Correr por la corona
¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.
Nos sentimos atraídos naturalmente por los desafíos y las metas. Para muchas personas en la actualidad esas metas proporcionan emoción y satisfacción. El esfuerzo y la preparación que le dedican a un evento deportivo, a una iniciativa creativa o a un viaje, les da una satisfacción temporal.
Pero Dios ha llamado a los cristianos para muchas cosas más. La corona eterna que vamos a heredar en el Reino de Dios es mucho más valiosa que ganar una carrera. Si un deportista olímpico entrena diligentemente para una competencia, ¿cuánto más deberíamos prepararnos y entrenarnos nosotros para convertirnos en hijos de Dios?
Si usted desea saber más acerca del increíble potencial que Dios nos ha dado, lo invitamos a leer nuestro artículo “Hijos de Dios”.
