¿Qué va a suceder con todos aquellos nunca escucharon el nombre de Jesucristo? ¿Qué dice la Biblia que va a ocurrir durante el juicio del Gran Trono Blanco?
Apocalipsis 20 describe una serie de asombrosos acontecimientos que van a tener lugar después del regreso de Jesucristo.
Cómo legítimo heredero del universo, una de las primeras órdenes del Rey de reyes y Señor de señores a su regreso, será el de llevar prisionero a Satanás el diablo (Apocalipsis 20:1-3).
Después de esto, se dará inicio al glorioso reino milenial de Jesucristo y sus santos —los siervos resucitados de Dios— que estarán a cargo de un período de tiempo de paz y prosperidad sin precedentes para la humanidad.
A continuación, Satanás será liberado “por un poco de tiempo” para que pueda una vez más engañar a las naciones, antes de que deje de existir para bien de todos (vv. 3, 7-10).
Luego, este capítulo nos describe una imponente visión de “un gran trono blanco y al que estaba sentado en él” y “los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios” en un tiempo de juicio—conocido como el juicio del Gran Trono Blanco (vv. 11-12).
Esta escena genera una serie de preguntas interesantes y vitales: ¿quiénes son estos muertos? ¿Cómo pueden estar de pie los muertos? ¿Cómo serán juzgados? ¿En qué consiste y qué es el juicio del Gran Trono Blanco?
¿Está Dios intentando salvar a toda la humanidad actualmente?
Para poder entender quiénes son “los muertos” que se mencionan en Apocalipsis 20, y qué sucede durante el juicio del Gran Trono Blanco, debemos primero analizar la idea que enseñan muchas iglesias hoy en día acerca de que el único día de salvación es ahora, en este mismo momento.
Esta idea se basa en la creencia errónea de que el destino eterno de literalmente miles de millones de personas pende actualmente de un hilo. Si esto fuera cierto, significaría que miles de millones de personas que nunca escucharon el mensaje del evangelio a lo largo de la historia estarían ya condenados. A estas personas se les conoce comúnmente como “los muertos sin salvación”.
Pero la palabra de Dios inspirada no enseña nada parecido a esto. Dios no está compitiendo con Satanás el diablo para ver quién puede ganar más almas en este momento. Si ese fuera el caso, nos veríamos obligados a concluir que, tristemente, Dios está perdiendo la batalla —¡y Dios jamás pierde!
El mal uso de ciertas escrituras para respaldar esa creencia es una evidencia del engaño que Satanás ha perpetuado para confundir a la humanidad (Apocalipsis 12:9; lo invitamos a leer nuestro artículo “¿Está la mayoría de personas perdida para siempre?). Pero eso no significa que Satanás esté ganando. Eso sólo significa que Dios lo ha permitido por el momento como parte de su plan a largo plazo de ofrecer la salvación para todos.
El llamamiento de Dios
Muchas escrituras en el Nuevo Testamento nos muestran que Dios le ofrece la salvación en esta era a los que Él decide llamar. (Si usted desea más información acerca de lo que significa ser llamado, lo invitamos a leer “¡Dios llama!”.)
Veamos las propias palabras de Jesús en Juan 6:65: “Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre”. En otras palabras, Dios el Padre es aquél que inicia el proceso en el cual una persona se convierte en cristiano. La persona no se despierta un día cualquiera y decide por sí mismo ser un cristiano.
Se requiere de una invitación.
Previamente, Jesús había dicho básicamente lo mismo: “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere” (Juan 6:44).
Dios no ha abandonado a los miles de millones de personas que vivieron antes de que Jesús de Nazaret viniera a la Tierra.
Años más tarde, el apóstol Pablo confirmó que Dios fue quien “nos escogió” (Efesios 1:40). Esto quiere decir que Él seleccionó personalmente a los miembros de la Iglesia primitiva cristiana y a todos aquellos que la iban a conformar a lo largo del tiempo.
