Escasez de alimentos y de la Palabra de Dios

La invasión a Ucrania por parte de Rusia no sólo está afectando el orden geopolítico, sino también puede crear una crisis alimentaria a nivel mundial por el encarecimiento de materias primas y la escasez de ellas. ¿Se viene una hambruna mundial?

¿Por cuánto tiempo más y en qué cantidad van a seguir subiendo los alimentos? Sin duda ésta es la pregunta que ronda en la cabeza de todos nosotros. Tras el estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania, se están afectando los precios y la existencia de los alimentos.

El mundo está avanzando en una escalada de calamidades que están marcando un franco deterioro. Un puñado de naciones pueden causar un daño global con sus decisiones, las que pueden significar un colapso económico total y millones pueden morir de hambre.

Ir al supermercado se ha vuelto una experiencia de asombro y de cálculo, ya que cada visita resulta ser más costosa que la anterior y muchas veces no se puede comprar lo que se necesita, por falta de mercadería en las estanterías.

La escalada de precios energéticos, como el gas y el petróleo, ha comenzado a impactar de forma directa a muchos sectores de la sociedad. La invasión a Ucrania por parte de Rusia no tan sólo ha afectado el orden geopolítico, sino también al “granero” de Europa —hablando principalmente de Ucrania.

“Ahora, su granero está siendo bombardeado", lamentó el secretario general de la ONU, el señor Antonio Guterres, en una declaración reciente ante ministros de Agricultura del G7 (los siete países más ricos del mundo.

Ir al supermercado se ha vuelto una experiencia de asombro y de cálculo.

El impacto ha comenzado a afectar a las empresas alimenticias que han visto cómo en menos de un mes se han encarecido las materias primas y cómo algunas de ellas empiezan a escasear.

Ucrania es uno de los principales exportadores de trigo, maíz, harina y aceite de girasol del mundo, y la guerra ha paralizado sus ventas al exterior con el consecuente aumento de los precios de los alimentos. Entre Ucrania y Rusia se produce el 30 por ciento del trigo del mundo y el 50 por ciento del aceite de girasol.

Guterres también dijo: "Esta guerra va mucho más allá de Ucrania. También es un ataque contra las personas y países más vulnerables del mundo”.

Todo apunta a una crisis alimentaria a nivel mundial. “No se trata de si vamos a tener una crisis alimentaria. Se trata de cuán grande será esa crisis”, dijo Svein Holsether, CEO de una importante empresa de alimentos.

¿Se viene una hambruna mundial?

Siempre habrá una gota que rebalse el vaso, y esto parece estar sucediendo con esta guerra. Los países en vías de desarrollo están sufriendo para recuperarse de la pandemia, con crecientes niveles de inflación, subidas en los tipos de interés y problemas de deuda.

Mientras la cadena de suministros comienza a debilitarse aún más, se hará difícil alimentar al mundo. Países como Egipto, Argelia, Líbano y Venezuela han prohibido ya la exportación de alimentos, en resguardo para cubrir su demanda interna. Varios países están tomando las mismas medidas.

La escasez de alimentos no es la única escasez que fue profetizada. Lamentablemente todo el mundo sufre escasez de la verdad. Aparte del alimento físico que necesitamos para sobrevivir, también necesitamos alimento espiritual para tener una vida abundante y provechosa.

El puente hacia el suministro fácil, la abundancia de alimentos, y la prosperidad antes de la pandemia, se han esfumado. ¡Muchas naciones ahora se están viendo obligadas a hipotecar las ganancias de las generaciones futuras para comer y sobrevivir hoy!

Los fundamentos de la producción mundial de alimentos de antes de la pandemia ya comenzaron a temblar y a desmoronarse. A la escasez de alimentos se ha agregado el aumento sostenido en los precios.

¡Todo apunta a que estamos viviendo en un mundo totalmente diferente al de antes de la pandemia! ¡Estos eventos son grandes golpes de martillo para la supervivencia de las naciones!

¿Por qué hay escasez?

La Biblia revela la naturaleza del hombre apartado de Dios. La respuesta de Él, a través del profeta Isaías, es impresionante, dado el tiempo en que fue escrita hace más de 2.500 años: “Sus pies corren al mal, se apresuran para derramar la sangre inocente; sus pensamientos, pensamientos de iniquidad; destrucción y quebrantamiento hay en sus caminos. No conocieron camino de paz, ni hay justicia en sus caminos; sus veredas son torcidas; cualquiera que por ellas fuere, no conocerá paz” (Isaías 59:7-8).

