¿Es la religión Wicca brujería moderna o simplemente un conjunto de costumbres que respetan la naturaleza? ¿Nos indica la Biblia que debemos observar las fiestas wiccanas?
A simple vista, muchas prácticas religiosas parecen inofensivas. Esto es especialmente cierto con las prácticas religiosas que apelan a la necesidad de respetar el orden natural de las cosas, como la siembra, la cosecha y honrar la abundancia que Dios provee.
Muchas personas ven de esta manera las celebraciones wiccanas. Pero si analizamos cuidadosamente las bases subyacentes de estas prácticas, nos encontramos con una perturbadora historia.
La historia de la religión Wicca
La palabra Wicca es una palabra anglosajona y significa “sabio”. La palabra pagano proviene del latín paganus y significa “persona de la tierra”. La mezcla de cultos que recibe estos nombres parece haberse desarrollado entre personas supersticiosas con respecto al ciclo del año. ¿Volvería el calor del sol para que crecieran las cosechas? La observación del regreso del sol llevó a algunos antiguos agricultores a vincular su culto a los ciclos estacionales. Daban gracias a los dioses de la naturaleza por satisfacer sus necesidades cada año y suplicaban a sus deidades que se acordaran de ellos cuando llegaba el frío invierno a sus aldeas.
Scott Cunningham, autor de más de 50 libros acerca de la Wicca y la religión de la Nueva Era, escribió lo siguiente refiriéndose a la diosa y el dios honrados en las prácticas wiccanas: “La diosa eligió la luna como su símbolo viviente, y el dios el sol como su símbolo viviente, para recordar a los habitantes de la Tierra a sus creadores” (Scott Cunningham, Cunningham's Book of Shadows: The Path of an American Traditionalist, p. 15).
Las diversas celebraciones observadas en la Wicca se denominan sabbats. A lo largo de los siglos, las tradiciones nórdicas, teutónicas y celtas se encontraron con las tradiciones paganas de romanos y griegos y poco a poco se convirtieron en ocho festivales. “Los ocho Sabbats solares representan el giro de la Rueda del Año y cada uno honra una etapa en el ciclo de la vida eterna de la diosa y el dios” (Edain McCoy, Sabbats: A Witch's Approach to Living the Old Ways, p. 4).
Estos ocho festivales honran al dios sol como la fuerza principal que proporciona luz, calor y, por tanto, buenas cosechas a los habitantes de la Tierra. Incluso, uno de estos ocho festivales llama a este dios, el “dios de la luz”. Las referencias al dios sol y al dios de la luz deberían llamar la atención de todos los cristianos, como veremos más adelante.
Estos ocho festivales son los dos solsticios, los dos equinoccios y los puntos medios entre cada solsticio y equinoccio. Aunque los nombres wiccanos pueden no sonar muy familiares a nuestros oídos, se han convertido en celebraciones tradicionales en nuestra cultura occidental en festivales como Navidad, San Valentín, Pascua Florida y Halloween, entre otros.
Otra cita de Edain McCoy: “En [un] momento de transición en la Iglesia, los paganos se escondieron... y comenzaron con la tarea de ocultar el antiguo folclore y las historias de las viejas deidades en rimas infantiles y cuentos populares... Entonces, cuando las distorsiones, amenazas y coacciones de la Iglesia no lograron la destrucción de las antiguas prácticas, la Iglesia decretó nuevas fiestas para que coincidieran con los Sabbats, con el fin de suplantar su influencia y protagonismo en la mente popular. No es ningún secreto que el nacimiento del Dios cristiano, Jesús, se situó deliberadamente cerca del momento del nacimiento de los dioses paganos del sol” (McCoy, p. 6).
También escribió: “Y no se perturbe si algunos de sus rituales [paganos] se parecen vagamente a las prácticas religiosas modernas y dominantes. Recuerde que las antiguas costumbres han sido adoptadas tan cómodamente por las religiones y culturas patriarcales que a menudo resulta sorprendente cuando analizamos sus orígenes. La Iglesia primitiva se apropió de los sabbats para suplantar las antiguas fiestas paganas” (p. 21, énfasis añadido).
Las celebraciones de la rueda del año
Un resumen de estas ocho fiestas paganas nos da una idea clara de lo que se celebra en realidad. Estas fiestas, algunas de las cuales han sido incorporadas en su totalidad al cristianismo actual, están obviamente ligadas a las estaciones del sol.
