Muchas personas dan todo por tratar de alcanzar la riqueza, sin darse cuenta que hay algo incluso más valioso: ¡la sabiduría de Dios!
Esfuerzos tremendos y cientos de vidas se han empleado en la búsqueda de El Dorado.
La legendaria ciudad de oro no ha sido encontrada hasta el momento, pero muchos han pagado un precio muy alto. Uno de ellos fue Sir Walter Raleigh, el famoso escritor, poeta y explorador.
Después de una exhaustiva búsqueda del mito de El Dorado, Raleigh se convenció de que la ciudad estaba en el área de las Guayanas en Sudamérica. Él exploró el área y encontró algunos tesoros, pero no la gran ciudad de oro. Años más tarde, organizó un segundo viaje que resultó en una batalla entre sus exploradores y el ejército español, en donde murió su hijo Walter. En su viaje de regreso, el famoso explorador fue encarcelado y ejecutado por hostigar a los españoles, contraviniendo una orden del rey británico.
El misterio de El Dorado demandó un alto precio.
Mejor que el oro
Mucho antes del desafortunado final de Sir Walter Raleigh, fue revelado algo mucho más grande que el tesoro que el explorador británico esperaba encontrar.
“Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, Y que obtiene la inteligencia; Porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, Y sus frutos más que el oro fino. Más preciosa es que las piedras preciosas; Y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella” (Proverbios 3:13-15).
El rey Salomón, un antiguo rey de Israel que tenía oro y sabiduría en abundancia, dijo: “Mejor es adquirir sabiduría que oro preciado; Y adquirir inteligencia vale más que la plata” (Proverbios 16:16).
La riqueza puede ser una bendición fabulosa, pero la sabiduría es mucho mejor. En vez de perseguir la riqueza con todas nuestras fuerzas, cómo lo hicieron Sir Walter Raleigh y muchos más, debemos buscar la sabiduría de Dios. (Para más información acerca de la sabiduría de Dios, lo invitamos a leer nuestro artículo “La importancia de la sabiduría y cómo ser más sabio”.)
No es una exageración decir que la sabiduría es más valiosa que todas las riquezas de este mundo. La sabiduría tiene muchos beneficios invaluables que hacen que la vida sea más feliz, fácil y gratificante que lo que podría hacerla cualquier cantidad de dinero.
Para beneficio de los demás
Cuando tenemos sabiduría, los demás se benefician de ella. El rey Salomón dijo: “El que anda con sabios, sabio será; Mas el que se junta con necios será quebrantado” (Proverbios 13:20).
Las personas que nos acompañan inciden en nuestra vida. Si estamos dispuestos a aprender, rodearnos de personas sabias va a aumentar nuestra sabiduría y nos va a ayudar a crecer. Por otro lado, rodearnos de personas necias nos puede hacer caer y finalmente llevarnos a la destrucción.
Tenemos que asegurarnos de ser esas personas sabias que les ayudan a los demás a crecer. Si no, tendremos el mismo final de los necios y vamos a ser destruidos.
La reina de Sabá, en su famoso encuentro con el rey Salomón, expresó su admiración por la sabiduría de ese rey (1 Reyes 10). A pesar de ver un palacio cubierto de objetos de oro puro, fue la sabiduría lo que más la asombró. Al ver la profundidad de su sabiduría, ella expresó, “Bienaventurados tus hombres, dichosos estos tus siervos, que están continuamente delante de ti, y oyen tu sabiduría” (v. 8).
Tener sabiduría no es sólo una bendición para nosotros, también lo es para aquellos que nos rodean.
Formar un líder
Hay muchas características que se tienen en cuenta al crear un líder. Pero consistentemente hay una característica que la Biblia expresa debe estar presente en todos los líderes y esa es la sabiduría.
- Por su sabiduría, José fue escogido para ser el segundo al mando en Egipto, a pesar del hecho de que era un prisionero extranjero y había sido un esclavo (Génesis 41:33, 38-40).
- La sabiduría era un requerimiento clave para los líderes de las congregaciones en el antiguo Israel (Deuteronomio 1:13-15).
