La roca era Cristo
Y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.
En 1 Corintios 10 el apóstol Pablo usó las historias del Éxodo en Egipto para enseñarles unas lecciones a los cristianos de Corinto —y a nosotros también.
Dios salvó a todos los israelitas por medio de milagros increíbles, incluyendo la nube que los guiaba, la separación del Mar Rojo y el pan del cielo —maná— que los alimentó (vv. 1-3). Estos fueron símbolos para nosotros también de milagros espirituales que nos ayudan a salir de la esclavitud del pecado, incluyendo el bautismo y el pan espiritual —que simboliza a Jesucristo (el pan de vida, Juan 6:35) y la Palabra de Dios (Mateo 4:4).
Los antiguos israelitas también fueron salvados de la sed por medio de milagros en los que el agua brotó de las rocas (Éxodo 17:5-7; Números 20:7-11). Aquí Pablo explica: “y la roca era Cristo” (1 Corintios 10:4). Antes de su nacimiento como ser humano, Jesucristo era el que llevaba a cabo los milagros, hablaba con Moisés y le dio a Israel las leyes de Dios. Él fue el Dios Creador y el vocero para la familia de Dios (Efesios 3:9; Juan 1:1-3).
De esta manera, Jesucristo fue el Dios del Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento dijo que Él venía a la Tierra a revelar al Padre —al que no habían conocido (Juan 1:18). Si usted desea saber más acerca de Jesucristo, lo invitamos a ver la sección “¿Quién es Jesús?” y el artículo “Jesucristo fue el Dios del Antiguo Testamento”.
