Tres lecciones acerca de la tragedia del Titán

La pérdida del sumergible “Titán” encierra muchas lecciones para los cristianos de hoy. Es un recordatorio vívido de dónde deben estar nuestras prioridades en la vida. 

El 18 de junio, lo que comenzó como una exploración de rutina para saber más acerca del naufragio del Titanic, se volvió mortal. Durante su inmersión al fondo del Atlántico Norte, el Titán sumergible perdió la comunicación y desapareció.

Los rescatistas llegaron lo más rápido posible para ayudar a localizar el sumergible a unos 487 metros por debajo de la superficie del océano.

Durante cuatro días, el mundo contuvo la respiración y esperó un rescate milagroso.

El destino de los pasajeros no se conoció hasta que se encontraron los escombros del Titán, cerca de los restos del Titanic. Los peores temores de muchos expertos en exploración de aguas profundas resultaron ciertos: el Titán implosionó bajo la intensa presión del mar a esa profundidad, matando instantáneamente a las cinco personas a bordo.

Los pasajeros ahora comparten el mismo lugar de entierro que las más de 1.500 personas que perecieron en la tragedia del Titanic hace 111 años.

Los investigadores recién comienzan su trabajo para determinar qué le sucedió realmente al Titán, por lo que no conocemos todos los detalles. Sin embargo, consideremos tres lecciones importantes que podemos aprender de esta última tragedia, en base a lo que sabemos.

Lección 1: prestar atención a las advertencias

El piloto del sumergible era Stockton Rush, quien era el director ejecutivo de la empresa que operaba estas expediciones. Algunos han criticado a Rush por ignorar las advertencias de otros expertos en la construcción de sumergibles.

Estos expertos de la industria expresaron su gran preocupación por algunos de los componentes utilizados en la fabricación del Titán, los cuales se debilitaron después de cada inmersión en aguas profundas. Advirtieron que las 6.000 libras por pulgada cuadrada de presión en la profundidad del mar en donde estaba también el Titanic, podrían tener resultados catastróficos en el Titán. En una entrevista en el año 2021, el señor Rush incluso admitió que rompió algunas reglas en su diseño, creyendo que las recompensas superaban los riesgos.

Entonces, en lugar de escuchar a sus compañeros acerca de mejorar la calidad de construcción del Titán, para que cumpliera con los estándares de la industria, parece que el señor Rush eligió autocertificarse y etiquetó al Titán como una nave experimental.

Si resulta que esta fue la razón por la que el Titán falló, entonces su decisión resultó fatal, tanto para él como para los otros cuatro pasajeros.

Parece que las advertencias estaban ahí. Las inquietudes le fueron presentadas varias veces.

La Biblia nos aconseja escuchar el consejo sabio: “Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; Mas en la multitud de consejeros hay seguridad” (Proverbios 11:14). Otro proverbio dice: “Los sabios son precavidos y evitan el peligro; los necios, confiados en sí mismos, se precipitan con imprudencia” (Proverbios 14:16, Nueva Traducción Viviente).

En el nivel espiritual, Dios ha advertido a la humanidad del desastre inminente, si elegimos ignorar sus mandamientos: “Por tanto, el Santo de Israel dice así: Porque desechasteis esta palabra, y confiasteis en violencia y en iniquidad, y en ello os habéis apoyado; por tanto, os será este pecado como grieta que amenaza ruina, extendiéndose en una pared elevada, cuya caída viene súbita y repentinamente” (Isaías 30:12-13).

Debido a que nuestro mundo ha rechazado a Dios y a sus mandamientos, está en curso de colisionar con el desastre. Puede parecer que las cosas están funcionando por el momento, pero finalmente llegará el desastre, tal como sucedió con el Titán. Y, tal como sucedió con el Titán, ¡llegará muy rápido!

Aunque el mundo ignore las advertencias de Dios en su Palabra, usted puede optar por prestar atención a esas advertencias y ser preservado del desastre que se avecina. Preste atención a esas advertencias obedeciendo a Dios y sus mandamientos.

Para obtener más información acerca de cómo prestar atención a las advertencias proféticas de Dios, lea “Como en los días de Noé: advertencias para nuestros días”.

Lección 2: Asegúrese de que sus prioridades sean las correctas

Esta inmersión tenía como objetivo observar cuánto se había desintegrado el Titanic y brindar una oportunidad para que las personas adineradas vieran el naufragio de cerca.

Pero uno debe preguntarse: ¿valió la pena el riesgo por la recompensa?

Todos los que perecieron dejaron atrás a familiares en luto. Aunque cada participante firmó una larga renuncia, reconociendo que la muerte era una posibilidad, seguramente con el beneficio de la retrospectiva, todos desearíamos que se hubieran tomado decisiones diferentes.

No podemos dar prioridad a los placeres físicos de la vida sobre lo que Dios espera de nosotros.Este evento debe ser un recordatorio para todos nosotros de la importancia de la vida y de la familia. Es una oportunidad para considerar nuestras prioridades.

