Génesis 2:7 afirma que Adán “se convirtió en un ser viviente”. ¿Qué significa esto? ¿Le dio Dios a Adán un alma inmortal cuando lo creó?
¿Respalda Génesis 2:7 la enseñanza de que las personas tienen almas inmortales? Al estudiar este versículo, considere lo siguiente:
Génesis 2:7 no dice que Adán llegó a ser o se le dio un alma inmortal. Dice que “se convirtió en un ser viviente”.
La palabra hebrea traducida “alma” o “ser” es nefesh. Esta palabra significa un ser o criatura viviente que respira y no significa que Adán tuviera un alma inmortal. El Diccionario expositivo de palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento exhaustivo de Vine dice: “El nombre se refiere a la esencia de la vida, la respiración, tomar aliento”.
Incluso antes de que Dios creara al hombre, Él usaba el mismo término (nefesh) para referirse a las “criaturas” vivientes: peces, aves y reptiles (Génesis 1:20-21, 24). En otras partes de la Biblia la palabra se usa de varias maneras. La mayoría de las veces se refiere a seres humanos o criaturas que están vivas. Sin embargo, también se usa para referirse a un cadáver (Levítico 21:11). La palabra hebrea traducida cuerpo en este versículo es nefesh.
Génesis 2:7 afirma que Adán fue formado del “polvo de la tierra” y no tuvo vida hasta que Dios sopló en su nariz el “aliento de vida” —no un alma inmortal. Sin aliento, los seres humanos morirían. “les quitas el hálito, dejan de ser y vuelven al polvo” (Salmo 104:29). Las almas que pecan no viven eternamente, sino que mueren (Ezequiel 18:4, 20) —y no hay humanos (almas) que no hayan pecado (Romanos 3:23).
Dios formó al hombre de materia física, y todos los seres humanos fueron diseñados para tener una existencia física temporal (Génesis 3:19). Dios le reveló al rey Salomón que nuestras vidas no tienen ninguna ventaja sobre los animales cuando se trata de la muerte: “Todo va a un mismo lugar; todo es hecho del polvo, y todo volverá al mismo polvo” (Eclesiastés 3:20).
¿Qué dice la Biblia acerca de la inmortalidad?
Un breve estudio de las palabras inmortal e inmortalidad saca a la luz algunos datos interesantes. La palabra inmortal aparece una sola vez en la Biblia y tiene una referencia directa a Jesucristo (1 Timoteo 1:17). Inmortalidad está en las siguientes escrituras:
- 1 Timoteo 6:16: Una referencia a la Deidad “el único que tiene inmortalidad”.
- 2 Timoteo 1:10: Cristo trajo el concepto de inmortalidad a nuestro entendimiento.
- Romanos 2:7: Se nos ofrece la inmortalidad, y debemos buscarla.
- 1 Corintios 15:53: La inmortalidad es algo con lo que debemos “vestirnos”, lo que significa que para empezar no la tenemos como seres humanos físicos.
- 1 Corintios 15:54: Una vez que nos vestimos de inmortalidad, “sorbida es la muerte en victoria”.
Adán y Eva eran mortales. Dios le dijo a Adán que si desobedecía y comía del árbol de la ciencia del bien y del mal, “ciertamente morirás” (Génesis 2:17). La frase hebrea puede entenderse como “morir, morirás”. En otras palabras, fueron creados como mortales, sujetos a la muerte. Sólo mediante la obediencia a Dios podrían aspirar a trascender esa forma y tener parte en la familia de Dios de manera espiritual. Adán y Eva no le creyeron a Dios y, como resultado, fueron expulsados del Jardín del Edén. Ahora con el acceso al árbol de la vida negado, no tenían un camino a la inmortalidad ni manera de escapar de la naturaleza temporal de su vida. Adán vivió 930 años “y murió” (Génesis 5:5), ¡tal como Dios dijo que sucedería!
La esperanza de la resurrección
Pero, ¿es definitiva la muerte o hay vida después de la muerte?
Esta pregunta ha dejado desconcertados a muchos a lo largo de los siglos. Sin embargo, la respuesta está claramente descrita en la Biblia, que es la Palabra inspirada de Dios.
Cuando el apóstol Pablo se presentó ante el rey Agripa, habló de la esperanza de la resurrección y dijo: “¡Qué! ¿Se juzga entre vosotros cosa increíble que Dios resucite a los muertos?” (Hechos 26:8).
La resurrección de entre los muertos es parte del plan que Dios tiene para la humanidad.
Aunque la Biblia afirma que “Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción” (1 Corintios 15:50), hay promesas maravillosas acerca del ofrecimiento que Dios nos hace a los seres humanos de vida eterna a través de una resurrección. Fíjese en estos pasajes:
“En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados” (1 Corintios 15:52). Este cambio será de mortal a inmortal.
Jesucristo dijo: “No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz…” (Juan 5:28-29).
El apóstol Pablo dice que la paga (lo que ganamos) por el pecado (desobediencia a Dios y sus leyes) es la muerte (Romanos 6:23), que se refiere a la muerte eterna, sin esperanza de vida futura. Pero Dios ha provisto una maravillosa alternativa a través del perdón.
“Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1 Tesalonicenses 4:16-17).
El apóstol Pablo dice que la paga (lo que ganamos) por el pecado (desobediencia a Dios y sus leyes) es la muerte (Romanos 6:23), que se refiere a la muerte eterna, sin esperanza de vida futura. Pero Dios ha provisto una maravillosa alternativa a través del perdón. “También esperamos al Salvador, el Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas” (Filipenses 3:20-21).
A pesar del hecho de que las almas mueren (Ezequiel 18:4, 20), la vida eterna se ofrece a aquellos “que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad” (Romanos 2:7).
La voluntad de Dios es que: “… de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Hebreos 9:27). Hay noticias emocionantes detrás del maravilloso plan de Dios para hacer que la vida eterna esté disponible para todos los seres humanos una vez que la muerte física nos alcance. ¡La muerte no debe ganar la victoria sobre nosotros! Como escribió el apóstol Pablo: “Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras” (1 Tesalonicenses 4:18).
¡Seguramente este potencial humano es una meta a la cual nos tenemos que adherir con el todo corazón y por la que hay que luchar!
Para más información acerca de las enseñanzas de la Biblia acerca del alma, vea “Alma inmortal: ¿qué es el alma?”. Para más información acerca del plan de Dios de ofrecernos vida eterna, vea “Resurrecciones: ¿qué son?” e “Hijos de Dios”.