- Salomón pensaba que la sabiduría era tan importante para poder ser un gobernante efectivo, que eso fue lo que le pidió a Dios cuando tuvo la oportunidad de pedir lo que quisiera (1 Reyes 3:7-10).
- Los primeros diáconos fueron escogidos en parte debido a su sabiduría (Hechos 6:3).
El liderazgo es algo muy serio y requiere de mucha sabiduría para poder manejar de manera adecuada esa responsabilidad.
Las habilidades de las personas
La sabiduría nos ayuda a desarrollar las habilidades de las personas que necesitamos para vivir de una manera más fácil. Sin ella, trabajar con otras personas puede convertirse en una serie de conflictos interminables. Si tenemos sabiduría, podemos evitar muchos problemas.
Algunas de las habilidades que desarrollamos a través de la sabiduría son:
- Llevarse bien con las personas (Proverbios 11:12).
- Calmar la ira de los demás (Proverbios 16:14; 29:8).
- Saber cuándo callar (Proverbios 29:11).
- Persuadir a otras personas para que nos ayuden (Daniel 2:14).
Saber que va a pasar
Conocer con anterioridad el resultado final de las decisiones es una habilidad que muchos desean tener.
Una persona verdaderamente sabia tiene en cuenta la causa y el efecto, aplica ese conocimiento, evita las acciones que resultan en maldad y escoge las acciones que terminan bien.
Un secreto para tener esa habilidad es la sabiduría. No es magia ni es una superpotencia, es simplemente entender el principio de causa y efecto. Una persona verdaderamente sabia tiene en cuenta la causa y el efecto, aplica ese conocimiento, evita las acciones que resultan en maldad y escoge las acciones que terminan bien (Proverbios 14:16).
La sabiduría nos permite ver en donde nos encontramos en las circunstancias actuales, como llegamos ahí, y que necesitamos para salirnos de problemas o avanzar al siguiente nivel. La falta de sabiduría fue una de las causas de la estrepitosa caída del antiguo Israel, y la ha sido también para un sin número de naciones a lo largo de la historia y muy posiblemente para algunas hoy en día (Deuteronomio 32:28-29).
El honor de la sabiduría
A corto plazo, puede que la sabiduría no parezca tener el mismo valor que las riquezas de El Dorado. Pero cuando pensamos en la ayuda que le podemos brindar a las demás personas, las habilidades de liderazgo que podemos desarrollar, la capacidad que podemos adquirir para trabajar con otros y la percepción del futuro que nos puede dar la sabiduría, entonces es posible ver el verdadero valor de la sabiduría.
Para muchos, las misteriosas riquezas de El Dorado son sólo una curiosidad histórica. Por otro lado, la sabiduría lleva consigo un honor eterno que nos guía a muchas más cosas.
Parte de esa gloria la vamos a recibir en este tiempo: “Según su sabiduría es alabado el hombre; Mas el perverso de corazón será menospreciado” (Proverbios 12:8). A menudo vamos a tener un reconocimiento por parte de nuestra familia, colegas y amigos por nuestra sabiduría en nuestra vida diaria.
A largo plazo, después de que adquiramos una reputación por nuestra sabiduría, la gloria será aún más grande. “Los sabios heredarán honra, Mas los necios llevarán ignominia” (Proverbios 3:35).
El destino final de aquellos que tengan la sabiduría de Dios será compartir en la gloria de Dios mismo. “Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad” (Daniel 12:3).
La sabiduría de Dios finalmente va a traer una gloria incomparable y eterna que la mente humana no puede comprender.
¡Adquiera sabiduría!
Teniendo en cuenta los beneficios invaluables de la sabiduría, la poderosa exhortación de Salomón resuena hasta nuestros días:
“Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; No te olvides ni te apartes de las razones de mi boca; No la dejes, y ella te guardará; Amala, y te conservará. Sabiduría, ante todo; adquiere sabiduría; Y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia. Engrandécela, y ella te engrandecerá; Ella te honrará, cuando tú la hayas abrazado. Adorno de gracia dará a tu cabeza; Corona de hermosura te entregará” (Proverbios 4:5-9).