Daniel habla de un “rey del sur” ¿A quién se refiere exactamente?
El único capítulo de la Biblia donde se menciona al “rey del sur” es el mismo que contiene la profecía bíblica más detallada: Daniel 11. Lo primero que se dice de este rey es que “se hará fuerte” y “su dominio será grande” (v. 5).
Pero, ¿quién era este rey exactamente? ¿Y quién será el rey del sur “al cabo del tiempo”, como dice el versículo 40? Para saberlo necesitamos estudiar un poco más el contexto.
Uno de los puntos a considerar tiene que ver con las circunstancias en que esta profecía fue revelada. Daniel la recibió “En el año tercero de Ciro rey de Persia” (Daniel 10:1), que según The Expositor’s Bible Commentary [Comentario bíblico del expositor], corresponde al año 537 o 536 a.C. La profecía comienza por describir el futuro de los imperios griego y persa de aquél tiempo (vv. 2-4) y abarca gran parte de la historia hasta llegar “al cabo del tiempo” (v. 40).
¿Por qué “rey del sur”?
Otra cosa que debemos entender es por qué se le llama “rey del sur”. ¿Al sur de qué? La respuesta está en la razón por la cual fue dada esta profecía: “para hacerte saber lo que ha de venir a tu pueblo en los postreros días; porque la visión es para esos días” (Daniel 10:14; énfasis añadido).
En otras palabras, su propósito era revelar tanto a Daniel como a nosotros, el futuro del pueblo judío (el pueblo de Daniel) luego de la muerte del profeta. Por lo tanto, las referencias geográficas de la profecía —como “sur” y “norte”— están dadas desde el punto de vista judío y la referencia es en cuanto a Jerusalén, antigua capital del reino de Judá. Entonces, el “rey del sur” tiene ese nombre por estar ubicado al sur de Jerusalén. (Daniel 11:6 también menciona a un “rey del norte”. Puede encontrar más información sobre este líder en el artículo “El rey del norte”.)
Con esto en mente, analicemos quién era el “rey del sur” de Daniel 11:5.
Cumplimiento a través de la historia
Como hemos mencionado, los versículos del 2 al 4 revelaron lo que sucedería en los imperios griego y persa. El versículo 4, por ejemplo, describe específicamente la división del imperio griego tras la muerte de Alejandro Magno en el año 323 a.C.
Uno de los gobiernos resultantes de esta división se situó en Egipto (al sur de Jerusalén), cuyo líder es el “rey del sur” de Daniel 11:5. Los gobernantes de este reino son conocidos como “ptolomeos”.
La división norte del imperio de Alejandro corresponde a Siria, cuyos reyes se denominaban “seléucidas”. El líder de este imperio es el “rey del norte” mencionado en el versículo 6.
¿Qué importancia tenían los ptolomeos y seleúcidas? Para los judíos, mucha. . Por estar uno al norte y otro al sur de Jerusalén, todo lo que estos imperios hiciesen afectaría a los habitantes de la ciudad. De hecho, Jerusalén fue invadida y afectada muchas veces por las peleas y decisiones de estos reinos. Daniel 11:5-31 da más detalles de los encuentros entre ptolomeos (el “rey del sur”) y seleúcidas (el “rey del norte).
Más adelante, los versículos 32-39 describen los intentos de resistencia de una familia judía conocida como los “macabeos” contra el “rey del norte”, que pasó a llamarse “imperio romano” tras la victoria de Roma sobre Siria seleúcida en el año 65 a.C. Vale mencionar que, poco después, Roma también venció a Egipto (30 a.C.) y se convirtió en el principal gobernante de los territorios al norte y sur de Jerusalén. Si desea una explicación más detallada de estos versículos, le invitamos a leer el artículo “El rey del norte”.
Luego, la profecía de Daniel omite cerca de 2.000 años de historia que van desde el tiempo de los macabeos hasta la aparición del “rey del sur” en el tiempo del fin (v. 40). Durante todo ese lapso no había una nación Judía como tal en el Medio Oriente.
