Lo que Pablo predicó: el Reino de Dios

Hechos 20:25   

Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, entre quienes he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro.

Éstas son palabras pronunciadas por el apóstol Pablo en el contexto de su discurso de despedida a los ancianos de Éfeso. Pablo creía que no iba a volver a ver a los efesios en su vida física, por lo que les dio un discurso de despedida acerca de las cosas que había realizado en la zona e instrucciones para que las recordaran después de su partida.

En medio de su discurso, hizo esta declaración como resumen de su enseñanza en Éfeso. Esto es significativo porque nos muestra que el mensaje de Pablo estaba perfectamente alineado con las enseñanzas de Jesucristo. A lo largo de su ministerio, Jesucristo enseñó e hizo énfasis en el Reino de Dios como eje central de su mensaje (Mateo 4:17, 23; Marcos 1:15; Juan 18:36).

Algunas personas creen que Pablo trajo un mensaje diferente y que fue una especie de “reformador” del cristianismo —con cambios y reformulando el mensaje a medida que lo llevaba al mundo gentil. Esto comúnmente se conoce como “cristianismo paulino”.

Hechos 20:25 muestra claramente que Pablo no cambió ni reformó el mensaje del evangelio. Pablo predicó el mismo evangelio al mundo gentil, que el que predicó Jesucristo en la ciudad de Judea durante su ministerio: el mensaje del Reino de Dios.

Adicionalmente, cuando el apóstol Pablo les estaba explicando el evangelio que él predicaba a los corintios, les dijo: “Porque o sea yo o sean ellos [los apóstoles], así predicamos, y así habéis creído” (1 Corintios 15:11). El mensaje de Pablo era el mismo mensaje que habían enseñado los otros apóstoles. Ese mensaje es el mismo mensaje que Vida, Esperanza y Verdad le transmite al mundo actualmente. Si usted desea aprender más acerca de ese mensaje fundamental, lo invitamos a leer nuestro folleto gratuito El Misterio del Reino y nuestro artículo “¿Qué es el evangelio del Reino?”.

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