La grandeza de los reinos dados a los santos
Y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán.
Cuando Jesucristo regrese, va a establecer el Reino de Dios sobre toda la tierra por toda la eternidad. Durante esta vida, sus seguidores, los santos, aprenden a “ser fieles sobre poco” para que después “gobiernen sobre muchas cosas” (Mateo 25:21; véase también Lucas 16:10).
Los verdaderos cristianos deben aprender a gobernar y servir siguiendo el ejemplo desinteresado de Jesús. Como Él les dijo a los discípulos:
“Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (Mateo 20:25-28).
Este tipo de actitud va a ser parte de un gobierno totalmente diferente que finalmente va a traer verdadera paz y prosperidad a este mundo. Para más información acerca del Reino de Dios, vea nuestra sección “El Reino de Dios”.