El futuro “rey del sur”
Actualmente, tras la creación del Estado de Israel en el Medio Oriente (1948), “el rey del norte” y “el rey del sur” han vuelto a cobrar importancia para el pueblo judío. Pero, ¿cuál será la nación o grupo de naciones que cumpla el rol de “rey del sur” en el tiempo del fin? La historia del Medio Oriente parece sugerir un buen candidato; y todo comienza con el patriarca Abraham.
Ismael —hijo de Abraham y la criada de su esposa, Agar— es padre del mundo árabe. Si bien fue Isaac, hijo de Abraham con su esposa Sara, quien recibió las bendiciones de Abraham, Dios reveló al patriarca que Ismael engendraría “doce príncipes” y se convertiría en una “gran nación” (Génesis 17:20). Más tarde, estos doce príncipes llegaron a ser líderes de sus propias naciones (Génesis 25:16).
Y cuando los descendientes de Ismael comenzaban a crecer en número, Esaú, hermano de Jacob (a quien se dio el nombre de Israel en Génesis 32:28 y es padre de los israelitas), se unió a ellos casándose con una de las hijas de Ismael (Génesis 28:9). Curiosamente, Esaú e Ismael tenían algo más en común: ninguno de ellos había recibido las bendiciones de la primogenitura a pesar de ser hijos primogénitos.
Por alguna razón, Dios decidió que la mayor parte de las bendiciones de Abraham fueran traspasadas a Jacob y sus 12 hijos (Malaquías 1:2; Romanos 9:13), padres de las 12 tribus de Israel.
Lamentablemente, la relación entre los descendientes de Israel y los descendientes de Ismael y Esaú nunca fue buena. Los encuentros entre Israel y Edom son un claro ejemplo de esto (Génesis 36:1; Números 20:14; Amós 1:11). Como dice Ezequiel, Edom parece tener una “enemistad perpetua” contra Israel. Para más detalles acerca de esta histórica rivalidad entre árabes e israelitas, consulte “El conflicto en Medio Oriente”.
Historia árabe
Durante la pausa de 2.000 años en la profecía de Daniel 11 —desde el tiempo de los macabeos hasta la creación del Estado de Israel— los árabes adoptaron una nueva religión. El Islam fue fundado por un hombre llamado Mahoma, reconocido como profeta por haber recibido aparentemente varias visiones de Alá que luego registró en el Corán. Los musulmanes —seguidores de esta enseñanza de Alá— adoran en viernes y tienen un calendario propio que consta de aproximadamente 11 días menos que el calendario occidental.
Tener una religión ha sido fundamental en la unificación mundo árabe. Actualmente, la Organización para la cooperación islámica se compone de 57 países y cerca de 1.600 millones de personas provenientes de lugares como África e Indonesia, además del Medio Oriente. Sin embargo, aunque el umma (mundo árabe) comparte una religión que fomenta la unidad y la defensa de todo hermano musulmán, aún existen varias ramificaciones diferentes.
Si bien los musulmanes tienden a ser pacíficos y pacifistas en su mayoría, también hay algunos radicales cuya meta es someter al mundo entero, y en especial al Medio Oriente, para imponer el Islam como única religión aunque sea por la fuerza. Este es el grupo que utiliza el terrorismo como medio para alcanzar su fin.
Unificación del mundo árabe
Al acercarse el tiempo del fin del que habla Daniel 11:40, habrá algo que unifique al mundo árabe para “confabular” contra Israel (Salmos 83:4-5) o permita el surgimiento de una poderosa nación árabe que cumplirá la profecía del ataque del “rey del sur” al “rey del norte”. Este enfrentamiento podría estallar por diversas causas que abarcan desde el trato hacia los musulmanes hasta el petróleo o algún desacuerdo económico.
La Biblia no revela la razón o razones específicas de esta futura batalla ni la identidad exacta del “rey del sur”. Pero Moab, Egipto y las antiguas naciones de Edom, sí son mencionados específicamente en la profecía (Daniel 11:41); como dice Daniel, Edom y Moab lograrán escapar de la represalia del “rey del norte”, pero no Egipto. Por lo tanto, el líder de Egipto parece ser un buen candidato para cumplir el rol del “rey del sur” o Egipto para ser una de las naciones que lo conformen.
Si desea saber más acerca del conflicto que tendrá lugar en esta parte del mundo antes de que Cristo regrese, le invitamos a explorar la sección “El Medio Oriente en la profecía”.