“Cristo vive en mí”

Gálatas 2:20  

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Ser un seguidor o discípulo de Jesucristo no es un compromiso a medias. Él nos llama a dejar nuestra vida previa, a crucificar nuestro viejo yo. Entonces, a través del arrepentimiento, bautismo y la recepción del Espíritu Santo, nosotros buscamos vivir como Cristo vivió. Por medio del Espíritu Santo, Cristo vive en nosotros y nos transmite su fe.

Esto es una transformación total —esto es conversión. No es sólo preguntar qué haría Cristo, sino hacer lo que Cristo hizo y lo que Él nos conduce a hacer. Esto es hacer de Él nuestro Señor y Maestro.

Jesucristo fundó su Iglesia el día de Pentecostés y les dio a sus seguidores una comisión y la ayuda espiritual para llevar a cabo. Para leer más sobre Pentecostés, la Iglesia y el Espíritu Santo, vea nuestro artículo “El sermón que dio comienzo a la Iglesia”.

×

Suscríbase a Discernir

×

Serie de artículos de Discernir

Chrito Versus Christianismo
Andar como Él anduvo
Cristianismo en Progreso
Ask a Question