Daniel Campos

Daniel Campos

Daniel Campos nació en la Ciudad de Buenos Aires, Argentina. De adolescente fue un apasionado lector de la publicación predecesora de la actual revista Discernir. Está casado con Norma Navarrete que es bibliotecaria escolar, oriunda de Bahía Blanca, Argentina.

Actualmente se desempeña como diácono y junto a su esposa viven en Buenos Aires, tienen cuatro hijos y pertenecen a la congregación local de la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial de esa ciudad.

Daniel se dedicó a la docencia por más de 30 años, siendo maestro de primaria y profesor de Historia y Geografía en enseñanza media y en colegios de adultos para estudios superiores. Ahora está jubilado de la docencia y disfruta más tiempo para dedicarse a lo que lo apasiona.

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