Entonces, ¿qué pasa con las personas que no son llamadas o escogidas actualmente? Muchos, de manera emocional pero incorrecta, sostienen que cualquier persona que no acepte en esta era a Cristo está condenada.
Pero cuando vemos lo que nos dice la Biblia, nos damos cuenta que Satanás es el dios de este mundo y ha cegado espiritualmente la gran mayoría de la humanidad (2 Corintios 4:4). Pregúntese lo siguiente: ¿condenaría Dios a miles de millones de personas que no ha llamado, que simplemente han sido cegados sin tener responsabilidad alguna por ello?
Esto sería algo opuesto a la afirmación que Pedro hace: “no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9).
Dios no ha abandonado a los miles de millones de personas que vivieron antes de que Jesús de Nazaret viniera a la Tierra.
Es simplemente una cuestión de momentos.
Ésta es la base para entender lo que sucede el en juicio del Gran Trono Blanco.
La segunda resurrección
Toda la humanidad puede ser catalogada de dos maneras: llamados y no llamados —aquellos que han tenido la oportunidad de salvación por medio de Jesucristo y los que aun no.
Jesús se refirió a los llamados en esta era como “manada pequeña” (Lucas 12:32). Estas personas estarán en la primera resurrección, como lo escribió Juan en Apocalipsis 20:4, “Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar… y vivieron y reinaron con Cristo mil años”.
Pero justo en el siguiente versículo, Juan dice: “Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años” (Apocalipsis 20:5).
La pregunta es, ¿quiénes son los “otros muertos” durante el juicio del Gran Trono Blanco? ¿Podemos saberlo con absoluta certeza?
Una clave fundamental que muchos parecen ignorar se encuentra en uno de los argumentos que Jesús tuvo con los líderes religiosos de su época. Con respecto a un tiempo específico en el futuro, dijo: “Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán” (Mateo 12:41).
Jesús estaba describiendo un tiempo en el que grupos de personas de épocas completamente distintas— los habitantes de Nínive y personas de su generación— serían levantados entre los muertos o resucitados, de forma simultánea.
Continuó diciendo: “La reina del Sur”, quien había muerto cerca de mil años antes de que esto fuera escrito, “se levantará en el juicio con esta generación, y la condenará” (v. 42).
Ahora bien, ¿qué tienen en común la reina del Sur y los habitantes de Nínive?
No han escuchado el nombre de Jesús de Nazaret. No han sido llamados a la salvación.
Entonces, esta resurrección, es para todos aquellos que conocieron a Jesucristo durante sus vidas, y también las generaciones que de alguna manera supieron algo de Él pero no fueron llamados por Dios y fueron cegados espiritualmente por Satanás del diablo.
Estos pasajes dejan claro que “los otros muertos” de Apocalipsis 20:5 se refieren a los habitantes de la antigua Nínive, la reina del Sur y los miles de millones de todas las generaciones que se unirán a ellos para ser resucitados a la vida física al final del Milenio.
Esta segunda resurrección incluye a todo ser humano que haya vivido alguna vez sin tener una oportunidad genuina de salvación.
Si usted desea más información acerca de lo que la Biblia enseña de las resurrecciones, lo invitamos a leer nuestro artículo “¿Resurrecciones?”
¿Juzgados bajo qué parámetros?
Pero, ¿qué pasará con todas esas personas que serán resucitadas? ¿Será simplemente cuando serán sentenciados con base en lo bueno o lo malo que hayan hecho en sus vidas? Ya que no fueron llamados a entender la verdad de Dios y su camino de vida, ¿pueden ser juzgados justamente bajo parámetros que nunca conocieron?
Dios conoce el corazón de cada persona, pero ¿los traerá de vuelta a un estado de conciencia sólo para dictarles una sentencia formal? ¿Resucitarán sólo para ser condenados?
¿Qué dice la Biblia al respecto?
