Cristo vino a salvar a los pecadores
Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.
Este fiel dicho es digno de aceptación porque se enseña a lo largo de toda la Biblia, pero eso no significa que quiera decir lo que natural o lógicamente esperaríamos. ¡El asombroso Creador del universo estaba dispuesto a venir al mundo físico de los seres humanos y dar su vida como sacrificio por aquellos que eran sus enemigos!
Todos nosotros hemos pecado, lo que significa que hemos actuado de maneras que son aborrecibles para nuestro Creador. Jesús sabía que quebrantar su ley buena y perfecta era destructivo para nosotros, y en su amor vino para salvarnos--rescatarnos-- de nuestra esclavitud del pecado y de su castigo, la muerte.
El apóstol Pablo no se excluyó del mundo de los pecadores que Cristo salvó. De hecho, claramente reconoció sus propios pecados de blasfemar contra Dios sin saberlo y de perseguir a la Iglesia de Dios. Humildemente pensó en sí mismo como el peor ofensor y vio su conversión como una prueba de que Dios podía perdonar y convertir a cualquiera que estuviera dispuesto a responder a su llamado.
Para más información acerca del pecado, el perdón, la conversión y la salvación, vea nuestra sección “Cambio”.