Para entender lo que está sucediendo, la Biblia, en el libro de Apocalipsis revela, por medio de siete sellos, que hay un paquete de hechos sucesivos que afectarán a los últimos tiempos de la humanidad.

El primer sello habla de que habría una gran religión falsa que engañaría al mundo entero. El Segundo sello habla de guerras y rumores de guerras que se desatarían en diferentes partes del mundo, como hoy podemos ver.

El tercer sello describe lo que podríamos llamar “las consecuencias de la guerra”, es decir, el rebote inmediato que ocasionan los destrozos y desastres generados por misiles, bombas y destrucción de puertos, campos de siembras, plantas de fertilizantes y más: “Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que lo montaba tenía una balanza en la mano. Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: “Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino” (Apocalipsis 6:5-6).

Este sello simboliza una gran escasez de alimentos y de otros elementos básicos para la vida. Esto claramente sintoniza con las palabras mencionadas por Jesús cuando vino por primera vez y habló de los eventos que ocurrirían en especial en los tiempos finales: “Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores” (Mateo 24:7-8).

Escasez de la Palabra de Dios

La escasez de alimentos y el hambre resultante son secuelas naturales de la guerra. El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania —el granero del mundo—, está mostrando cómo las propiedades son destruidas y cómo se altera la producción agrícola. Todo esto ha comenzado a generar una gran escasez de alimentos y otros elementos fundamentales para la subsistencia.

Sin embargo, esta escasez de alimentos no es la única escasez que fue profetizada. Lamentablemente todo el mundo sufre escasez de la verdad. Aparte del alimento físico que necesitamos para sobrevivir, también necesitamos alimento espiritual para tener una vida abundante y provechosa.

Esta escasez espiritual fue descrita por uno de los profetas del Antiguo Testamento, cuando mencionaba que “la palabra del Eterno escaseaba en aquellos días…” (1 Samuel: 3-1). No es que escaseen hoy las Biblias. Tampoco son escasos los templos e iglesias, pastores y toda clase de “líderes cristianos”. Lo que escasea es la verdad de la Palabra de Dios y la dedicación a querer nutrirse por los valores de Dios.

El apóstol Santiago, profundizando en la verdadera causa del hambre física y espiritual, preguntó lo siguiente: “¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites” (Santiago 4:1-3).

Dios ofrece en su Palabra esperanza y certidumbre para el futuro cercano. Pronto la naturaleza humana será cambiada. La mente competitiva de las personas cambiará. Jesucristo vendrá nuevamente y restaurará todas las cosas. Entonces habrá mucho alimento sano y a tiempo, abundante y equilibrado.

Por medio del verdadero alimento espiritual, el hombre ya no codiciará, no tendrá envidia, ni celos amargos ni competencia destructiva.

¡Que saludable será alimentarse de la Palabra de Dios verdaderamente! Hoy algunos han decidido valientemente hacerlo. Hay personas que disponen de un tiempo especial para nutrirse de la Palabra de Dios y así fortalecerse en lo espiritual. Ellos saben de un gran cambio que vendrá pronto sobre el mundo entero.

¡Nunca el mundo ha necesitado más una "mano fuerte y justa" que lo gobierne para mostrar a las naciones el camino hacia la paz, la producción abundante de alimentos y la prosperidad duradera! Pero esto vendrá. Esas son las buenas noticias que pronto inundarán al mundo.

Acerca del autor

Álvaro Matamala

Alvaro Matamala

Álvaro Matamala es Ingeniero en Administración de Empresas. Casado con Fabiola Jaufrett Silva. Tiene seis hijos: tres hombres y tres mujeres. Algunos de ellos ya están casados y le han dado, hasta ahora, cinco nietos hermosos.

Llegó a la Iglesia de Dios en el año 1985 e inmediatamente ingresó a los Clubes de Oratoria. Le gusta la lectura y el estudio de diferentes temas relacionados con la historia y la geopolítica internacional.

Álvaro trabajó, por casi 30 años, como gerente en diversas empresas en Santiago de Chile y en los últimos años estableció su propio negocio de publicidad.

Fue ordenado como ministro en el año 2015 y desde el año 2020 trabaja a tiempo completo para la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial en Chile, sirviendo a las congregaciones de Curicó, Talca y San Carlos.

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