¿Qué es el sincretismo religioso? ¿Lo acepta Dios?

Muchas de las tradiciones populares del cristianismo provienen del sincretismo. ¿Qué es el sincretismo religioso? ¿Cuáles son algunos ejemplos de sincretismo? ¿Le importa a Dios? 

Mezclar la historia del nacimiento de Jesús con antiguas celebraciones del nacimiento del dios sol es un excelente ejemplo de sincretismo religioso.

Este año, más de 2.000 millones de personas celebrarán, de diversas formas, la festividad más popular del mundo: la Navidad. Cantarán canciones e intercambiarán regalos, decorarán sus hogares con luces y tal vez visitarán a sus familiares. Algunos incluso asistirán a la iglesia. Muchos, pero no todos, harán esto para celebrar el nacimiento de Jesús.

Pero aquí hay una declaración audaz: nada de esto agrada a Dios.

Las tradiciones navideñas son sólo algunas de las muchas prácticas modernas que no se basan en las Sagradas Escrituras. En cambio, muchas de estas tradiciones, incluido el día de Navidad, tienen profundas raíces en el paganismo pre-cristiano.

Estas tradiciones llamadas “cristianas”, y muchas otras que son comunes hoy en día, originalmente no tenían nada que ver con el cristianismo. En realidad, fueron injertadas en la religión mediante un proceso llamado sincretismo.

El sincretismo jugó un papel sustancial en la configuración de lo que comúnmente se considera cristianismo, y debería ser motivo de preocupación para cualquiera que afirme seguir a Dios.

Antes de que usted celebre otra Navidad, es necesario comprender el sincretismo: qué es, qué dice Dios al respecto y el peligro que éste representa.

¿Cuál es la definición del sincretismo religioso?

Según la Encyclopaedia Britannica, el sincretismo religioso es “la fusión de diversas creencias y prácticas religiosas”.

Aunque no es exclusivo del cristianismo, el término comúnmente se refiere a la integración de prácticas no cristianas (paganas) en creencias, conceptos y prácticas cristianas. Poco a poco, el cristianismo tradicional incorporó diversas tradiciones, creencias y festividades con raíces que se remontan a las religiones paganas.

Hoy en día, muchas personas que se identifican como cristianas pueden sorprenderse al saber cuántas de sus preciadas tradiciones y prácticas fueron asimiladas al cristianismo a través del sincretismo con el paganismo. 

Ejemplos de sincretismo en la religión cristiana moderna

En el mundo antiguo, diferentes grupos a menudo adoptaban los dioses y prácticas de otros para ganar seguidores y aliados. 

El Imperio Romano era especialmente hábil en esto, ofreciendo una libertad religiosa casi inaudita. A medida que el imperio se expandió y abarcó diversas culturas, aceptó prácticamente todos los dioses de cada pueblo conquistado.

Muchos asumirían que las prácticas sincretistas de Roma terminaron en el siglo IV cuando, bajo el reinado de Constantino el Grande, el imperio adoptó el cristianismo. Sin embargo, esto no es lo que sucedió. En cambio, la forma de cristianismo dominante que se desarrolló, empezando en Roma, creció, principalmente abrazando el sincretismo.

En sus primeros años, la Iglesia Romana hizo de la adopción de elementos de otras religiones una práctica común para ganar seguidores.

En sus primeros años, la Iglesia Romana hizo de la adopción de elementos de otras religiones una práctica común para ganar seguidores. Creían que adaptarse a las creencias de los demás fortalecería a la iglesia y haría que creciera en número.

La historia muestra que el sincretismo fue enormemente influyente en el crecimiento de los números de seguidores de la iglesia. En el libro Christianity and Paganism in the Fourth to Eighth Centuries (Cristianismo y paganismo en los siglos IV al VIII), el historiador Ramsay MacMullen escribe: “El triunfo de la iglesia no fue un triunfo de la destrucción [de las creencias no cristianas] sino de una aceptación y asimilación cada vez más amplias” (1997, p. 159).

Este sincretismo tampoco fue temporal. Muchos de los compromisos sincretistas que la Iglesia Católica Romana hizo entre los siglos IV y VIII todavía son comunes en el cristianismo actual.

La mayoría de las fiestas cristianas modernas se remontan a antiguas fiestas paganas.

Por ejemplo, es bien sabido que la Navidad reemplazó a las Saturnales romanas, que se llevaban a cabo a finales de diciembre, en el calendario romano.

Según un artículo en NationalGeographic.com dice que el sincretismo era para: “convertir a los paganos romanos a la religión cristiana, estableciendo una tradición fácilmente asimilable para ellos” (“Orígenes de la Navidad”).

Además, el catolicismo respaldó el uso de imágenes y estatuas para la oración. Estas estatuas, aunque supuestamente representan a Cristo, Dios Padre, la cruz, María y los apóstoles, en realidad guardan semejanzas con las características de los dioses greco-romanos de la antigüedad. Ante la falta de descripciones bíblicas de estas personalidades, los artistas católicos se inspiraron en las representaciones de dioses paganos del pasado.

Para conocer este y otros ejemplos de prácticas paganas que se sincretizaron con el cristianismo, lea:

El cristianismo moderno está impregnado de numerosas prácticas de origen pagano. Sin embargo, ¿realmente importa que la religión incorpore elementos sincretizados del paganismo?

¿Acepta Dios el sincretismo religioso?

La Biblia proporciona instrucciones claras sobre cómo adorar al verdadero Dios, especificando cómo Él quiere (y no quiere) ser adorado.

