Criar hijos es un desafío, y los padres a veces no están de acuerdo acerca de la disciplina adecuada. ¿Qué dice la Biblia acerca de los beneficios de la disciplina amorosa?
Disciplina amorosa
Cuando se trata de niños y disciplina, existe mucha controversia. La disciplina se presenta de muchas formas y se imparte de diversas maneras y por diferentes razones, algunas correctas y otras incorrectas.
La disciplina amorosa tiene su lugar en la crianza de los hijos. Cuando se practica correctamente, ayuda a que los niños se conviertan en personas seguras de sí mismas, autosuficientes y capaces de seguir las instrucciones y reglas de los padres. Aunque pueda ser difícil, los padres deben buscar lo mejor para sus hijos en cuanto a la disciplina.
Métodos de disciplina infantil: la herramienta adecuada para cada situación
Es importante que los padres elijan la forma de disciplina adecuada para cada niño. Todos los niños aprenden de manera diferente, por lo que, cuando se trata de disciplina, que también es una herramienta de enseñanza, es importante administrarla de una manera que el niño comprenda.
A veces, los niños simplemente no entienden las instrucciones y necesitan orientación. Por ejemplo, si una regla en casa es que todos los juguetes se guarden en una caja después de jugar con ellos, es importante que los niños comprendan la importancia de esta regla. Los padres pueden explicar el peligro que supone dejar juguetes pequeños en el suelo, para asegurarse de que sus hijos entiendan la regla.
También es importante que los niños comprendan cuál será la consecuencia de no seguir las instrucciones. Si la consecuencia es perder el privilegio de jugar con los muñecos de acción durante un día, debemos estar preparados para cumplirla, pero no debemos añadir consecuencias adicionales por la infracción. La coherencia es fundamental tanto para los padres como para los niños.
Los padres deben tener cuidado de no castigar en momentos de ira. La ira nunca es una buena base para la disciplina. Hay que tener en cuenta que, a veces, puede ser necesario un mayor entrenamiento y ejemplo para que un niño comprenda la importancia de una regla.
Los padres deben preguntarse: “¿Qué quiero que mi hijo aprenda de esta experiencia?”. Todos los padres desean hijos responsables de sus actos. Los padres deben usar la disciplina con sabiduría y responsabilidad.
Después de cualquier tipo de castigo o disciplina, los padres deben reafirmar a sus hijos su amor.
Después de cualquier tipo de castigo o disciplina, los padres deben reafirmar a sus hijos su amor.
Si su hijo llora, Ross Campbell recomienda que los padres permanezcan cerca, “escuchando hasta que deje de llorar. Cuando el llanto del niño disminuye y mira a su alrededor, está preguntando: ‘¿Me quieres? ¿Todavía me quieres?’. Los padres deben entonces brindarle mucho contacto visual, contacto físico y atención plena para reafirmarle que es amado” (How to Really Love Your Child [Cómo amar verdaderamente a tu hijo], p. 110).
La disciplina es una inversión
Teddy Roosevelt dijo una vez: “Educar a una persona intelectualmente y no moralmente es educar a una amenaza para la sociedad”.
A veces, las cosas más importantes son las más difíciles, y la disciplina entra en esta categoría. La disciplina puede ser la herramienta que los padres menos desean usar, sin embargo, es una herramienta que puede generar gradualmente el resultado deseado en la crianza.
Cuando un padre o una madre establece las normas del hogar y los límites de la moral para un hijo o hija, también debe introducir la disciplina.
La disciplina es una inversión que beneficia a nuestros hijos. Si nos mostramos reacios o nos negamos a disciplinarlos, con el tiempo el resultado que deseamos para ellos se volverá incierto. Los padres que simplemente esperan a que su hijo o hija tome una buena decisión, sin disciplina, pueden sufrir las consecuencias de tener un hijo o hija que no conoce los límites de la responsabilidad, la rendición de cuentas y la moral.
Si tiene más de un hijo o hija, el potencial de conflictos en su hogar puede multiplicarse sin una disciplina adecuada. Incluso con normas establecidas y bien comprendidas, habrá ocasiones en que nuestros hijos nos decepcionarán al transgredirlas o sobrepasar los límites. Nuestra respuesta amorosa, pero firme, ante sus faltas, es importante.
Nuestro Dios perfecto utiliza la disciplina
Debido a su amor por nosotros, Dios no teme usar la disciplina como medio para llamar nuestra atención y reorientar nuestros esfuerzos hacia la obediencia.
En lo que respecta a la disciplina, sería sabio aprender del mejor padre de todos: Dios. El deseo de nuestro Padre Celestial es que sus hijos prosperen y maduren. La Biblia se refiere a esto como dar fruto.
Debido a su amor por nosotros, Dios no teme usar la disciplina como medio para llamar nuestra atención y reorientar nuestros esfuerzos hacia la obediencia.
Dios disciplina a quienes ama
El autor del libro de Proverbios lo expresó así: “No menosprecies, hijo mío, el castigo del Eterno, ni te fatigues de su corrección; porque el Eterno al que ama castiga, como el padre al hijo a quien quiere” (Proverbios 3:11-12; también citado en Hebreos 12:5-6).
Dios no se complace en disciplinarnos, pero (como todo padre debería ser) piensa en el futuro de sus hijos. Él quiere lo mejor para nosotros y está dispuesto a intervenir para ayudarnos a alcanzar nuestro máximo potencial.
Con esta mentalidad, los padres comprometidos brindarán la disciplina necesaria incluso cuando no lo deseen particularmente. El deseo de ayudar y servir a nuestros hijos debe superar cualquier reticencia que un padre pueda sentir.
Dios sabe que la disciplina y la corrección pueden ser tan difíciles para el padre como para el hijo. Hebreos 12:11 dice: “Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados”.
Mencionamos que la disciplina es una inversión, y la Biblia lo confirma, en cuanto a la obtención del comportamiento deseado en el futuro. La constancia es vital al ejercer la disciplina. Según Bob Lancer, autor de Parenting With Love, Without Anger or Stress [Criando con amor, sin ira ni estrés], los niños pueden aprender a ser responsables desde pequeños, y los padres deben tener esta grata expectativa.
La asombrosa transición: los beneficios de la disciplina infantil
Se exhorta a los padres a “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él” (Proverbios 22:6). Hay una gran satisfacción cuando, tras años de instrucción, que incluye la disciplina, un niño comienza a asimilar lo aprendido y actúa por sí mismo sin ayuda de sus padres.
Cuando nuestros hijos evalúan sus acciones en términos de bien y mal, utilizan el criterio que sus padres les han inculcado. Los niños bien educados y disciplinados contarán con un valioso recurso al cual recurrir cuando se enfrenten a los desafíos de la vida y no se sentirán abrumados por ellos. Recurrirán a lo que han aprendido y practicado durante toda su vida.
Para obtener más consejos prácticos acerca de la crianza de los hijos, le invitamos a leer otros artículos en la sección “Crianza”.