- Samhain (Halloween): es la noche en que muere el viejo dios del sol. El velo entre el mundo de los espíritus y el de los humanos se retira temporalmente y los espíritus pueden caminar por la Tierra durante esa noche (McCoy, p. 23).
- Yule (Navidad): el dios que murió en Samhain renace de una diosa virgen, una tradición de madre e hijo en la que el dios del sol renace como un bebé (McCoy, p. 53).
- Imbolg o Imbolc o Lupercalia (día de San Valentín): este festival honra a la diosa que hace girar la rueda del año de vuelta a la primavera, y honra al dios sol en crecimiento, ahora un niño que se convierte en un joven. En esta celebración, la diosa es representada como una novia que se convertirá en su consorte (McCoy, pp. 87-90).
- Ostara (Pascua): en este equinoccio, o día del equilibrio, se creía que la diosa podía encontrarse con su joven dios sol en igualdad de condiciones y unirse a él, quedando embarazada del dios sol del año siguiente (McCoy, p. 110).
- Bealtaine o Beltane (primero de mayo): esta fiesta que celebra la cosecha de primavera, honra al dios del sol como dios primigenio de la fertilidad y consorte de la gran madre tierra (McCoy, p. 123).
- Solsticio de verano: Representa el apogeo del poder del dios sol, ya que los calurosos días de verano promueven el crecimiento de la cosecha de otoño. En este festival se suplicaba al dios sol que produjera una rica cosecha otoñal (McCoy, pp. 149-150).
- Lughnasadh (día de Lammas): era el sabbat de las primicias de la cosecha de otoño. “Lugh” era el nombre del dios celta de la luz (McCoy, pp. 173-174).
- Mabon (Michaelmas): Mabon celebra el equinoccio de otoño. Representa la derrota del antiguo dios de la luz por su alter ego, el dios de la oscuridad. El viejo dios de la luz está menguando hasta Samhain, momento en que morirá (mystickaltymes.com).
La historia según los antecedentes bíblicos
Al despojarnos de todo el folclore que existe en estas celebraciones, el tema subyacente es consistente —la adoración del dios sol, o dios de la luz. En estas antiguas celebraciones, el agradecimiento por las cosechas y las peticiones para que vuelva el calor en primavera se hacen al sol, no al verdadero Dios Creador.
Al despojarnos de todo el folclore que existe en estas celebraciones, el tema subyacente es consistente —la adoración del dios sol, o dios de la luz. En estas antiguas celebraciones, el agradecimiento por las cosechas y las peticiones para que vuelva el calor en primavera se hacen al sol, no al verdadero Dios Creador
En estas antiguas celebraciones, el agradecimiento por las cosechas y las súplicas por la vuelta del calor en primavera se hacen al sol, no al verdadero Dios Creador. Si profundizamos aún más en este simbolismo religioso, vemos un ser espiritual que no es Dios. Este ser fue creado como “un querubín protector”, un ángel de alto rango. Su nombre latino era Lucero, de la palabra hebrea helel, que significa “estrella de la mañana” (James Strong, The Exhaustive Concordance of the Bible, “Lucero”).
Satanás, cuyo nombre significa “adversario” o “acusador” (Spiros Zodhiates, ed., Complete Word Study Dictionaries), es el Lucero que se corrompió. Dios no creó a un Satanás perverso; Lucero se pervirtió así mismo en el momento en el que se rebeló contra Dios. Dios había creado a Lucero con libre albedrío. Por orgullo, Lucero corrompió su carácter hasta la decadencia total. Se convirtió en un ser maligno, el enemigo de Dios.
Dios inspiró al profeta Isaías para que nos diera una visión de esta historia. Que ocurrió hace mucho tiempo. “¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo” (Isaías 14:12-15).
Lucero se convierte en Satanás
El profeta Ezequiel también fue inspirado para escribir sobre la transformación de Lucero en Satanás: “Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector. Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti” (Ezequiel 28:14-17).
(Si usted desea más información acerca de la fascinante historia de cómo Lucero se rebeló hasta convertirse en enemigo de Dios, lo invitamos a leer “Dios vs. Satanás”, “¿Satanás destruido? ¿Cómo?” y “¿Por qué existe la maldad?”).
