Versiculos Para Meditar

No se arrepintieron

Apocalipsis 9:20-21   

Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar; y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos.

Las terribles plagas que se describen en Apocalipsis son consecuencia de los pecados humanos. La desobediencia a las leyes de Dios trae dolor y sufrimiento. Pero la ira de Dios tiene un propósito. Él castiga por amor —por el deseo de ver a los pecadores arrepentidos y buscando su perdón.

Este pasaje está al final de la descripción de la plaga de la sexta trompeta. Estas seis plagas van a destruir a la mayoría de la humanidad y de nuestro mundo, aun así, habrá personas rebeldes y tercas que no se van a arrepentir de los homicidios, hechicerías (farmakia, “primariamente la utilización de medicina, fármacos, encantamientos” (Diccionario expositivo de palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento exhaustivo de Vine), inmoralidad sexual y robos.

Todo esto nos trae a la mente pecados modernos, pero ¿qué hay de la idolatría?

La veneración real de las estatuas continúa hasta el día de hoy en gran parte del mundo. Pero un tipo diferente de adoración hacia las cosas materiales se ha venido apoderando de todo el mundo occidental. Si usted cree en el materialismo —que el mundo físico es la única realidad— es natural que sea materialista o que se preocupe por esas cosas. Hoy en día muchas personas adoran el dinero y las cosas que éste puede comprar. El apóstol Pablo considera la codicia —el deseo desmedido por obtener cosas— como otra forma de idolatría (Colosenses 3:5).

Para más información acerca del deseo que Dios tiene de que los seres humanos se arrepientan, lo invitamos a ver nuestra sección “Arrepentimiento”.