¿Cómo pueden aplicarse las enseñanzas del pasado al mundo de hoy? ¿Puede la Biblia guiarnos a través de las dificultades y encrucijadas que enfrentamos actualmente? ¡Sacúdale el polvo a la suya y dele una mirada!
¿Cómo podría un libro tan antiguo ser relevante en nuestro postmoderno siglo XXI, donde la vida se ha vuelto tan tecnológica y ajetreada? Quienes escribieron la Biblia jamás supieron de tráfico, mensajes de texto o bombas nucleares; jamás vieron una película ni viajaron en avión. Y probablemente no podrían siquiera haber imaginado lo que significa la quiebra de un mercado de valores, el ataque militar de un avión no tripulado o una tasa de divorcio del 50 por ciento.
Sin duda, la relevancia de la Biblia puede ser difícil de comprender en un mundo como éste. Pero las Escrituras nunca han sido tan relevantes como para quienes nos vemos rodeados de los eventos actuales. Sin importar el aumento de la tecnología, los problemas fundamentales del hombre siguen siendo los mismos de antes —o incluso peores.
Y la Biblia, inspirada por Dios mismo (2 Timoteo 3:16), tiene mucho que decir acerca de una gran cantidad de temas, como nuestras relaciones interpersonales, la manera correcta de vivir y el propósito de nuestra vida.
La Biblia y las relaciones interpersonales
Algunos dicen que la vida está hecha de las relaciones que forjamos con los demás. Pero, a medida que el egoísmo, la descortesía, la violencia, la deslealtad y los divorcios aumentan, tal parece que estas relaciones se destruyen más rápido de lo que podemos construirlas. ¡Pero la Biblia puede ayudarnos a formar y mantener relaciones verdaderas y duraderas!
Las Escrituras instruyen a esposos y esposas acerca de los roles que deben cumplir y cómo tratarse el uno al otro (Efesios 5:22-29) para tener un matrimonio estable. En Efesios 5:33 leemos: “Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido”. Si todos los maridos y esposas hicieran caso de estas simples y válidas reglas, ¿no habría muchos más matrimonios exitosos y muchos menos divorcios?
(Si desea consejos bíblicos, prácticos y útiles sobre este tema, le invitamos a leer nuestros artículos acerca de “Cómo tener un matrimonio feliz”.)
Por otro lado, muchos de los problemas de la sociedad son producto de padres que no siguen las instrucciones bíblicas acerca de cómo cuidar y enseñar a sus hijos el buen camino (Efesios 6:4), lo cual, lamentablemente, es muy común en la actualidad. Y como resultado, las cárceles están llenas de jóvenes cuyos padres no les enseñaron cuál es la forma correcta de vivir. (Si desea conocer más sobre las enseñanzas bíblicas en cuanto a la crianza de los hijos, le invitamos a leer nuestros artículos acerca de “Consejos prácticos para una positiva crianza de los hijos”.)
Otra relación importante es la amistad. Jesucristo mismo tuvo un grupo de amigos cercanos en quienes confiar (Juan 15:15). Pero, lamentablemente, en un mundo tan impersonal y ajetreado como el nuestro, muchas personas terminan por sentirse solas y aisladas. Por otro lado, las enseñanzas de la Biblia —tan vigentes hoy como en un principio— nos instan a tratar a los demás como queremos que nos traten a nosotros (Mateo 7:12). (Lea más acerca de esto en nuestros artículos de “Amistad: claves para hacer y mantener buenos amigos”.)
La Biblia incluso nos enseña cómo lidiar con nuestros enemigos. Si bien muchos conocen la expresión bíblica “ojo por ojo, diente por diente” (Éxodo 21:24), la mayoría ignora que su verdadero propósito era evitar la venganza desmesurada en el antiguo sistema penal israelita. En realidad, las Escrituras nos dan otras instrucciones cuando se trata situaciones personales; en tales casos, Dios nos ordena poner la otra mejilla (Mateo 5:39) y dejar la venganza en sus manos (Romanos 12:19).
¡Cuánto dolor y problemas nos ahorraríamos si todos tratasen a quienes les desagradan e incluso a sus enemigos como la Biblia lo ordena!
Si desea conocer más acerca de este tema, le invitamos a explorar la sección “Relaciones personales” de nuestro sitio.
La Biblia y la vida
Las Escrituras también tienen mucho que decir en cuanto a cómo vivir la vida. Y, si aplicáramos las enseñanzas de la Biblia, nuestra vida sin duda cambiaría enormemente —para bien. Veamos sólo algunos ejemplos.
En la actualidad, tener una vida ajetreada es algo muy común. Pareciera que todos corremos de un lado para otro sin tener un respiro. Mucha gente busca aunque sea un descanso sin encontrarlo. Por otro lado, la Biblia nos revela que debemos descansar un día a la semana, el día de reposo (Éxodo 20:8-11). Obedecer las Escrituras puede garantizarnos ese descanso semanal que tanto necesitamos.
Nuestra vida también está llena de confusión en cuanto a cómo alcanzar la felicidad. La cultura occidental en que vivimos da tanto valor a las posesiones materiales y la riqueza que, si debemos decidir entre dar u obtener, probablemente la mayoría de nosotros escogería obtener. Pero, ¿nos hará eso felices a fin de cuentas?
En la Biblia leemos que “Más bienaventurado es dar que recibir” (Hechos 20:35). Y una sola mirada al mundo de la fama basta para comprobar que grandes cantidades de dinero y posesiones no hacen feliz a la gente. Pero, por otro lado, ser generosos produce una sensación de gozo casi indescriptible.
Dios nos revela un camino de vida que puede darnos mucho más de lo que se puede obtener en esta vida física. Si bien es un camino con dificultades (Juan 15:18-20), Dios promete darnos su ayuda (1 Corintios 10: 13; Hebreos 13:6) y un futuro maravilloso (Romanos 8:18; Juan 3:16).
Cuando ponemos a Dios primero, Él y su camino de vida transforman la nuestra por completo (Lucas 10:27). Tener este nuevo enfoque nos llevará naturalmente al cambio —¡un cambio para nuestro bien!
El propósito de la vida
Además, la Biblia pude darnos algo que nada ni nadie más han podido: la revelación del propósito de la vida. Mientras los antiguos panteístas creían en dioses que crearon al ser humano sin razón y la teoría de la evolución nos dice que la vida no es más que un accidente, la Biblia nos enseña una verdad mucho más grandiosa.
La vida humana no es un accidente. Cada uno de nosotros es un ser individual por quien Dios se preocupa (Lucas 12:7; 1 Pedro 5:7). Dios no creó a la humanidad sólo para llenar el espacio o para que nos alegremos en su presencia. Fuimos creados con un propósito (Efesios 1:11). Dios nos creó para que llegásemos a ser parte de su familia eterna en su Reino (Juan 1:12; Romanos 8:16-17; Efesios 3:14-15; Mateo 25:34). La Biblia no es un libro que sirve sólo para llenarse de polvo en el librero. Es un libro que puede enseñarnos a mejorar nuestras relaciones interpersonales, a vivir nuestra vida correctamente y el propósito por el cual fuimos creados. Sin duda, en la actualidad es tan relevante como lo fue cuando se escribió hace miles de años.
Nuestro sitio web está diseñado para demostrar este hecho —y para mostrar cómo podemos aplicar las enseñanzas de la Biblia en nuestro mundo actual. Le instamos a estudiar su Biblia y descubrir cómo se aplica a su propia vida —¡y su futuro eterno! Nuestros artículos “Cómo estudiar la Biblia” y “Temas de estudio bíblico” pueden ser un buen lugar para comenzar.