¡Nuestra prioridad más importante es Dios! Nuestra relación con Dios debe ser nuestra mayor prioridad, ya que Él tiene el control final sobre nuestro destino eterno.

Note lo que Jesucristo dijo con respecto a establecer prioridades: “Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?” (Mateo 16:26).

La lección para nosotros es que no podemos dar prioridad a los placeres físicos de la vida sobre lo que Dios espera de nosotros. Una vida de desobediencia puede incluir placeres efímeros, pero si descuidamos a Dios y sus expectativas, no tendremos ningún futuro por delante, solo la muerte eterna.

Por otro lado, si nos esforzamos por seguir a Dios y hacer de Él nuestra primera prioridad, finalmente recibiremos la vida eterna.

Lección 3: Si no nos arrepentimos, todos pereceremos

Las personas que estaban a bordo del Titán no perecieron por ser pecadores. Sin embargo, esta pérdida es un recordatorio de que la muerte nos sucede a todos. Esta tragedia puede haber sido el resultado de malas decisiones que finalmente alcanzaron a los involucrados.

El tiempo y la casualidad también contribuyeron a este desastre. Quizás la investigación descubra que el tiempo y la casualidad jugaron un papel más importante de lo que parece en este momento. El tiempo dirá.

Siempre han ocurrido tragedias y, durante el tiempo de Cristo, Él usó una de ellas para mostrar un punto. Citó una situación sobre algunos ciudadanos locales que habían sido asesinados por Pilato y otra calamidad del derrumbe de una torre que había matado a 18. Jesús preguntó a su audiencia si pensaban que esas personas habían muerto porque eran peores pecadores que otros. Él respondió a su propia pregunta con un “no”, pero luego explicó que todos vamos a perecer si no nos arrepentimos.

Una trágica ironía. Lo que condujo al hundimiento del Titanic es exactamente lo que sucedió en el desastre del Titán  .

Asimismo, las personas que murieron en el Titán no eran peores pecadores que otras personas. Sin embargo, sus muertes deberían hacernos reflexionar sobre la naturaleza temporal de la vida y considerar el punto más importante que Jesús estaba diciendo: que todos hemos pecado y merecemos la muerte eterna (Romanos 3:23; 6:23).

Pero Dios el Padre envió a su Hijo para pagar la pena de muerte en nuestro lugar, si nos arrepentimos y nos esforzamos por vivir según los mandamientos de Dios.

Eso significa que el arrepentimiento y la obediencia deben ser una prioridad en nuestras vidas.

Para obtener más información, lea “Cómo debemos arrepentirnos”.

La historia se repite

Lamentablemente hay un nivel de ironía en esta tragedia. Aquellos que se propusieron explorar la tragedia del Titanic ahora se han convertido en parte de esa tragedia.

En lugar de buscar contemplar los restos de una tragedia centenaria, sería mejor que intentemos aprender lecciones, especialmente lecciones espirituales, del Titanic.

Debido a una serie de errores de juicio, el capitán, la tripulación y la mayoría de los pasajeros del Titanic fallecieron. Pero es posible que sus vidas no se hayan perdido en vano, si de ello podemos aprender algunas de las lecciones espirituales más importantes de la vida.

La noticia alentadora es que aquellos que murieron en las tragedias de Titán y Titanic volverán a vivir. Todos ellos tendrán la oportunidad de conocer a Dios y tener una relación con Él.

Para obtener más información acerca de la esperanza de los muertos, descargue nuestro folleto gratuito El último enemigo: ¿Qué sucede realmente después de la muerte .

Acerca del autor

Tim Groves

Tim Groves

Tim Groves ha estado casado con su esposa, Teresa, por más de 27 años. Juntos, tienen dos hijas y dos hijos y viven en Carolina del Sur. Se mudaron allí en 1997, desde Ohio, para huir de los fríos inviernos del norte y permitirle hacer las cosas que él disfruta, como vagar por los depósitos de chatarra de automóviles en busca de tesoros escondidos de tiempos pasados.

Tim ha sido dueño de su propio negocio de restauración de automóviles desde 2002. Su especialidad es la restauración y venta de piezas antiguas de Cadillac. Es autor de 11 manuales automovilisticos y es un experto muy bien conocido y de confianza en su nicho de mercado. Ha vendido piezas restauradas a clientes en los 50 estados y en varios países del mundo. Disfruta de su carrera porque le permite trabajar y ensuciarse las manos.

De la misma forma, a Tim también le gusta buscar los tesoros escondidos y las lecciones de vida que se encuentran en las páginas de la Biblia. Aunque algunos puedan creer que estos escritos de la antigüedad son irrelevantes hoy en día, él se esfuerza por mostrar su verdadero valor para el mundo de hoy. También le gusta ver las noticias del mundo y escribir acerca de cómo los eventos actuales encajan en las profecías bíblicas.

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