Gloríese en el Señor
Para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.
El mensaje de 1 Corintios contiene repetidas advertencias en contra del orgullo. Pablo les recordó a los corintios: “Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte” (1 Corintios 1:26-27).
La meta es que todas las personas finalmente reconozcan que la verdadera gloria pertenece al Dios Creador, no a nosotros los seres humanos débiles. No debemos ser arrogantes por los dones espirituales que Dios nos ha dado, la verdadera gloria realmente le pertenece a Dios. El orgullo nos genera una actitud egoísta errónea que es mortal a nivel espiritual.
Si usted desea más información acerca del contraste entre los peligros del orgullo con los beneficios de la humildad que Dios quiere que aprendamos, lo invitamos a leer “Cómo vencer las emociones negativas: el orgullo” y “El fariseo y el publicano”.