Considere: si Dios nos dice de manera precisa cómo adorarlo y honrarlo, ¿qué o quién le da a los seres humanos el derecho de hacer cambios en la adoración, basados ​​en lo que queremos hacer?

En Deuteronomio 12:29-31, cuando los israelitas estaban a punto de poseer la Tierra Prometida, Dios les advirtió de manera enérgica que no siguieran las prácticas de adoración que tenían las naciones vecinas. Les ordenó que no se enamoraran de la manera cómo otros pueblos adoraban a sus dioses.

En el versículo 31, Dios dice: “No harás así al Eterno tu Dios; porque toda cosa abominable que el Eterno aborrece, hicieron ellos a sus dioses; pues aun a sus hijos y a sus hijas quemaban en el fuego a sus dioses”.

Lamentablemente, el pueblo de Israel no escuchó esta advertencia y finalmente fue castigado con cautiverio, porque incorporaron rituales paganos a su adoración. En lugar de ser un modelo a seguir para las naciones vecinas, ellos mismos sincretizaron muchos elementos de la adoración pagana, especialmente de las religiones de Egipto, Canaán y Babilonia.

No importa cuán bien intencionada sea nuestra adoración, las buenas intenciones no pueden transformar algo que es pagano en algo bueno y justo.

Si bien el ejemplo extremo del sacrificio de niños se menciona en Deuteronomio 12, esta abominación no era la única práctica pagana que Dios quería que su pueblo evitara en su adoración. Después de todo, cometieron “toda abominación”, incluidos muchos pecados que Dios siempre condena.

El Dios que condena el sacrificio de niños también denuncia como incorrectos la idolatría y las fiestas paganas. No nos corresponde a nosotros elegir qué prácticas paganas pueden “cristianizarse”. De hecho, nada pagano es jamás “cristianizado” porque un verdadero cristiano debe evitar por completo toda adoración pagana.

Pero muchos se oponen a esto.

En la corriente principal del cristianismo, muchos creen que si una práctica pagana se reutiliza para “alabar” a Dios, deja de ser pagana. Después de todo, dice su razonamiento, ¿realmente le importa a Dios cómo lo adoramos, siempre y cuando lo hagamos con amor?

Pero considere esta analogía: si un pariente de usted tuviera alergia a los perros, no le regalaría un pastor alemán. De manera similar, si un amigo tuviera un miedo paralizante a las alturas, no lo llevarías a caminar a puentes colgantes. Las personas hacen todo lo posible para adaptarse a las preferencias de los seres humanos, pero no están dispuestos a hacer ni siquiera un pequeño esfuerzo para alinear sus prácticas con las preferencias de Dios.

No importa cuán bien intencionada sea nuestra adoración, las buenas intenciones no pueden transformar algo que es pagano en algo bueno y justo. Los cristianos de verdad están llamados no sólo a adorar a Dios con amor. También se les ordena adorarlo en verdad (Juan 4:23-24). En otras palabras, la adoración a Dios debe estar alineada con su voluntad.

Dios no ha cambiado (Malaquías 3:6). Si Él desaprobó los rituales paganos hace miles de años, hoy sigue detestando las versiones “cristianizadas” de esos mismos rituales.

Para obtener más información sobre fusionar el paganismo con las enseñanzas de la Biblia, lea “¿Importa acaso que la Navidad sea pagana?” y “Cuatro razones por las que la Navidad no es cristiana”.

Adoremos a Dios como Él manda

En los tiempos modernos, puede resultar fácil adoptar las tradiciones del cristianismo dominante sin reflexionar realmente sobre sus orígenes.

Las tradiciones pueden ser buenas (2 Tesalonicenses 2:15), pero sólo si caen dentro de los límites de la ley de Dios. Las tradiciones paganas, por sinceras que sean, quedan fuera de los límites de Dios.

Muchas tradiciones y símbolos “cristianos” (como la Navidad, la Pascua Florida y los servicios dominicales) son simplemente paganismo reenvasado. Si bien la gente puede creer que estas prácticas ahora son “cristianas”, Dios, el Creador omnisciente, nos recuerda sus verdaderos orígenes.

Los verdaderos cristianos alinean sus creencias y adoración con la voluntad de Dios y obedecen sus mandamientos (Juan 14:15, 23-24), en lugar de tratar de imponer su modo preferido o su propia opinión en la adoración a Dios.

La Palabra inspirada de Dios, la Biblia, proporciona pautas para la adoración y la creencia en Dios. Si inventamos o desarrollamos nuestras propias prácticas religiosas, no estamos adorando al Dios verdadero.

Animamos a nuestros lectores a examinar sinceramente sus prácticas religiosas. ¿Están sus creencias y su adoración basadas en el sincretismo religioso? Si es así, le instamos a que mire seriamente en la Palabra de Dios para saber cómo Él quiere ser adorado.

Acerca del autor

Jordan Iacobucci

Jordan Iacobucci

Jordan Iacobucci asiste a la congregación de la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial, en Raleigh, Carolina del Norte.

Jordan es un miembro activo de la congregación de Raleigh y se desempeña como director de himnos y también como orador de sermones.

Creció en Nueva Jersey y se graduó de la Universidad Dominicana en 2022 con una Licenciatura en inglés. Actualmente trabaja como escritor independiente.  

En su tiempo libre, Jordan disfruta ampliar sus habilidades de escritor y pasar tiempo con familiares y amigos. Está inscrito en la promoción 2024 del Foundation Institute. Después de completar sus estudios bíblicos, planea seguir una carrera de escritor a tiempo completo.

Ask a Question