El alcohol es la droga más antigua y más utilizada en el mundo. ¿Qué piensa Dios del uso y el abuso del alcohol? ¿Es pecado tomar alcohol?
La mayoría de la gente se da cuenta del daño tan terrible que puede causar el abuso del alcohol. Las leyes humanas regulan el uso del alcohol, y Dios condena fuertemente la embriaguez como un pecado. Pero, ¿es pecaminoso todo el uso del alcohol?
Algunos deben abstenerse
Primero debemos darnos cuenta que hay personas que son propensas al alcoholismo y deberían abstenerse de tomar. Esto no prueba que todo uso del alcohol está mal. Hay muchas cosas en la vida que algunas personas deberían evitar debido a los problemas que podrían ocasionar. Por ejemplo, comer sal no es pecado, sin embargo después de una cirugía de corazón o si se tiene algún problema específico de salud, el doctor puede recomendarle al paciente que limite la ingesta de sal. También hay personas que nacen o desarrollan sensibilidad al gluten, productos lácteos, azufre, huevos, nueces, pescado y otros alimentos. Estos alimentos no tienen nada de malo, pero esos individuos deben evitarlos.
Cuándo el alcohol no es pecado
La Biblia define el pecado como “transgresión”. Entonces debemos preguntarnos si Dios creó alguna ley prohibiendo el consumo del alcohol. De ser así, fácilmente podríamos concluir que tomar alcohol es pecado.
Hay un puñado de escrituras que según algunas personas corrobora esto. Veamos unos pocos ejemplos:
- Proverbios 20:1 dice: “El vino es escarnecedor, la sidra alborotadora, Y cualquiera que por ellos yerra no es sabio”.
- 1 Timoteo 3:8 dice: “Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas”.
- Isaías 5:11 dice: “¡Ay de los que se levantan de mañana para seguir la embriaguez; que se están hasta la noche, hasta que el vino los enciende!”.
Un análisis a conciencia de éstos y otros versículos nos revelan un tema en común: claramente Dios condena el abuso del alcohol. El abuso —a largo plazo o de manera ocasional— está prohibido por el Creador. Sin embargo, no encontramos ninguna condena absoluta del uso del alcohol.
Jesucristo advirtió a los hombres: “Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día” (Lucas 21:34). Y Pablo escribió sobre las “obras de la carne” y que el hombre debería evitar las “borracheras” (Gálatas 5:19-21). En ambos casos, el término “embriaguez” es utilizado. Significa el uso excesivo de productos alcohólicos.
Cuándo el alcohol se convierte en pecado
Como acabamos de leer, el abuso del alcohol y la embriaguez están condenados por Dios como pecado. Los borrachos (aquellos que toman licor habitualmente y los alcohólicos) se describen en la Biblia como aquellos que no serán escogidos para heredar el Reino de Dios (1 Corintios 6:9-10). Pero Pablo les dice a los miembros de la Iglesia en Corinto: “y esto erais algunos”. La gente puede derrotar estos pecados con la ayuda de Dios, y Dios espera que lo hagan.
La triste experiencia de muchas personas, además de años de investigación exhaustiva, muestra el increíble daño causado por el abuso del alcohol —a menudo el abuso habitual del alcohol a largo plazo. Los costos son casi incalculables si se considera el daño mental y emocional que sufren los niños y las parejas. Añádase a esto muchos costos adicionales:
- Fracasos matrimoniales
- Bajo rendimiento en el trabajo o pérdida de trabajo.
- Abandono por parte de amigos y familiares
- Heridas por accidentes o muerte de otras personas causadas por conducir en estado de embriaguez.
- La destrucción de la salud del bebedor aparte de los accidentes.
Tomar en exceso es indiscutiblemente perjudicial e incluso adictivo. Dios deja muy claro que los cristianos deben mantener una disciplina personal y no permitir ser esclavizados por malos hábitos. Si un cristiano descubre que tiene cierta susceptibilidad a abusar del alcohol, o en el pasado fue afectado por el alcoholismo, debería establecer un límite y no tomar alcohol, así como otros lo deben hacer con las nueces, huevos, productos lácteos entre otros.
Entonces no, las Escrituras no prohíben tomar cerveza, vino u otra bebida que contenga alcohol. El consumo moderado de alcohol no es perjudicial para la mayoría de las personas. Algunas autoridades de la salud incluso recomiendan pequeñas cantidades de vino rojo debido a sus saludables beneficios.
Las Escrituras no prohíben el consumo de cerveza, vino ni ninguna otra bebida alcohólica. Lo que sí condenan es la embriaguez y la adicción.