Tras la rebelión de Lucero, Dios lo llamó como lo que realmente había llegado a ser: un destructor. Dios ordenó entonces que Satanás (y los ángeles que se le unieron en su rebelión) fueran confinados a la Tierra (Judas 1:6).
Pero Satanás, que nunca se arrepintió de intentar apoderarse de la autoridad y la veneración a Dios, influyó en la humanidad para que pensara en él como el portador de la verdad y la luz. El apóstol Pablo escribió que “el mismo Satanás se disfraza cómo ángel de luz” (2 Corintios 11:14). Una humanidad inconsciente era un blanco fácil para el egocentrismo corrupto de Satanás.
La atención se dirige al sol
El sol, creado y puesto en su lugar por el Dios verdadero para proporcionar luz y calor a nuestra Tierra, era una parte esencial de la vida cotidiana de la humanidad.
Considere de nuevo lo que Scott Cunningham dijo acerca del ser espiritual que ahora conocemos como Satanás: “El dios [eligió] el sol como su símbolo viviente, para recordar a los habitantes de la Tierra a sus creadores”.
Adoración al Sol, adoración a Satanás
La inclinación del hombre a adorar al sol encajó perfectamente en los planes del falso “ángel de luz”. La adoración al sol se convirtió en adoración al dios de este siglo (2 Corintios 4:4) — ¡Satanás!
Las Escrituras dicen que debemos adorar a Dios y sólo a Dios. Jesús mismo dijo que nunca debemos adorar a Satanás de ninguna manera: “Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás” (Mateo 4:10). (Tanto Dios Padre como Jesús, el Hijo de Dios, son miembros de la familia de Dios y, por tanto, dignos de adoración. Si usted desea más información acerca de este tema, lo invitamos a leer nuestros artículos, “¿Quién es Dios?” y “Jesús, el Hijo de Dios”, y los demás artículos relacionados en estas páginas.)
Los primeros padres del cristianismo tradicional, en un intento de convertir a los paganos, decidieron sincretizar o mezclar algunas prácticas paganas con ideas cristianas. El resultado, como señaló Edain McCoy anteriormente, es que el cristianismo actual es una mezcla de antiguas celebraciones paganas e ideas bíblicas. Pero el culto, como resultado de esto, no es a Dios; es al dios imitador, Satanás el diablo. (Lo invitamos a leer los artículos “¿Guardaron el domingo los cristianos del primer siglo?” y “¿Fue el sábado remplazado por el domingo?”).
Aquellos que defienden la mezcla de cultos no cristianos con el pensamiento cristiano argumentan que esto ha “cristianizado” rituales anteriormente idólatras. ¿Qué dice Dios con respecto a este argumento? ¿Es posible sanear las prácticas de culto paganas? ¿Decir simplemente que las prácticas utilizadas para adorar al sol las vamos a utilizar ahora para adorar al Hijo hace que las celebraciones sean cristianas?
¡Dios pone fin a toda discusión!
Dios no deja ninguna duda con respecto a cuál es la respuesta correcta. Él le dio a su pueblo instrucciones claras para evitar otras prácticas religiosas.
Les advirtió que, “no preguntes acerca de sus dioses, diciendo: De la manera que servían aquellas naciones a sus dioses, yo también les serviré. No harás así al Eterno tu Dios; porque toda cosa abominable que el Eterno aborrece, hicieron ellos a sus dioses; pues aún a sus hijos y a sus hijas quemaban en el fuego a sus dioses. Cuidarás de hacer todo lo que yo te mando; no añadirás a ello, ni de ello quitarás” (Deuteronomio 12:29-32).
Y Dios no ha cambiado de parecer (lo invitamos a leer Malaquías 3:6 y Hebreos 13:8).
¿Es su fe la misma que la de los cristianos del primer siglo, o se ha visto comprometida por utilizar ciertos complementos no autorizados? Tanto la historia como la Biblia no dejan lugar a dudas de que las prácticas wiccanas no son para los verdaderos seguidores de Cristo.
Si usted desea saber más acerca de las prácticas que agradan a Dios y las que no, lo invitamos a leer nuestro folleto gratuito, Las fiestas santas de Dios: Él tiene un plan para usted.