La verdad del juicio del Gran Trono Blanco constituye una de las revelaciones más asombrosas y reveladoras que jamás haya entrado en la mente de un ser humano.
Después de enviar a los 12 apóstoles a varias ciudades a predicar el evangelio del Reino, Jesús dijo que para las ciudades que rechazaran su mensaje, “en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma y de Gomorra, que para aquella ciudad” (Mateo 10:15).
¿Por qué diría Jesús “más tolerable” si el Juicio del Gran Trono Blanco fuera estrictamente un tiempo para castigar a todos? Eso no tiene sentido.
Analice la cita completa de lo que Juan vio por medio de una visión en Apocalipsis 20: “Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras” (v. 12).
La palabra libros procede de la palabra griega biblos, de la que obtenemos la palabra Biblia, y “de pie ante Dios” puede implicar algún tipo de instrucción formal.
Ezequiel muestra la intención de Dios, ofrecer su Espíritu Santo a los resucitados a la vida física en esta segunda resurrección (Ezequiel 37:14).
Cuando juntamos estas piezas, y recordamos que la mayoría de la humanidad ha ignorado la verdad de la Biblia debido al engaño de Satanás, podemos ver que esta resurrección es un tiempo en el que la mente de las personas será abierta para que puedan ser enseñadas.
Será el momento en el que se les dará la oportunidad de saber lo que nunca antes conocieron. Entonces podrán ser juzgados de acuerdo a su manera de vivir.
Y viendo que son juzgados de acuerdo a sus obras después de que los libros —la Biblia— sean abiertos, nos dice que serán juzgados con base a lo que hagan con lo que sepan en ese momento.
Usted puede estar seguro de que ningún ateo, budista, hindú, musulmán o cualquier otra persona se le dará la vida eterna basándose en que ella era una persona relativamente decente de acuerdo con las ideas establecidas por el hombre de lo que es bueno.
De hecho, la Biblia condena la creencia popular de que existen múltiples caminos hacia la salvación.
Va directamente en contra de la afirmación de Jesús en Juan 14:6. “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Lo invitamos a leer nuestro artículo “Yo soy el camino, la verdad y la vida”.)
Además, tenga en cuenta la afirmación de Pedro acerca de Jesucristo: “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12).
“En ningún otro” significa exactamente lo que dice.
Es así de claro: una persona acepta la salvación que viene por medio de Jesucristo o la rechaza. Una opción lleva a la vida eterna; la otra, a la muerte eterna.
Pero cualquiera de las dos opciones requiere que la persona tenga primero una oportunidad genuina.
Debido a que Dios “quiere que todos los hombres sean salvos” (1 Timoteo 2:4), el juicio del Gran Trono Blanco será un momento en el que Él le dará a cada individuo la oportunidad que nunca tuvo en esta vida.
Esperanza al final del túnel
El plan de Dios siempre ha sido llevar “muchos hijos a la gloria” (Hebreos 2:10). Pero la Biblia muestra que esto sucede por etapas (1 Corintios 15:23).
Si Dios diera a algunos la oportunidad de salvarse, pero descuidara a la gran mayoría de la humanidad, iría totalmente en contra de su carácter. La Biblia nos dice que Él no hace acepción de personas (Hechos 10:34).
La verdad del juicio del Gran Trono Blanco constituye una de las revelaciones más asombrosas y reveladoras que jamás haya entrado en la mente de un ser humano.
A lo largo del tiempo, los titulares de las noticias nos han mostrado la muerte prematura de muchas personas, ya sea a causa de accidentes, violencia o epidemias. Por doloroso que sea ver la muerte, especialmente de los jóvenes e inocentes, hay un gran consuelo en saber que sus muertes son temporales.
El maravilloso mensaje de Apocalipsis 20 es que Dios, en su gran amor y misericordia, resucitará a esas mismas personas y les ofrecerá un futuro que no pudieron tener en sus vidas anteriores.
Que Dios permita que el día del Juicio del Gran Trono Blanco llegue cuanto antes.