El ejemplo de Jesús
Si todavía no lo sabe, se puede sorprender con respecto a lo que hizo y dijo Jesucristo sobre el alcohol. Él es el mejor ejemplo a seguir de los cristianos. Él enseño y estableció un ejemplo perfecto haciendo lo justo, lo correcto y lo bueno. El enseñó en contra y evitó todo lo que es dañino y pecaminoso —y nunca pecó (Hebreos 4:15; 2 Corintios 5:21). ¿Cuál fue su ejemplo con el alcohol?
Jesús realizó numerosos milagros a lo largo de su ministerio terrenal. El primero que se registra fue durante una fiesta de bodas en Caná de Galilea. Es posible que el anfitrión no haya planeado bien o simplemente llegaron más invitados de los que se esperaban, porque el vino se acabó antes de que a todos los invitados les hubieran servido.
Ante la insistencia de su madre, Jesús hizo que los sirvientes llenaran seis tinajas de piedra para agua (cada una con capacidad de 20 y 30 galones aproximadamente) y después hizo que el agua se convirtiera en el vino más fino (Juan 2:1-10). El versículo 11 nos dice que éste fue el principio de las señales de Jesús y sus discípulos creyeron en Él.
Algunos dicen que el agua fue convertida en jugo de uva u otra bebida no alcohólica. Pero la palabra griega original que se usa en este caso es oinos, que es “la palabra general para el vino” e “implica fermentación” (Vine´s Expository Dictionary of the New Testament) (Diccionario Expositivo del Nuevo Testamento de Vine). El vocabulario que Dios inspiró para ser utilizado, muestra que el primer milagro registrado de Jesús fue crear una bebida alcohólica para un matrimonio.
Después, justo antes de ser arrestado y crucificado, Jesús celebró una última Pascua junto con sus discípulos. Durante la Pascua Él estableció la simbología del Nuevo Testamento con el pan sin levadura y la copa de vino (Mateo 26:26-29). La mayoría de los estudiosos de la Biblia, consideran que el término “este fruto de la vid” significa jugo de uva fermentado —vino. Una vez más vemos el ejemplo de Jesús.
Nunca se registró que Jesús o sus discípulos tomaran en exceso. Jesucristo siempre mostró un apropiado y equilibrado uso del alcohol; y si es utilizado de esta manera, no es pecado.
Usos positivos del alcohol
También se podría sorprender aprendiendo lo que tienen las Escrituras para decir acerca del uso apropiado y equilibrado del alcohol e incluso bebidas más fuertes. Cuando son usadas con moderación y en un entorno adecuado, leemos que “el vino alegra a los vivos” (Eclesiastés 10:19). En otras palabras, un vaso de vino puede aumentar la alegría de un grupo de amigos reunidos. No es necesario tomar para disfrutar del momento juntos, pero usado apropiadamente, puede realzar la ocasión.
Dentro de las instrucciones que se encuentran para guardar las fiestas de Dios, está una descripción de cómo usar el dinero del diezmo para las fiestas: “y darás el dinero por todo lo que deseas, por vacas, por ovejas, por vino, por sidra, o por cualquier cosa que tú deseares; y comerás allí delante de Jehová tu Dios, y te alegrarás tú y tu familia” (Deuteronomio 14:26).
Lo que vemos es que Dios ordena a su pueblo a que utilice esos fondos para disfrutar sus fiestas con buena comida y buena bebida —incluyendo vino y otras bebidas más fuertes. Una vez más, no es que Él esté diciendo que podemos emborracharnos, lo que dice es que si lo hacemos con moderación, la buena comida y la bebida no tienen ningún problema y son apropiadas. Al fin y al cabo, en otra escritura se nos dice que el vino alegra tanto al hombre como a Dios (Jueces 9:13).
Es cuestión de equilibrio
Seguimos trayendo a colación el equilibrio. La Biblia enseña plenamente el equilibrio frente al uso del alcohol. Si no somos cuidadosos y tenemos autodisciplina, podemos usar de manera errónea el alcohol, y ese abuso es un pecado. Pero lo mismo se puede decir de la comida (glotonería), relaciones sexuales (fuera del matrimonio) incluso nuestras palabras (chismes, calumnias). Para algunos la abstinencia es lo necesario —dentro de sus circunstancias especiales.
Entonces, para responder la pregunta: ¿es pecado tomar alcohol? No, tomar alcohol no es pecado. Dios espera que usemos el alcohol con sabiduría y sigamos el ejemplo de Jesús. Cuando se usa de manera adecuada y de acuerdo al contexto que fue creado por Dios, el alcohol es otro aspecto de la vida que se puede disfrutar y apreciar. Se puede añadir a la maravillosa experiencia de la vida humana. Pero no se debe abusar de él, eso sí es pecado.
Para ver más acerca de lo que Dios considera pecado, mire nuestra sección “Pecado”.